El vanguardismo Beatle y Yoko Ono

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Eterno
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El vanguardismo Beatle y Yoko Ono

Mensaje por Eterno »

Por qué, entonces, en cuestiones de arte trascienden unos Beatles, dentro del mundo pop, al igual, por ejemplo, que el magnífico Ubu Roi de Jarry, obra iniciativa del teatro de protesta y paradoja forever and ever, mientras que un cubista como Picasso no pierde vigencia plástica?

La vida es breve; el arte, eterno...

Detengámonos un instante con los cuatro chamacos melenudos de Liverpool y leamos un párrafo que escribiera Paul McCartney en el folleto de su gira internacional 1989:

"John Lennon terminó siendo un chico avant-garde porque realizó todas esas cosas con Yoko Ono. Pues bien, unos cuantos años atrás y sin que a él siquiera se le ocurriese cuando vivía en los suburbios de un club de golf con su mujer Cynthia, yo frecuentaba a un cuate llamado Barry Miles y la gente estrafalaria de la Galería Indica en Londres…".

Allí, Miles introdujo a Paul en lecturas de la Beat Generation, esperpentos alucinados a-la-Gérard de Nerval y Conde de Lautréamont, surrealistas fulminantes de locuras sello Marcel Duschamp, fuegos de discusión sobre jazz avant-garde (John Coltrane, Sun Ra, Cecil Taylor, Ornette Coleman); las cintas magnéticas del germano Karlheinz Stockhaussen, silencios y alteraciones atonales por el gabacho John Cage o estudios arquetípicos de comunicación dantesca con el italiano Luciano Berio, a la vez que ciertos compositores de electrónica experimental con la musique concrete: los franceses Pierre Henry y Pierre Schaffer.

Y allí también, en la Indica Gallery, Lennon se interesó en "la bruja" Yoko a comienzos de noviembre de 1966 cuando ella montó su exposición Pinturas Inconclusas y Objetos, habiendo publicado un librillo de aforismos poéticos, Grapefruit ("Toronjil"), apoyada por este foro de avanzada y el sobresaliente bonche de artistas neoyorkinos de Fluxus, grupo al que Yoko frecuentaba desde 1960.

Yoko, a cuadro

Fluxus es tema central de la reciente revista Pauta. Cuadernos de Teoría y Crítica Musical (número 99, julio-septiembre de 2006, INBA/Conaculta).

Para esta edición, Sebastián Pilovsky traduce de Grapefruit nueve Instrucciones de su autora Yoko Ono, presentada como "la bruja que desmembró a Los Beatles". De los poemitas compuestos con cargas de haikú japonés entre 1962 y 1964, aquí ofrecemos tres ejemplos:

Pieza de concierto

Cuando se levante el telón, levántate y espera

hasta que todo el mundo se haya ido.

Entonces sal y toca.


Pieza de nieve

Piensa que está nevando.

Piensa que está nevando desde siempre en todas partes.

Cuando hables con alguien, piensa

que hay nieve entra esa persona y tú.

Termina la conversación cuando creas

que esa persona ha sido cubierta por la nieve.


Pieza de bicicleta para orquesta

Conduce una bicicleta por todos los lugares que puedas

dentro de una sala de concierto.

No hagas el menor ruido.


Lástima que Pauta no profundice más en tal aseveración de que Yoko "desmembró a los Beatles", ni en su papel vanguardista, y resulta sospechoso el silencio ante tal omisión de la mismísima Musa inepta de Juan Arturo Brennan, quien gusta parodiar los dislates ajenos en esta sección de la revista, aunque se entiende. Además de ser persona non-grata para los fans del rock, la valía artística de Yoko ha sido puesta en tela de juicio por estudiosos del arte con bastante frecuencia.

En realidad, el primer beatle que conoció Yoko no fue su futuro esposo John Lennon.

Barry Miles escribió sobre esto en la biografía Paul McCartney: Many Years From Now ("Hoy hace tantos años", Secker & Warburg, Londres 1997, 654 páginas.), donde cuenta que durante su primera visita a Inglaterra ella acudió a McCartney, quien guardaba copias de los manuscritos originales de sus canciones, para pedirle partituras de Los Beatles, pues ella deseaba obsequiar alguna para John Cage en su quincuagésimo cumpleaños. Después, Yoko solicitaría lo mismo a Lennon y de esta forma obtuvo una bonita reproducción de la letra The Word ("La palabra"), pieza que apareció en el álbum beatle Rubber Soul ("Alma de hule"), en 1965.

McCartney la compuso con su camarada Lennon en aquel barrio de Kenwood (donde El jefe vivía cerca de los golfistas), pero en vez de plasmarla sobre papel ordinario en blanco, optaron por uno psicodélico que ellos iluminaron con crayones multicolores. Después de todo y puesto que la palabra en cuestión se refería al amor, marcaba el inicio de sus composiciones acerca de la paz y el amor, era su primogénito himno jipi. Cage reprodujo dicho regalo en su libro Notations, colección de diversas partituras seleccionadas para la Foundation of Contemporary Performance Arts. Yoko nació el mismo año que Cage, 1912 (dudamos que haya sido un obsequio para el cumpleaños 50 de Cage, en 1962, como asegura Miles). Lennon declaró en una entrevista grabada en 1969:

"Yoko no habría amado a un baboso, pero era así como yo comenzaba a sentirme y ella me alivianó. Está claro que Yoko pasó por un período similar. Sin embargo yo la hubiese apoyado de la misma forma, una vez que superé lo snob de mis prejuicios en torno al arte avant-garde y todo aquello, pues yo mismo tuve que dejarlo atrás."

Según Miles, la actitud de McCartney fue absolutamente diferente porque tenía su mente abierta a los más atrevidos experimentos vanguardistas, cosa que no significó que gustara sin más de muchos resultados artísticos o musicales de tal movimiento:

"En un período de dos años antes de grabar el Sargento Pimienta, McCartney estuvo receptivo a cualquier tipo de sonidos, asistía a obras teatrales y exposiciones de avanzada para llegar con Lennon lleno de ideas extraordinarias…".

El jefe Lennon mantenía ya una relación amorosa con Yoko y la ocultaba a su esposa Cynthia, por tanto dejó que McCartney tomase las riendas de Los Beatles y lo confiesa a Miles:

"Yo me hallaba en medio de una gran depresión y Paul no. El poseía bastante confianza en sí mismo; yo estaba al borde del asesinato."

McCartney fue quien sugirió al productor George Martin, discípulo de Cage utilizar arreglos avant-garde, jazzeros, de music-hall y orquestales para las rolas que firmaba con Lennon en discos de Los Beatles y usaron cortes radiofónicos o collages y loops de cinta grabada en Strawberry Fields Forever ("Campos de fresa para siempre"), I Am the walrus ("Soy la morsa") y Tomorrow Never Knows ("El futuro es incierto"). En mayo de 1968, Yoko entró firme a la escena romántica de Lennon, quien quedó literalmente seducido por su rollo vanguardista, y ambos grabaron el disco experimental Two Virgins ("Dos vírgenes") en 1969, disco de extravagancias que alarmó a los demás Beatles y ejecutivos de su nueva compañía Apple no por su fondo, sino por su presentación: John y Yoko querían que la portada fuese un retrato de los dos parados de frente y sin ropa.

Salió con cubierta pudibunda, comenzando con ello el fin del cuarteto de Liverpool, debido a la presencia sempiterna de Yoko con ellos en los estudios de grabación para el llamado "disco blanco de Los Beatles" y más tarde, en la cinta Let It Be ("Déjalo ser"). Lennon atacaba piezas de McCartney, como Obladi-Oblada y los otros se negaban a incluir en el disco doble su "jalada avant-garde" con Yoko, Revolution 9. Paul:

"Fue un período muy tenso. John estaba con Yoko de tiempo completo. Consumían heroína contagiando al grupo un montón de paranoias hasta conducirnos al limbo y nuestra relación comenzó a derrumbarse. Creo que a él la droga le divertía y a la vez, lo aterrorizaba... Vino el rompimiento de Los Beatles…

"Una onda que puso barreras en las sesiones de grabación en Let It Be fue su presencia (de Yoko). Desde el punto de vista de los dos, sólo se trataba de que se hallaba enferma y que, por recomendación médica, debía permanecer tirada en el suelo y John necesitaba estar junto a ella. Nosotros, como trío restante, su actitud no fue algo que pudiésemos comprender bien a bien. Era algo completamente inusual trabajar así en un álbum de Los Beatles y nos sentimos presionados. Desde entonces, Yoko me ha dicho que, si por algún motivo ella se colocaba más cerca de mí que de él, llegando a casa John la iba a regañar grueso con: '¡Te sentaste junto a Paul y no junto a mí!'…

"John era muy paranoico en estas cuestiones. Una de las cosas que la gente no sabe es que mucho del genio de John era un escudo de sus propias paranoias."
All together now!
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