LIBROS sobre los Beatles
Moderadores: Beatlesperu, BriHa, PiBe, SePiA
LIBROS sobre los Beatles
La música de Los Beatles es mi pasión pero además me fascina la lectura sobre ellos. He leído infinidad de libros, unos malos otros buenos. El que leo actualmente es: THE GOSPEL ACCORDING TO THE BEATLES, fascinante, un enfoque totalmente diferente sobre el espíritu de sus canciones, por momentos un poco adornado pero en otros muy acertado. Es respaldado por muchas declaraciones de los mismos Beatles y testimonios de conocedores y familiares y amigos. Lo recomiendo y me gustaría, si alguno lo ha leído, opinara sobre el mismo.
Autor: Steve Turner.
Saludos
Yolly
Autor: Steve Turner.
Saludos
Yolly
Maybe I'm amazed with the Beatles Music
-
- Teddy boy
- Mensajes: 670
- Registrado: Vie Oct 26, 2007 1:36 am
- -John Travolta"Como dijeron Pablo y Juan; Todo lo que necesitas es amor"-
-Andie MacDowell "Los apostoles?"-
-John Travolta "No, The Beatles"-
Dialogo del filmeMichael
The Gospel According to The Beatles
by Steve Turner
En 1967 el guru de la drogas Timothy Leary exclamo: "El mensaje de Liverpool es el Nuevo Testamento entonado por cuatro evangelistas -los Santos John, Paul, George y Ringo". Y ciertamente sus palabras reflejaba el sentir de una generacion que, en la busqueda de romper con los viejos esquemas sociales y deseosa de libertad, encontraba palabras de amor y la revolucion social en las letras de las canciones de The Beatles. Y razon en algo tenia porque el grupo, en unos cuantos meses, evoluciono de aquellos cuatro traviesos y simpaticos chicos de uniforme y flequillo de Hard Day's Night a los filosofos poetas de Revolver incluyendo un alto grado grado de contenido espiritual.
No se si en verdad las palabras de John "somos mas populares que JesusCristo" sean verdad, pero lo cierto es que Turner no urga dentro de las entrañas de las liricas Beatle y realmente nos quedamos con las ganas que nos explique los significados ricos -y complejos- en espiritualidad que sin duda alguna esta canciones contienen.
A pesar de presentar algunas entrevista y cierto material inedito el autor solo sustenta en base a la biografia bien conocida del grupo la trama de sus argumentos: intentar que el lector comprenda la profundidad del cambio espiritual y social que The Beatles promovieron con su obra.
Desde mi punto de vista es una buena lectura, pero no va mas alla.
... aunke no he terminado de leerlo, y no kreo ke lo haga, como bien dices yolly, el texto esta un poko adornado, demasiado diría yo.
hasta kreo ke a un punto exagerado.
el autor trata básikamente en relacionar la 'religiosidad' en todo el trabajo beatle.
... no lo recomiendo. es ke no me llevo muy bien con la religión.
un abrazo
RollyLiz
hasta kreo ke a un punto exagerado.
el autor trata básikamente en relacionar la 'religiosidad' en todo el trabajo beatle.
... no lo recomiendo. es ke no me llevo muy bien con la religión.
un abrazo
RollyLiz
el ke dice no! nunka más!
Gracias por sus opiniones, cada punto de vista enriquece los conocimientos y las apreciaciones de cada uno en cuanto a cualquier tema Beatle.
Al libro en cuestión lo percibo más como con un enfoque "anti religión", un trascender en la vida sin las cargas que la religión a veces pone sobre los creyentes. En mi opinión, el autor analiza el cambio o mejor dicho, evolución en cuanto a lo espiritual (que no es religión) que desarrollaron Los Beatles a medida que profundizaban en quienes eran y si tenían alguna misión, la cual ellos no buscaron.
Queda claro que Los Beatles creen en algo superior pero que no está suspendido ni es inalcanzable sino que del que todos formamos parte como una unidad. La divinidad está en nosotros mismos.
Yo encuentro el libro muy interesante y diferente. No trata de describirnos a Los Beatles como los compositores que eran, sino que como tales trascendieron a ellos mismos y a lo que en su vida en algun momento fue importante. Descubrieron un potencial dentro de ellos mismos y sus experiencias, que los llevaron a la cúspide en esa búsqueda del ser en la que muchos de nosotros en alguna etapa nos vemos enfrentados.
Llevo más de la mitad leído, ahora sigo en eso.
Un saludo desde Caracas,
Yolly
Al libro en cuestión lo percibo más como con un enfoque "anti religión", un trascender en la vida sin las cargas que la religión a veces pone sobre los creyentes. En mi opinión, el autor analiza el cambio o mejor dicho, evolución en cuanto a lo espiritual (que no es religión) que desarrollaron Los Beatles a medida que profundizaban en quienes eran y si tenían alguna misión, la cual ellos no buscaron.
Queda claro que Los Beatles creen en algo superior pero que no está suspendido ni es inalcanzable sino que del que todos formamos parte como una unidad. La divinidad está en nosotros mismos.
Yo encuentro el libro muy interesante y diferente. No trata de describirnos a Los Beatles como los compositores que eran, sino que como tales trascendieron a ellos mismos y a lo que en su vida en algun momento fue importante. Descubrieron un potencial dentro de ellos mismos y sus experiencias, que los llevaron a la cúspide en esa búsqueda del ser en la que muchos de nosotros en alguna etapa nos vemos enfrentados.
Llevo más de la mitad leído, ahora sigo en eso.
Un saludo desde Caracas,
Yolly
Maybe I'm amazed with the Beatles Music
- Beatle Girl
- Polythene Pam
- Mensajes: 907
- Registrado: Vie Nov 10, 2006 5:41 pm
- Ubicación: Strawberry Fields
- Contactar:
Yo tengo un libro muy bueno (y muy gordo) sobre Los Beatles. Incluye informacion detallada de la vida del grupo, como personas y como figuras publicas, imagenes y muchisisimas cosas mas que son muy interesantes.
Se llama asi, The Beatles y esta escrito por Hunter Davies.
La Portada:
Se llama asi, The Beatles y esta escrito por Hunter Davies.
La Portada:
I George Harrison
-
- Teddy boy
- Mensajes: 670
- Registrado: Vie Oct 26, 2007 1:36 am
Hunter Davies: Alguien mas que un tipo con suerte
By Ernesto Juan Castellanos | La Habana
Hunter Davies es un nombre bastante conocido en Gran Bretaña y quizás también lo sea en los Estados Unidos. Desdichadamente, aún no lo es en Cuba. A pesar de haber nacido en un pueblito de provincia tan al norte de Inglaterra que la próxima parada del tren pudiera estar al otro lado de la frontera con Escocia, y del cual hasta Liverpool, cuyo nativos suelen llamarse "norteños", "puede estar tan al sur como el Mediterráneo", a los treinta años la suerte le puso buena cara y a partir de ahí su vida fue otra. En aquel entonces, ni él mismo sabía que su ventura estaría mucho más allá de seguir siendo el escritor anónimo de una sección de chismes sociales del periódico londinense Sunday Times, o de que el equipo inglés finalmente ganara, por primera vez, la Copa del Mundo de Fútbol.
El año 1966 no fue común para Edward Hunter Davies. Primero que todo, logró vender los derechos de su primera novela a la United Artists. Después vino lo mejor. Luego de escuchar Eleanor Rigby, se dio cuenta de que los Beatles podían pasar de ser su hobby preferido a su trabajo cotidiano, y con bolígrafo y libreta de notas en mano, tomó el tren del metro más cercano que lo llevara a la estación de St. John's Wood, en Londres, muy cerca de los estudios de Abbey Road: caminó una cuadra por Wellington Road, dobló a la izquierda en Circus Road, y unos metros más allá, en Cavendish Avenue, se atrevió a tocar, sin cita previa, en el número 7, la puerta de la casa de Paul McCartney. Cerró los ojos, apretó las nalgas y echó a rodar su suerte. El mismo Paul le abrió la puerta, lo dejó entrar y le permitió su entrevista. El domingo siguiente, la aburrida columna chismográfica sobre eclesiásticos, diplomáticos y burgueses presentó por primera vez un artículo sobre música pop.
Un par de meses más tarde Hunter Davies firmaba un contrato exclusivo para escribir la biografía autorizada de los Beatles. Eso significaba tener la llave de sus vidas íntimas, penetrar su círculo infranqueable, saludarlos y estrechar sus manos todos los días, conversar con ellos, conocerlos bien, compartir, ver cómo escribían y grababan, enterarse de los mejores chismes de primera mano. Y no le fue nada mal. Aprovechó la mejor oportunidad que hasta entonces le había dado la vida, y el resultado, luego de dieciocho meses de trabajo, fue lo que la crítica especializada ha considerado, durante años, uno de los mejores libros sobre música pop que se haya escrito jamás.
Treinta años después de que Hunter Davies lanzara su best-seller al mundo, en un país tan pequeño como Cuba, cuatro personas, intencionadamente en igual número que los mismísimos Beatles, preparaban por tercera vez un coloquio internacional sobre los brujos de Liverpool. La mejor noticia del mundo era que los Quarrymen iban a viajar a La Habana para dialogar con los cubanos acerca de los viejos tiempos. Y mejor aún, iban a tocar en el concierto de cierre aquellos mismos números de rock and roll y skiffle con los que habían acompañado a Lennon cuarenta años atrás. Pero lo que jamás le pasó por la cabeza a nadie, ni siquiera a mí, es que ese coloquio tuviera un bonus track inesperado.
La nueva me la dio mi amigo inglés Peter Nash, en el bar La Sevillana del hotel Inglaterra. Un par de semanas antes de que comenzara el coloquio, acordé encontrarme con él y Janice Wallis en una esquina del Parque Central. Habían venido desde Londres atraídos por la noticia de que los Quarrymen iban a estar en La Habana para el coloquio, pero también querían visitar el monumento al Che Guevara en Santa Clara y confirmar si por fin John Lennon había estado alguna vez en Trinidad. Y me traían dos sorpresas. Una era la versión en estéreo de los cuatro primeros CDs de los Beatles y la monofónica del WHITE ALBUM que les había pedido. La segunda no era precisamente música, sino historia, y no me iban a decir de qué se trataba hasta más tarde. Sólo anunciaron: "Estamos esperando a alguien y estamos seguros de que te va a parecer una increíble sorpresa." Y como verdugos impasibles se quedaron allí sentados, frente a mí, viéndome sufrir durante unos interminables quince minutos.
Viniendo de Peter Nash, el enigmático gurú de los Beatles en Londres, no debía de tratarse de un pelagatos, y mi mente se embriagó con la idea de que en realidad resultara alguno de los malditos melenudos. Honestamente, la idea de que fueran McCartney o Harrison me parecía bastante incierta, pero de Ringo no me sorprendería nada. Adivinando por la ingenua expresión de mis ojos, me dijeron: "No es ninguno de los Beatles, así que no te hagas ilusiones. Pero no te impacientes, ya debe estar a punto de llegar."
Y al rato se nos acercó lo que primero pensé era un personaje escapado de una comedia de los hermanos Marx. Un hombre cincuentón, de mediana estatura -más bien bajito-, de cabello oscuro, con un bigotico simpaticón, de cejas anchas, vestido con un pulóver blanco, un short beige, un estuche para gafas colgado al cuello y un bolso enganchado al hombro se paró junto a la mesa. Saludó a Pete y a Jan, me miró con una sonrisa de gentleman, y me dijo: "Tú debes de ser Ernesto." Peter me miró sin poder ocultar una risita pícara: "Ernesto, te presento a Hunter Davies."
La sorpresa no pudo haber sido mejor y me hubiera gustado haber visto la cara que puse. Yo conocía ese nombre muy bien, pero jamás me imaginé el rostro detrás de él. Y mucho menos, en Cuba. Su delicioso libro sobre los Beatles me lo había prestado Rivero, un amigo sobrecargo de Cubana de Aviación, hacía muchos años. Era una manoseada y espantosa versión en español, pero recuerdo que aquel fue el primer libro que leí en mi vida sobre los Beatles, y además de resultarme curioso por su lirondo título, The Beatles, fue el mejor libro de cabecera que tuve jamás. Un mal día desapareció y me arrepentí mil veces de habérselo devuelto tan pronto a su dueño. Unos quince años después tuve la suerte de que Edward Hobart, mi compañero de buceo de la embajada británica, me regalara la edición de 1985 nueva de paquete. El libro fue un clásico desde su lanzamiento en 1968, y treinta años más tarde es poco probable que no se mencione cuando se habla de los Beatles.
Todavía de pie, Hunter Davies sacó de su bolso un libro que aún olía a nuevo y me lo dio. Por la encuadernación, me pareció que nunca antes lo había visto. Los Beatles, en una foto en blanco y negro, se debatían entre risitas cómplices para no quedar fuera del encuadre de la portada; en el extremo superior, en blanco y a relieve sobre el fondo blanco, como para demostrar la sencillez del autor, identifiqué el título: The Beatles, y más abajo leí: "A document of our century. Marshall McLuhan - THE CLASSIC - NEWLY REVISED." Y en la esquina inferior izquierda, con letras pequeñas, como si diera lo mismo si estaba allí o no, el nombre del autor: Hunter Davies.
-Quizás ya tú lo tengas, pero esta es la versión de 1996, la última- me dijo.
Abrí el libro y no me atreví a manosearlo mucho por miedo a que la tinta estuviera aún húmeda. "¿Es para mí?", dije con el mismo tono inocente con el que mi hijo me pregunta las pocas veces que le regalo un juguete. Visiblemente entusiasmado por mi reacción, me lo pidió y lo abrió en la segunda página; sacó unos espejuelos y un bolígrafo del estuche que tenía colgado al cuello, le preguntó el nombre a mi esposa, y debajo de donde dice: "THE BEATLES by Hunter Davies - Second Revised Edition", escribió: "To Ernesto and Anna with best Beatles wishes Hunter Davies Nov 19, 98 Havana." Y como un cuño, dibujó una pequeña caricatura de una cara redonda, un par de puntos por ojos y una boca sonriente. Algo aprensivo, Pete me dijo: "Vaya, saliste mejor de lo que yo pensaba. Te presento a Hunter Davies en La Habana, te regala su mejor libro, y además te lo firma. Yo tengo cada una de las ediciones y ninguna está firmada"; pero preferí no escucharlo. Le eché otro vistazo al libro, tan rápido que creo que fue más un instinto mecánico que una acción consciente, pues no recuerdo haber visto nada, y le pedí a mi esposa que lo guardara en su cartera. No fue egoísmo. Más bien precaución. Unos minutos antes, cuando Pete me había sorprendido con los CDs de los Beatles, fui tan torpe que golpeé con el codo mi cerveza y la derramé completa sobre los discos, y preferí no correr riesgos con el libro.
Pero Hunter Davies no había venido a Cuba al coloquio de los Beatles. Ni siquiera sabía que existía tal cosa aquí, así que le pregunté qué lo traía a esta parte del mundo:
-Actualmente estoy trabajando en un libro sobre el Caribe. Desde que publiqué la biografía de los Beatles he escrito otros cuarenta libros, y el que estoy preparando ahora es un volumen de mis viajes por veintisiete países del Caribe, y para mí, Cuba es el mejor de todos y el último que me queda por ver. Ayer, en el aeropuerto de Londres, me encontré por casualidad con Pete y Janice, y no sabía que en Cuba hacían coloquios sobre los Beatles. Me enteré cuando ellos me dijeron que venían a participar en uno. Estoy hospedado en el Habana Libre y luego me voy a pasar el resto de mi estancia en un hotel de Varadero. Pero no te preocupes. Te aseguro que el último día voy a venir a tu coloquio.
Me pareció una excelente idea, y una suerte del caraXo, que Hunter Davies fuera al coloquio: él y los Quarrymen iban a hacer historia en La Habana. Pero no podía permitirme que el biógrafo oficial de los Beatles estuviera sentado allí como un espectador más, así que le hice la única pregunta que se me ocurrió:
-¿Y sería mucho pedirte que ese día converses un poco con los participantes sobre tu experiencia con los Beatles?
Entonces me di cuenta de que el orgullo no era el fuerte de Hunter Davies:
-Eso para mí sería un placer. Nunca he estado en una convención sobre los Beatles en toda mi vida. Siempre fui un gran fan de los Beatles, y de todos los libros que he escrito, el que hice sobre ellos es el que más quiero por varias razones que te voy a explicar.
Y creo que con la misma cara que ponen mis hijos cuando Ana les dice que les va a hacer el cuento del sol y la luna, me quedé boquiabierto esperando a que comenzara. Pero Hunter me confesó que tenía hambre y que prefería comer algo primero. Como él solamente conocía los alrededores del Habana Libre, me pidió que lo llevara a algún otro lugar, y se me ocurrió atravesar La Habana Vieja por la calle Obispo y llevarlo a comer a La Mina, donde estaba seguro de que Roly Rivero no me iba a hacer quedar mal con su versión de We Can Work It Out en tiempo de son. Por el camino aproveché para preguntarle cómo había surgido la idea del libro.
-Todo comenzó en 1966, cuando yo era periodista del Sunday Times, en Londres. En aquel entonces, yo escribía para una sección del periódico titulada "Atticus". Ya había entrevistado a los Beatles durante la filmación de Help! Yo era un gran fan de los Beatles, primero que todo, porque su música era fabulosa, y segundo, porque soy del norte de Inglaterra, más al norte que el pueblo donde nacieron ellos, y también crecí en el mismo tipo de casa donde crecieron Paul y George, que es muy parecida a algunas casas que he visto aquí en Cuba. Sentía cierta afinidad hacia ellos, aparte de gustarme su música -me explicó.
-Pero me imagino que no fuiste y les dijiste que tú querías escribir sobre ellos porque habían crecido en un ambiente similar -le comenté-. Entonces había muchísimos periodistas que estaban locos por escribir cualquier cosa sobre ellos ¿Cuál fue la excusa que te abrió la puerta ancha?
-Cuando los Beatles sacaron Eleanor Rigby, me di cuenta de que la poesía de la letra era brillante, así que fui a casa de Paul para hacerle una entrevista. Luego escribí en un artículo en el periódico que ese iba a ser el mejor poema del año. Ya yo había escrito dos libros, uno de ellos una novela que se había adaptado para el cine, Here We Go Round The Mulberry Bush, y fui a verlo una segunda vez porque él iba a escribir la banda sonora del filme -ya en los años 60 Paul tenía experiencia en bandas sonoras; no aparecía en los filmes, sólo escribía los temas musicales. Entonces fui, como guionista de este filme, acompañado por el director. Finalmente Paul no escribió la banda sonora. La música la hicieron Traffic y Stevie Windwood.
-Entonces, ¿cuándo le propusiste lo de escribir una biografía? -insistí en saber.
-Eso fue la tercera vez que vi a Paul. Le dije que yo creía que debía existir una biografía de los Beatles con todas las de la ley. Hasta entonces -y te estoy hablando de 1966- se habían publicado sólo dos libros sobre ellos: uno era un librito barato de un club de fans y el otro, de un autor norteamericano, tenía entrevistas a los Beatles, pero no se había escrito una biografía completa. Como yo había publicado dos libros, le dije que podía hacer un texto serio, y así cuando la gente les hiciera preguntas tontas como: "¿Por qué los Beatles tienen el pelo así?" o "¿Por qué el nombre de los Beatles se escribe así?", podrían responder: "¡Búscalo en el libro!" Paul me dijo: "Eso es una buena idea. Pero primero tienes que hablar con Brian Epstein, nuestro manager."
"Paul se sentó conmigo y me ayudó a escribir una carta a Brian que decía: "Querido Brian, yo he escrito dos libros, y uno de ellos es una biografía." Luego concerté una reunión con Brian, que se canceló varias veces -las razones las conocí después. De ahí salí con un contrato firmado como el biógrafo oficial de los Beatles. Todo se hizo de manera legal, y después le enseñé el contrato a mi editor, quien se mostró muy interesado, pero otros editores comenzaron a decir: "Los libros sobre música pop no se venden bien", pues un libro sobre Cliff Richard no había tenido mucho éxito, pero les aseguré: "Este libro es de algo más que de música pop: es sobre cultura y sociología." Y me respondieron: "¿Sociología? ¿Cómo que sociología?"
Para entonces ya habíamos llegado al patio interior de La Mina, y mientras nos abríamos paso entre tres gallinas, un gallo y dos pavos reales, le pregunté:
-¿Qué hiciste cuando los Beatles te abrieron las puertas del impermeable halo que los rodeaba?
-Bueno, me pasé los siguientes dieciocho meses viviendo con ellos para poder escribir el libro. Los primeros seis meses estuve compilando material para la biografía, sin hacerles preguntas, solamente hablando con ellos y obteniendo algunos nombres relacionados con su pasado, compañeros de la escuela, gente que los había ayudado. Y luego les seguí la pista. Eso habrá sido en 1966 o 1967, así que las huellas estaban aún frescas.
-¿Por dónde comenzaste, por Hamburgo o por Liverpool? -quise saber.
-Por Liverpool. Primero fui a conocer las casas donde se habían criado, donde por supuesto ya no vivían. También fui a las escuelas donde habían estudiado. Una de las personas que pude contactar fue Pete Best, el baterista que sustituyeron por Ringo en el momento en que estaban a punto de hacerse famosos. Como la mamá de Pete Best tenía un pequeño club nocturno donde los Beatles tocaban, primero fui a verla, y me contó cuánto había hecho por ellos, y cuán malagradecidos habían sido. Al preguntarle por Pete, me dijo que no sabía dónde estaba, pero luego de media hora de conversación, cuando le expliqué que se trataba de un libro serio y que podría leer las partes que yo escribiera sobre ella, abrió una puerta y allí estaba Pete Best. Había acabado de llegar de la panadería, donde llevaba ya varios años trabajando. Mientras los Beatles se habían convertido en la gente más rica y famosa del universo, Pete Best trabajaba en una panadería por un salario miserable. Y allí, sentado en casa de su madre, escuché la versión de cómo se sintió luego que le dieron la espalda.
"Tuve que pasar varios meses en Liverpool. Y cada vez que viajaba a Londres les contaba a los Beatles lo que había visto. Cuando les conté sobre Pete Best se hizo un silencio absoluto. Se sentían avergonzados. No por eliminarlo, pues tenían todo el derecho de hacerlo, sino porque lo habían hecho a sus espaldas. Nunca se lo dijeron en su cara.
-¿Y quién crees tú que haya sido el verdadero causante de la salida de Pete Best de los Beatles? -inquirí.
-Como te dije, estaban apenados por lo que había sucedido. Es como todas las ocasiones en que, cuando expulsan a alguien, nunca se sabe cómo fue, nadie recuerda la secuencia de las cosas. Pero yo creo que fueron los propios Beatles quienes decidieron eliminar a Pete Best y le dijeron a Brian Epstein que lo hiciera por ellos, pues querían a Ringo, quien para entonces ya era su amigo. Consideraban a Ringo un tipo chistoso, en la misma frecuencia de ellos, pero además pensaban que era mejor baterista que Pete Best. Yo creo que Brian estaba bastante contento con Pete Best, porque era mejor mozo y más atractivo que los otros Beatles, y Ringo no era ni buen mozo ni atractivo. Para mí, todo fue idea de ellos, y está claro que se lo dijeron a Brian Epstein, quien tuvo que hacer el trabajo sucio y comunicarle a Pete que ya no estaba más en el grupo.
"Después de Pete Best fui a ver a los padres de los Beatles. Esta fue la parte más sorprendente para mí mientras escribía el libro, ya que los padres, de cierta forma, se habían convertido en rehenes de la fama de sus hijos. Todos tuvieron que mudarse de sus modestas casas porque los fans siempre se les colaban por las ventanas, se les metían en el jardín, les entraban a las casas para tratar de robarse cualquier cosa. Y ni siquiera podían salir. No podían ir a ningún lugar, así que los hijos les compraron lujosas mansiones.
"Primero fui a ver a la mamá de Ringo y a los padres de George. Vivían en chalets de lujo recién construidos, pero también se sentían como prisioneros en estas casas. Recuerdo que los muebles estaban aún cubiertos con nailon. No conocían a nadie en el vecindario, de una capa social diferente, donde la gente más bien los miraba por encima del hombro. No tenían contacto alguno con nadie, e incluso tenían miedo con sus hijos. Temían hablar de ellos y decir algo que no debían, aun cuando sabían que yo era el biógrafo autorizado. Tuve que llamar a George y a Ringo y luego pasarles el teléfono a sus padres para que les dijeran: "No hay problema. Puedes hablar con él."
Se nos acercó un camarero y nos leyó la carta. Cuando se fue, Hunter siguió la conversación.
-También fui a casa de Mimi, la tía de John, quien se había mudado bien lejos de Liverpool. Era el único familiar que se había mudado lejos, y vivía en el sur de Inglaterra, en Bournemouth. Quería estar alejada de Liverpool y de la Beatlemanía. Era una mujer fascinante, con un carácter muy fuerte. Su casa daba a la orilla del mar, y recuerdo que un día estábamos sentados en el traspatio, cuando de repente, pasó un barco de pasajeros bordeando la costa a cierta distancia; desde donde conversábamos nosotros se podía escuchar una voz que decía por un altoparlante: "¡Y allá vemos a Mimi, la tía de John Lennon!" Así que en Bournemouth, a 300 millas de Liverpool, la reconocían.
"Fui a casa de Jim McCartney, el padre de Paul. Él no se había mudado para un nuevo y moderno chalet como los otros, se había mudado para una vieja casa de campo, donde tenía un invernadero con uvas, y vivía la vida de un gentleman. Tú sabes que la mamá de Paul murió cuando él tenía catorce años, por lo que el padre tuvo que criarlo. Pero entonces, luego de veintipico de años, se había vuelto a casar, y su esposa era mucho más joven que él. Casualmente, yo estaba en su casa el día que Paul le envió el demo de la canción When I Am Sixty Four, que había escrito pensando en él. Nos pasamos la noche bailando por toda la casa con esa sola canción.
"En 1967 fui a Hamburgo. Estuve en los clubes donde habían tocado los Beatles. Una de las cosas interesantes de ser el biógrafo oficial es que era el primer biógrafo e iba abriendo caminos. Ahora ya he escrito varias biografías: de Cristóbal Colón, del poeta Words-worth, de George Stevenson -que no tiene nada que ver con Teófilo Stevenson-, el hombre que inventó el ferrocarril, pero son biografías de personas que habían muerto hacía muchísimo tiempo y yo era más bien un segundo biógrafo. Ya el camino lo habían abierto otros. Pero en el caso de los Beatles, era mi primera biografía y yo era su primer biógrafo.
"Con Hamburgo tuve uno de mis primeros grandes problemas. John decía que ellos habían estado allí cinco veces; Paul decía que tres; George no recordaba absolutamente nada sobre Hamburgo, y por supuesto, Ringo había ido allí por cuenta propia. Eso había sucedido un par de años atrás y no se acordaban de nada. No recordaban bien la secuencia, así que tuve que armar el rompecabezas pieza por pieza, apoyándome en muchos papeles. Pude localizar el contrato que firmaron con Bert Kaempfert, y eso me dio una idea más clara de las fechas. Algo interesante de ese contrato es que decía: "John Lennon, líder del grupo llamado los Beatles". John nunca fue realmente el líder del grupo en los primeros años, todos eran iguales, pero así decía el contrato.
Hunter bebió lo poco que quedaba de vino en su copa y se excusó para ir al baño. Aproveché su breve ausencia para echarle un nuevo vistazo al libro que aún mantenía bajo la celosa tutela de Ana, y casualmente lo abrí en la sección introductoria de veinte mil palabras que Hunter había agregado en la edición de 1985: "Hamburgo fue una parte difícil. Creí que nunca iba a obtener una idea clara de lo que había sucedido allí. Los Beatles no se ponían de acuerdo sobre los recuerdos de cuántas veces habían estado, y se contradecían todo el tiempo [...]." Dejé viajar mis ojos por la página y más abajo descubrí que Hunter también había caído en la cruel trampa de la memoria: "[...] Los Beatles habían hecho tres giras a Hamburgo. John había dicho que dos y Paul creía que habían sido cuatro [...]." Y en el párrafo más arriba descubrí aún más sobre el liderazgo de John al que se refería Hunter: "La cláusula 7 del contrato decía que "El Sr. John W. Lennon está autorizado como representante del Grupo para recibir los pagos"." Pero ¿qué me podía importar tan delicioso lapso de Hunter, cuando estaba disfrutando de un relato mucho más apetitoso que el filet mignon con papitas fritas que tenía delante de mí.
A los cinco minutos regresó a la mesa y le ordenó al camarero otra copa de vino; yo aproveché para cambiar mi botella de cerveza vacía por una llena y fría. Ya sin necesidad de incitarlo con preguntas o miradas interrogativas, Hunter prosiguió donde se había quedado:
-Como te decía, en Hamburgo fui a los clubes. Y también fui a ver a Astrid Kirchherr, quien era una pieza vital en la historia de los Beatles -tú sabes que fue la novia de Stu Sutcliffe, el Beatle que murió muy joven a causa de una hemorragia cerebral. Pues mientras los Beatles estuvieron en Hamburgo andando con Astrid, entonces estudiante de la escuela de arte, tuvieron un público diferente. En Liverpool su público era de muchachos y muchachas corrientes que iban a verlos a los clubes y salones de bailes, pero en Hamburgo tuvieron sus primeros admiradores intelectuales, porque Astrid y sus amigos iban a la escuela de arte y a la universidad, y en realidad fueron estos los que vieron algo en los Beatles que los fans de Liverpool no habían visto aún.
"Una de las cosas interesantes sobre los Beatles es que, al igual que James Joyce, quien fue a París para escribir sobre Dublin, y en París se hizo irlandés, ellos, de cierta forma, cuando fueron a Hamburgo se hicieron liverpulienses. Allí encontraron su propio ruido, su propio sonido, alejados de sus hogares. Astrid tuvo un gran efecto en la forma de peinarse y vestirse de los Beatles. Y más importante que todo eso, tomó sus fotos más extraordinarias. En la actualidad, considero que son las mejores fotografías que se hayan tomado de ellos. Son fotografías increíbles, hechas con mucho arte.
"Yo tenía una dirección de Astrid de cinco o seis años atrás, pero logré localizarla en el apartamento donde vivía entonces. Todo estaba pintado de negro. Las paredes eran negras, el piso era negro, las velas eran negras, toda su ropa era negra, y aún estaba de luto por la muerte de Stuart Sutcliffe. Esa noche, cuando se fue al trabajo, fui con ella. Era bailarina en un club de lesbianas. El gigolo es un hombre al que tú le pagas para que baile contigo en un club moderno, pero no sé cómo se le llama a la mujer que baila con otra por dinero en un club de lesbianas. Astrid no era lesbiana, ese era simplemente su trabajo en el club, una especie de bailarina de compañía. Cuando regresé a Londres y se lo conté a los Beatles, se quedaron sorprendidos. Ellos habían perdido todo contacto con Astrid. ¡Sus vidas habían cambiado tan rápidamente!
Cuando nos despedimos, me puse a pensar en algo muy curioso sobre Hamburgo de lo que Hunter Davies no habla en su libro ni me contó esa noche; podría parecer una tontería, pero la conversación me recordó algo que una vez noté por casualidad. Yo no sé nada de alemán, pero me pregunté si en ese idioma casi todo comienza con la letra K, o si casi todo lo que se movía alrededor de los Beatles tenía un apego misterioso a esa letra, que por suerte para ellos, no era una mala letra: Bruno Koschmeider fue el primero que contrató a los Beatles para irse a Hamburgo a tocar en los clubes bajo su tutela, uno de los cuales era el Keiserkeller; Bert Kaempfert fue el cerebro detrás de la primera grabación de los Beatles con Tony Sheridan (My Bonnie, Ain't She Sweet, etcétera); ya sabemos de Astrid Kirchherr, pero no de su esposo Gibson Kemp, un músico ya retirado, que no era alemán, sino de Liverpool; y también está Klaus Voorman, uno de los buenos amigos de Astrid de la escuela de arte que luego se convertiría en un amigo inseparable de los Beatles, como músico y como diseñador. Y no quisiera meter en el potaje a Allen Klein, el último manager de los Beatles, ni a las bandas liverpulienses King Size Taylor and the Dominoes o a Billy J. Kramer and the Dakotas, porque terminaría hablando del presidente J. F. Kennedy.
Al día siguiente, con la exactitud de un cuco, Hunter Davies tocó a mi puerta a las nueve de la mañana. Como él había venido a escribir sobre Cuba y no a hablar sobre los Beatles, había aprovechado nuestra nueva amistad para autoinvitarse a mi casa y ver cómo vivían los cubanos. Sin perder tiempo, me pidió permiso para moverse por el apartamento a sus anchas y tomar nota de todo cuanto viera. Acordamos mezclar su investigación con la mía, así que él me iba a preguntar sobre mi vida y Cuba y yo le iba a preguntar sobre la suya y los Beatles. Como buen anfitrión, lo dejé comenzar. Después de explicarle sobre la libreta de la bodega, los seis huevos al mes, y por qué mi esposa, mis hijos y yo vivíamos en el mismo apartamento que mis padres, le tocó a él caer bajo mi lacerante cuestionario. Primero le hice continuar su historia luego de lo que vio en Liverpool y en Hamburgo.
-Cuando completé la información básica sobre el pasado de los Beatles, mi próximo paso fue obtener datos sobre ellos en la actualidad, así que me pasé muchas semanas yendo a sus casas en 1967 para ver cómo vivían. Todos se habían comprado grandes mansiones. Yo me sentí algo decepcionado porque hubieran escogido casas -al menos George, Ringo y Paul- en áreas residenciales aburridas, donde generalmente vivían estrellas pop.
"Me pasé días en aquella enorme casa donde vivía John. Se había gastado una fortuna en contratar a un decorador para que fuera y le acomodara los muebles, pero en realidad parecía que había encontrado su refugio en un pequeño sofá situado en una pequeña habitación, donde se acomodaba como podía y se pasaba todo el día viendo la televisión. De vez en cuando nadaba un poco en la piscina, y yo nadaba un poco con él. Recuerdo que luego de tres días con él, volví, vimos televisión juntos, nadamos en la piscina, y no pronunció ni una sola palabra. O andaba drogado o estaba inmerso en su propio mundo de fantasías. La excepción fue un día en que nadábamos en la piscina y escuchamos el sonido de la sirena de un auto patrullero como a un kilómetro. El sonido le llamó la atención y comenzó a cantar una canción; fue dándole forma y de ahí salió mm mm mm (tarareó Across The Universe). Esa noche trabajó un poco más en ella, pero no la terminó; muchos años después se convirtió en Across The Universe. John era así. A él se le ocurría alguna idea, pero como no era tan profesional como Paul, casi siempre la abandonaba y dejaba la canción a medias. Por aquellos días vivía con Cynthia y Julian, pero era obvio que no tenía contacto alguno con Cynthia. Ya su matrimonio había terminado, aunque nadie importante había aparecido en su vida aún.
-¿Y cómo encaja Yoko en esta historia? -lo animé a continuar.
-Bueno, yo conocí a Yoko mucho antes que John. Cuando era escritor de aquella sección en el Sunday Times, en 1965, una vez recibí la llamada de una mujer que decía estar rodando un filme sobre traseros desnudos y me preguntó si podía ir a ver cómo se filmaba en Park Lane, en Londres. Por supuesto que le dije que se fuera al caraXo, pues pensaba que se trataba de una amiga periodista del diario The Observer que me estaba corriendo una máquina. Aquella mujer al otro lado de la línea insistió en que no era un juego, que se trataba de un filme de verdad, y fui a Park Lane para ver qué podía sacarle a aquello para mi columna en el periódico. Cuando llegué, vi que afuera del local había una enorme cola de personas esperando para entrar. Yoko había puesto un anuncio en la prensa: "¿Quiere aparecer en un filme? Su actuación está garantizada, pero tiene que ser gratis." Se apareció un montón de gente, y había una cola enorme, parecida a la de Coppelia. Adentro, en el local de filmación, una pequeña rotonda daba vueltas, y habían colocado una cámara fija; en cuanto las personas entraban a la locación, se les pedía que se bajaran los pantalones y se subieran a la rotonda giratoria, y así filmaban un trasero tras otro. Yoko me pidió que lo hiciera también, pero le dije: "No, a mi agente no le va a gustar que aparezca desnudo." Luego escribí un buen artículo sobre ella. Su esposo, un norteamericano muy rico, había puesto todo el dinero, y escribí sobre eso. Le puse un curioso título y luego vinieron a agradecérmelo.
"No la vi más hasta unos dieciocho meses después, una noche, en los estudios de Abbey Road. Cuando los Beatles estaban grabando, a nadie se le permitía entrar al estudio. Incluso cuando Mick Jagger o amigos de otros grupos venían, sólo podían llegar a la cabina de control, pero nunca al estudio. Los únicos que podían entrar eran sus dos ayudantes, Neil Aspinall y Mal Evans. A mí me llevó meses que me dejaran entrar, y cuando lo logré, me sentaba muy tranquilo y nunca decía palabra alguna, ni tomaba notas. Cuando llegaba a mi casa, me quedaba despierto toda la noche y comenzaba a escribir de memoria lo que había visto.
-Recuerdo que en tu libro leí que eso le pasó particularmente a Pink Floyd, cuando era un grupo de vanguardia que estaba comenzando bajo la tutela de Norman Smith, el primer ingeniero de grabación de los Beatles -le comenté.
Hunter me miró fijo unos segundos, como echando a correr la máquina del tiempo, o como buscando con un pico y una pala en lo más profundo de su memoria:
-Tengo que admitir que no recuerdo referencia alguna a Pink Floyd en mi libro. Pero esas cosas pasan, sobre todo porque no lo he leído en los últimos treinta años. Pero si tú dices que yo puse el ejemplo de Pink Floyd, debe de haber sido así. Yo sí recuerdo que venía gente de muchos grupos para echarles una mano con alguna que otra grabación, pero ya no puedo precisar los nombres.
"Bueno, una noche entré al estudio y allí estaba Yoko, sentada sobre las piernas de John, con la vista clavada en él. Me imagino que los otros Beatles se debían de estar preguntando quién era aquella mujer. Fue una experiencia muy rara verla en aquel lugar. Y por supuesto, una vez que Yoko entró en la vida de John, la relación de él con Cynthia terminó de morir, y en cierta medida su relación con Paul también murió. A partir de entonces, John pasó a otra dimensión. Y ahí comenzó..., bueno, en realidad no comenzó el final de los Beatles. Los Beatles se hubieran desintegrado de cualquier forma, porque para entonces ya habían decidido seguir sus propios intereses y caminos por separado, pero la aparición de Yoko quizás sí tuvo su repercusión en la relación entre John y Paul.
-Te has alejado un poco y te has ido casi al final de los Beatles. Prefiero seguir la cronología. Me contabas hace un rato de la vida de John Lennon. ¿Qué pasó con los otros? -traté de que volviera a encauzar su historia.
-Después de John fui a ver a George, quien también vivía en un aburrido, ordinario y caro chalet en Londres. Cuando le toqué el tema, me di cuenta de que no le gustaba hablar de los Beatles. Ya estaba harto. No le interesaban. Sólo quería hablar de temas espirituales. Pero, con paciencia, finalmente logré hacerlo hablar sobre su pasado. Ringo, por su parte, estaba un poco más relajado porque ya habían decidido terminar las giras y no tocar más en vivo. En la actualidad, cuando ves los videos de los Beatles tocando en aquellos estadios, te puedes imaginar qué cosa era hacer esos conciertos, donde ni ellos mismos podían oírse. La gritería era espantosa. Durante las giras, lo único que hacían era volar de un lugar a otro y estar encerrados en hoteles por ahí, así que un buen día decidieron dejar de tocar en vivo y dedicarse a sus discos, y ahí fue cuando los conocí.
"Paul se había mudado para una vieja casa en el centro de Londres, en Cavendish Avenue, al doblar de la esquina de Abbey Road, que se había convertido en el punto de reunión, en lugar del estudio. Allí Paul tenía un pequeño estudio en la parte de arriba de la casa. John iba temprano en la mañana, y luego subían para trabajar en algún tema. John podía tener lista solamente la mitad de una canción y Paul la mitad de otra, y juntos se sentaban durante horas a escribir sus canciones. Para mí era algo fascinante ver a dos genios creativos trabajando.
"Un día yo estaba en casa de Paul y salimos a dar una vuelta por Primrose Hill -eso fue por abril, y la primavera estaba comenzando en Inglaterra-, acompañados por su perra Martha. Cuando llegamos a la punta de la loma, Paul miró al cielo; el sol había salido, y me comentó: "Las cosas van mejorando." Yo le respondí: "Sí, van mejorando. La primavera está a punto de llegar." Se sonrió y me dijo que se refería al tiempo, y se rió. Yo le pregunté de qué se reía y me contestó: "Hace un par de años, cuando estábamos de gira por Australia, Ringo estaba enfermo y tuvimos que usar un baterista de relevo. Luego de cada concierto le preguntábamos a ese baterista: '¿Cómo van las cosas, Jimmy?' Y Jimmy Nicol respondía: 'Las cosas van mejorando' (It's getting better). Al día siguiente le volvían a preguntar, y lo único que él decía era: 'Las cosas van mejorando. Y John, para fastidiarlo, siempre le decía: "Las cosas van mejorando." Así que aquel día Paul recordó aquella frase y comenzó a cantar: "Tienes que admitir que las cosas van mejorando" (You've got to admit it's getting better), y al llegar a la esquina del parque, ya tenía como cuatro líneas de la letra de la canción. Cuando llegamos a la casa y se encontró con John le dijo: "Tengo el comienzo de una nueva canción", y empezaron a darle taller juntos. Esa fue la primera vez que los vi trabajar una canción desde el inicio. Obviamente, terminarla les tomó varias semanas.
"Como tú debes conocer, los Beatles no sabían escribir música. Ninguno de ellos sabía notación musical, pero Paul en particular tenía un oído musical natural. Casi podía tocar cualquier instrumento si lo dejabas jugar con él durante un par de horas. Creo que él había tomado algunas lecciones de música cuando era un niño, pero las había dejado. Su padre, Jim, había tocado en una orquesta de jazz; era musical y Paul heredó eso. Como ninguno podía escribir música, para crear sus canciones las tocaban entre ellos y las memorizaban. Luego se las tocaban a George Martin, quien finalmente las grababa. Y cuando hacía falta traer algún trompetista u otro músico acompañante, George Martin era quien escribía la notación para cada instrumento. Hace poco Paul escribió un oratorio, pero lo hizo con ayuda también. Ya han pasado treinta años desde que los Beatles dejaron de existir, y ahora hay tantos equipos electrónicos que puedes crear cualquier tipo de música que quieras sin escribir la partitura: simplemente oprimes un botón que dice, por ejemplo, "trompetas", y listo.
-Cambiando a otro tema, aquí en Cuba siempre existió el rumor de una supuesta rivalidad a muerte entre los Beatles y los Rolling Stones, que por suerte ya ha ido quedando aclarada gracias a los coloquios anteriores -nosotros tenemos quizás tantos especialistas en los Rolling Stones como en los Beatles. Incluso, tú sabes que Lennon y McCartney escribieron el tema I Wanna Be Your Man para los Stones. Hace un rato me dijiste que Mick Jagger era uno de los amigos de los Beatles que venía a verlos trabajar en el estudio de grabación. ¿Recuerdas alguna anécdota sobre la relación entre ellos? -quise saber.
-Sí, cómo no. Mientras aún andaba con ellos, un día recibí una llamada de Michael McCartney, el hermano de Paul: "Debes estar mañana por la mañana en la estación de trenes Euston Station. Algo increíble va a suceder." Ni él mismo sabía de qué se trataba. Solamente me dijo: "Todos los Beatles van a viajar en tren", así que a la mañana siguiente yo también tomé ese tren. Incluso cuando justamente la noche anterior habían decidido que iban a viajar, en la mañana ya había bastante gente esperando, curiosa, en el andén, sobre todo fans. El tren salió a tiempo y Cynthia se quedó atrás, al igual que varias personas. A mí me tocó viajar en el mismo vagón durante cinco horas con Mick Jagger, Marianne Faithful, John Lennon y Paul McCartney. Íbamos para Bangor, al norte de Gales, para ver al Maharishi. Me pasé todo el viaje observando el lenguaje corporal entre Mick Jagger y John Lennon, para ver si notaba algún tipo de celo, rivalidad, pero no, se comportaron como amigos perfectos. Todos estaban vestidos de hippies, con pantalones tan apretados que apenas se podían mover. Cada cual se había puesto lo mejor que tenía, lo que no me parecía muy cómodo para tan largo viaje.
"Unas semanas después me acerqué a John y le dije: "Te estuve observando muy detenidamente en el tren sentado junto a Mick Jagger, y me parecieron muy buenos amigos, pero noté cierta reserva entre los dos. ¿Existe alguna rivalidad entre ustedes?" Y respondió: "Oh, sí. Yo estoy celoso de los Rolling Stones. No celoso de su música. Estoy celoso desde el comienzo, porque los Rolling Stones pueden ser ellos mismos en el escenario, usar ropa desaliñada, y verse sucios y horribles." Eso era exactamente lo que la gente pensaba entonces de los Rolling Stones. Cuando aparecieron, metían miedo. Las madres no querían que sus hijas compraran sus discos. Y John estaba molesto porque todos aquellos años, los primeros años, gracias a Brian Epstein, los Beatles se habían pulido. Tenían que usar trajes en el escenario y a John eso le desagradaba. Brian les decía: "A menos que hagan esto, no se van a ver profesionales. Si no hacen esto, los hombres de negocio de Londres no se van a fijar en ustedes. Esto es lo correcto." Les escribía notas que decían: "No escupan en el escenario. No masquen chicle en el escenario. No fumen en el escenario. Lleguen siempre a tiempo. Usen siempre ropa limpia." Así fue como Brian los hizo entrar en forma, y había que hacerlo. Pero John estaba molesto porque a los Rolling Stones -gracias a los Beatles, que llegaron primero y les abrieron el camino- se les permitía comportarse como querían.
"Así que fuimos a Bangor a conocer al Maharishi. Todos los Beatles recibieron su mantra. Yo era un poco escéptico y cínico sobre todo aquello, pero ellos parecían bastante impresionados con él y convencidos de todo. Durante ese fin de semana se anunció la muerte de Brian Epstein. No se consideró suicidio ni legal ni oficialmente, aunque ya él había tratado de suicidarse antes. El Maharishi dijo: "Él se ha ido a un lugar mejor, así que no se preocupen", lo que molestó bastante a la familia de Brian. Los Beatles, por su parte, se mostraron insensibles luego de su muerte.
-Para mí, una de las cosas mejor descritas en tu libro son aquellas relacionadas con la concepción y grabación del SGT. PEPPER'S..., porque pudiste estar con ellos mientras escribían las canciones y las grababan. Ya me hablaste de It's Getting Better y recuerdo particularmente tu anécdota de cómo escribieron With A Little Help From My Friends, para Ringo. También sé, aunque no está en tu libro, que estuviste junto a Mick Jagger, Keith Richard, Marianne Faithful, Keith Moon, Eric Clapton, Pattie Harrison, Jane Asher, Mike McCartney, Graham Nash y Gary Leeds haciendo los coros cuando los Beatles grabaron All You Need Is Love para la primera transmisión por satélite. ¿Tú conservas algún recuerdo especial, algo material, de aquellos días? -continué indagando.
-Sí. Cuando regresamos a Londres de Bangor, estuve presente durante todas las grabaciones del SGT. PEPPER'S... Y durante todo ese tiempo me fijé mucho en Paul, que fue el motivador de la portada y del formato del disco. Como te dije hace un rato, John estaba aún como en las nubes y Paul era quien tomaba la rienda de las cosas, como también luego hizo en MAGICAL MYSTERY TOUR. Así que cuando ellos estaban haciendo el SGT. PEPPER'S fuimos a casa de Paul a eso de las cuatro de la tarde y tomamos el té, que no era más que huevo frito con bacon y frijoles -por aquel entonces Paul aún no era vegetariano. Luego los Beatles iban para el estudio de Abbey Road y trabajaban hasta las dos o tres de la mañana. Al final de cada sesión quedaban papeles escritos en el suelo, versiones manuscritas de las canciones que habían grabado esa noche, escritas en alguna libreta, o en algún menú, o en la cuenta, o en un boleto de avión. Quizás Ringo llegaba más tarde y le mostraban: "Richie -a él le solían decir Richie y no Ringo-, esto es lo que estamos haciendo esta noche. Estas son las nuevas canciones." Al finalizar, yo les preguntaba: "¿Y estos papeles, me puedo quedar con ellos?", y me decían: "Sí, por supuesto." En definitiva, los conserjes de limpieza quemaban todos aquellos papeles a la mañana siguiente. A nadie les interesaban o les eran de utilidad.
"Algo curioso sobre los Beatles era que no tenían interés alguno, cuando los conocí, por su pasado. Nunca escuchaban un disco anterior. Nunca escuchaban una canción vieja. Lo único que les interesaba era hacer el próximo disco. Una de las cosas más emocionantes para quienes tuvimos la suerte de vivir los años 60 era esperar a que sacaran su próximo disco, pues sabíamos que iba a ser diferente al anterior. Cada vez que los Beatles sacaban un disco, siempre tenía algo nuevo, que podía ser la música, el background, el ritmo, o alguna nueva influencia, como el influjo hindú que ya tú conoces. ¡Y aquello era tan emocionante! Jamás he vuelto a experimentar esa emoción. No recuerdo ningún otro grupo que haya progresado con cada disco con la misma intensidad que los Beatles.
-¿Y cómo se te ocurrió recoger los papeles del piso? -insistí.
-Cada vez que trabajo en un libro, guardo algunas cosas. Yo soy un gran coleccionista de recuerdos. Una vez escribí un libro sobre un equipo de fútbol, el Totten-ham Hotspur, con quienes viví durante cierto tiempo. Y durante todo ese tiempo conservé los programas, los documentos del equipo, las listas de la tintorería. También escribí un libro de arqueología sobre la pared de Hadrian, y guardé los boletos de todos los ómnibus que tomé. Ahora que estoy en Cuba, estoy recopilando los recibos, las listas de las comidas. Esos papeles los guardo en gavetas y luego los uso para refrescar la memoria cuando estoy escribiendo el libro.
"Eso fue lo que sucedió mientras estaba trabajando con los Beatles. Diez años después, cuando mis tres hijos comenzaron a crecer y se hicieron jóvenes, saqué aquellos papeles con las canciones de los Beatles, los mandé a encuadrar y los puse en la pared, como diversión, pues ninguno tenía entonces valor, como tampoco lo tienen mis recuerdos del equipo de fútbol. Y un buen día, en los años 70, cuando me desperté, me enteré de que esos pedazos de papel colgados en la pared valían más que mi casa: Sotheby's había comenzado a subastar memorabilia de los Beatles. Unos cinco años atrás habíamos tenido un robo en la casa y me habían robado todos los discos de los Beatles, firmados por ellos -les había pedido a los cuatro que me los firmaran mientras estaba escribiendo el libro, porque no era solamente el biógrafo sino también un gran admirador. Bueno, cuando hice la declaración para el seguro, sólo exigí £2,50 por disco, porque ese era el valor que tenían. En aquel entonces las firmas no valían nada.
"Cinco años después del robo, tengo aquellas diez canciones originales de los Beatles colgadas en la pared. Tengo Yesterday escrita de puño y letra de Paul, pero esa no la tomé del piso, esa Paul la escribió para mí, así que no es original. Tengo Strawberry Fields Forever, la versión original, con la letra de John, llena de borrones y tachaduras. Tengo Michelle, I Wanna Hold Your Hand, diez en total. Y aquel día, cuando me enteré de que valían más que la casa, me quedé parado allí, mirándolas, y me pregunté: "¿Qué hago con todo esto?" No podía venderlas porque Paul no me iba a querer hablar más si lo hacía, así que decidí donarlas al Museo Británico, y durante los últimos diez años estuvieron allí. Recientemente las pasaron para la Biblioteca Británica. Si algún día vas, verás que junto a Shakespeare, Words-worth, Shelley, Keats, Byron y la Magna Carta, están mis diez manuscritos de los Beatles, están en una gran urna de cristal. Mi nombre no está por ningún lugar, solamente verás los diez papeles. Cuando la reina inauguró la Biblioteca Británica, el verano pasado, se quedó parada allí observando las canciones de los Beatles, quizás porque a ella le es más fácil entender a los Beatles que a Shakespeare. De todas formas, en mi testamento esas canciones se las dejo a la nación.
Escuchando a Hunter sentí una enorme impotencia, y no porque hubiera donado aquellas canciones al Estado y no a mí. Yo había trabajado en la Biblioteca Británica sólo dos semanas después de la inauguración, y estuve yendo cinco días a la semana durante un mes. Diariamente pasaba junto a la colección de libros de todos los reyes británicos, muy bien protegidos dentro una urna de cristal parecida a la que cubre al Granma en La Habana. A pesar de disponer de muy poco tiempo para detenerme en otra cosa que no tuviera que ver con la investigación que me había llevado a Londres, un día decidí entrar a la Sección de Manuscritos, a la izquierda de la puerta de acceso a la biblioteca. Y en efecto, allí había visto las cosas de Shakespeare, de Lord Byron, de Keats, y todo lo demás, y según me había acabado de describir Hunter, había estado al lado de las canciones de los Beatles. Pero nunca las vi. Nunca supe que estaban allí, mirándome, llamándome, burlándose de mí, mientras yo miraba otros documentos.
Estuvimos conversando sólo un rato más. Desdichadamente, esa mañana yo no tenía mucho tiempo para hablar con Hunter sobre los Beatles, lo que me hacía sentir algo incómodo. Me había comprometido con Luis Manuel Molina, Albertico Fabelo y José Bustillo a encontrarnos para ensayar los números que íbamos a tocar en el concierto final del coloquio. Además, el taxi que Hunter había pedido ya había llegado. Como un halcón real aún hambriento, le echó un último vistazo al apartamento, y anotó un par de cosas más en su libretica -"El papá de Ernesto Juan tiene una cría de cinco gallinas y un gallo en el balcón. El vecino de arriba tiene un oloroso puerco en el suyo". Quedamos en vernos en el coloquio unos días después, pero primero le cogí botella en el taxi hasta El Vedado y aproveché los quince o veinte minutos del viaje para hacerle un par de preguntas más:
-Tú eras un investigador y tenías el compromiso de escribir la biografía de los Beatles en un período de tiempo prudente. En 1967 estaban en el mejor pico de su carrera artística y aún no habían pensado separarse. ¿Cuándo y cómo decidiste dejar de andar con ellos para irte a tu casa y comenzar a escribir el libro?
-Fue duro cuando me di cuenta de que ya tenía que comenzar a escribirlo. Había estado andando con ellos durante dieciocho meses y no tenía deseos de dejarlos. Quería seguir investigando para siempre. ¡Estaba tan fascinado con todo lo que sucedía! Pero tuve que comenzar. Mientras estaba escribiendo, hice, por fin, contacto con Fred Lennon, el padre de John, que como tú sabes lo había abandonado cuando aún era un bebé. Su madre murió después y su tía Mimi lo crió. Fred Lennon había desaparecido. Había partido en un barco, como sobrecargo, hacia los Estados Unidos y otros países, pero cuando los Beatles se hicieron famosos, reapareció y dijo: "Yo soy el papá de John Lennon." Por ahí existen algunas entrevistas con las cosas que dijo. La tía Mimi estaba furiosa y le advirtió a John: "¡Bajo ningún concepto hables con ese Freddy, porque él te abandonó y fui yo quien te crió!", así que John se negó a verlo. Y luego volvió a desaparecer.
"Mientras yo me encontraba investigando para el libro no pude encontrarlo. Y cuando lo tenía casi terminado logré localizarlo. Trabajaba como friegaplatos en una taberna en Richmond, o Kingston, o algún lugar por el estilo. Y fui a verlo porque yo había entrevistado a todos los padres de los Beatles. Incluso había entrevistado al padre de Ringo, quien se había separado de la madre y trabajaba limpiando ventanas en Crewe, un curioso lugar de la mitología inglesa. Fred era el último padre vivo que me quedaba por entrevistar, así que fui a verlo y me contó la historia de su vida. Me contó cómo había conocido a la mamá de John y por qué los había abandonado. Y me hizo la larga historia de cómo un día se robó a John y se escapó con él. Pensaba llevárselo para Nueva Zelandia para estar juntos otra vez. Y le creí.
"Le pedí una fotografía, y finalmente la encontró. Era una magnífica foto suya vestido de presidiario en un barco, con su número. Lo habían metido preso luego de que le encontraron una botella de whisky robada en el bolsillo. Aquella fotografía era una imagen idéntica de cómo John se vería en la actualidad. Puedes descubrir la similitud entre John y Fred Lennon en la nueva versión del libro que te di ayer.
-¿Encontraste algún tipo de censura por parte de los Beatles o de sus familiares? -le pregunté tratando de aprovechar el poco tiempo que nos quedaba.
-Cuando terminé el libro, Brian Epstein ya había muerto. Cuando yo firmé el contrato con él, había quedado claro que yo iba a ser el biógrafo oficial, y le había prometido que, antes de publicarlo, cada uno de los Beatles podría leer su parte y arreglar algún error que pudiera haber cometido, sin tratar de hacer cambiar mi opinión. Sólo podían corregir los hechos. En cuanto a Brian, yo había pasado mucho tiempo entrevistándolo, y había ido a su casa en varias ocasiones. Allí me había hablado de su homosexualidad e incluso me había mostrado la tarjeta de un club de homosexuales -existía un club en Londres a donde él llamaba por teléfono para que le enviaran algún muchacho. Él había estado de acuerdo en que yo podría hablar de su homosexualidad en el libro, aunque en 1966, en Inglaterra, eso era aún ilegal -en la versión original yo puse que Brian era gay. En aquellos días la palabra gay era solamente conocida para un pequeño círculo de personas, pero ahora todo el mundo sabe lo que quiere decir.
"Brian había muerto y la madre heredó los derechos de mi contrato. Ella se llamaba Queenie, que es un nombre bastante curioso para la madre de un homosexual. Pues cuando Queenie leyó la parte de Brian, negó que Brian hubiera sido homosexual. Yo no quería hacer un escándalo, sólo quería decir quién era Brian Epstein, y su madre me estaba censurando una de las piezas más importantes del rompecabezas. Una persona como Brian Epstein, quien no tenía interés alguno en la cultura popular, y la única música que le gustaba era la de Sibelius, tenía una formación social totalmente diferente a la de los Beatles. Primero que todo, él era judío y los Beatles no. Provenía de una familia rica y los Beatles no. ¿Cómo pudo esta persona descubrir a los Beatles y enamorarse de ellos? ¿Cuál fue la conexión? A mí me parecía que la conexión estaba en que a Brian le gustaban los jóvenes heterosexuales, y sentía una particular pasión por John Lennon, vestido con ropas de cuero y alardeando en el club Cavern. ¿Y acaso esa pasión que Brian sentía por John quedó insatisfecha? John admitió después que una noche él se había acostado con Brian, pero creo que más bien fue la forma que encontró para callarles la boca a algunas personas.
"Así que esa era la conexión. Y yo quería explicar esa conexión con los Beatles. Pero no podía porque Queenie negaba que fuera verdad, y ella era quien tenía los derechos sobre mi contrato: no podía explicarlo sin su consentimiento. Después, en ediciones posteriores he agregado otras veinte mil palabras con todo lo que no puse entonces.
"Pero los cuatro Beatles leyeron el libro y no hicieron comentarios. George estaba un poco molesto porque yo no había escrito más sobre espiritualismo y misticismo hindú. John, de alguna manera, le había enseñado a su tía Mimi el capítulo sobre él, y Mimi puso el grito en el cielo cuando leyó que John decía malas palabras. Según ella, él nunca decía malas palabras. "¡No permito que pongas ahí que decía malas palabras!", me increpó. Y yo le aclaré: "¡Pero fue el propio John quien me contó que él decía malas palabras!" Mimi agregó: "¡Tampoco permito que pongas que robaba cosas!" Y le respondí: "¡Fue John quien me dijo que él robaba cosas!" Luego ella lo llamó para echarle una refriega y John me escribió: "Ve a verla otra vez. Haz cualquier cosa a fin de mantenerla feliz", así que fui a verla y le dije: "Mire, yo soy el biógrafo oficial y no quiero escribir mentiras. Lo que yo he escrito es la pura verdad." Acordé no cambiar nada al final del primer capítulo, sino agregar que Mimi afirmaba que John nunca decía malas palabras, a pesar de que John se había pasado las veinte páginas anteriores haciéndolo. Una frase que ella insistió que yo pusiera fue: "John se pasaba todo el día feliz", y el capítulo termina abruptamente con esa cita de Mimi. Pero como sabemos, John nunca fue un joven feliz. Era un joven rebelde, agresivo, infeliz, que se pasaba todo el día fajándose y gritando.
Hunter me hizo recordar un mal comentario que John Lennon había hecho cierta vez sobre su libro, y le hablé, quizás con un poco de miedo a herirlo:
-Sin embargo, en diciembre de 1970, Lennon le dijo a Jann Wenner, el editor de la revista Rolling Stone, que tu libro "era en realidad una mier... [...] no había nada sobre las orgías y todo lo que pasaba en las giras [...] se nos daba aquella imagen tan inocente cuando nuestras giras eran algo más que eso. Las giras de los Beatles eran como "El Satiricón de Fellini". ¿Cómo te cayó eso?
Hunter me miró sorprendido, como si nunca se hubiera imaginado que le fuera a hacer esa preguntara. Sonrió para demostrar que no estaba molesto y me respondió:
-Sí, es verdad que John Lennon dijo eso, y yo lo discutí con él después. Pero John era el tipo de persona que siempre te iba a la contraria y siempre exageraba las cosas y hacía que estas parecieran mejor o peor de lo que eran. Es cierto, que yo no podía... Mi libro salió en 1968. Ya te conté lo que me pasó con la homosexualidad de Brian Epstein y su mamá en la primera edición. Tampoco podía... Había cosas sobre las que no escribí y que todo el mundo sabía que sucedían. En aquel entonces, John estaba oficialmente casado con Cynthia, Paul vivía con Jane Asher, George estaba casado o a punto de casarse. Por el bien de sus esposas, yo no podía escribir sobre todas las veces que los Beatles se acostaban con sus admiradoras y las cosas que sucedían en las habitaciones de sus hoteles, y sobre lo que hacían sus asistentes. Yo no dije lo contrario. Yo no dije mentiras, simplemente no expliqué los detalles gráficos que hubiera explicado si estuviera escribiendo el libro ahora. Pero, por otra parte, todo el mundo sabía sobre las orgías de los Beatles con sus fans. Todo el mundo sabía lo que pasaba, y yo no tenía por qué subrayarlo. Sin embargo, el libro tuvo una buena crítica. El New York Times dijo que era una de las biografías pop más sorprendentes escritas jamás, por ser tan osada. Yo incluí lo de los Beatles y las drogas. El consumo de drogas era ilegal, sin embargo, puse que los Beatles usaban drogas. Así que me dolió mucho cuando John dijo, muchos años después, que mi libro era una mier....
Me repitió la misma sonrisa picarona:
-¡De todas formas, esa fue una buena pregunta, canalla!
Habíamos llegado al Habana Libre, pero a pesar de estar tan apurado, no quería irme y dejar el tema de John Lennon en el tintero.
-¿Cuándo fue la última vez que lo viste? -le pregunté buscando en él una respuesta nostálgica, para comprobar si habían quedado como buenos amigos, sin resentimientos, aunque me pareció que John y Hunter nunca fueron muy buenos amigos.
-No lo vi más después que se fue a vivir con Yoko a los Estados Unidos, en 1971. Le escribía y hablaba con él por teléfono, pero no lo vi más. Así que mi último recuerdo se remonta a aquel día que fui a su casa a tomar el té. Ah, y también recuerdo haber ido a la fiesta que los Beatles organizaron para el personal de la Apple luego del lanzamiento del MAGICAL MYSTERY TOUR. Esa noche John se apareció vestido como un Teddy Boy, que es el nombre que se les daba a los gamberros ingleses de finales de los años 50 y principios de los 60, que se vestían con características ropas eduardianas y siempre andaban buscando problemas. John estaba en fantástica forma. Fue sorprendente verlo vestido como un Teddy Boy, lo cual, por supuesto, había dejado de ser desde hacía muchos años.
-¿Cómo te sentiste cuando te enteraste de su muerte? -inquirí, automáticamente, sin darme cuenta a tiempo de que odio ese tipo de preguntas. Pero de todas formas, me gustó escuchar su respuesta, que fue tan corta y sucinta como me la imaginé:
-Como todo el mundo, me sentí muy deprimido. Fue algo muy triste.
Pero lo que me había dicho sobre el MAGICAL MYSTERY TOUR me había abierto una brecha para tocar un tópico que siempre me había interesado, y me prometí que iba a ser mi última pregunta del día:
-Hablando del MAGICAL MYSTERY TOUR, siento una fuerte y curiosa atracción hacia ese disco y la película, la que considero bastante vanguardista y atrevida para la época. Para mí, fue una de las mejores cosas que se les ocurrió hacer a los Beatles en toda su vida, y en realidad creo que fue un proyecto bastante mágico y misterioso. Tú que andabas aún con ellos, ¿cómo surgió la idea?
-Ya habían trabajado como actores en A Hard Day's Night y Help!, y creyeron que podían intentar hacer un filme por sí solos. Recuerdo que Paul dibujó un diagrama, un círculo, de cómo iba a suceder todo. En vez de contratar a un director, serían sus propios directores, y así dejaron fluir su imaginación, sus fantasías. ¡Lo hacían todo tan rápido y tan fácil, sin tener siquiera una preparación profesional! Como tú sabes, no sabían escribir música. No era presunción ni vanidad, pero solían decirle a la gente: "Miren, si nosotros hemos sido capaces de hacer esto, ustedes también pueden hacerlo. No tienen por qué ir a una escuela pública o a la universidad para eso. No tienen por qué ser de Londres. Pueden ser de cualquier parte para hacer lo que deseen. Si realmente se proponen hacerlo, entonces pueden lograrlo." Y eso era en realidad lo que pensaban. Así empezaron Apple, como una compañía que pudiera ayudar a las personas a crear lo que quisieran. Creyeron que en cierta medida podían hacer ese filme, y lo lograron, sin guión alguno, improvisándolo todo: el resultado fue maravilloso. Yo creo que Magical Mystery Tour es genial. Pero no les gustó a los críticos por no tener forma, por divagar tanto; los críticos opinaron que era autoindulgente. Sin embargo, tiene ocho o diez canciones fenomenales.
Me complací de tener la misma opinión que Hu
Última edición por Day Tripper Girl el Jue Ene 04, 2007 8:31 pm, editado 1 vez en total.
... los últimos libros de fotos publikados han sido los siguientes:alonxo escribió:yo tengo 2 libros fotograficos sobre los beatles y uno de Harrison editado por los escritores de la Rolling Stone...mas tarde posteo fotos de las caratulas y si alguien quiere echarles un vistazo pues solo es cuestion de coordinar
un saludo
- 'the beatles unseen' de mark hayward, libro maravilloso. impredible.
- 'paul mccartney, cavendish avenue, nw8 1967' y 'sgt peppers', ambos de paul wane. libros ke recomiendo para todo amante de las fotos. vienen en formato espiralado y las fotos son verdaderamente inéditas.
paul wane ha prometido la publicación de 2 libros mas de este tipo, estoy a la espera de eso, se llaman 'the beatles 1967 post pepper recording sessions', fotos tomadas entre abril y noviembre de 1967 y el 'paul mccartney london nw8 1968/69' fotos tomadas en 1968 y 1969 en las afueras de la kasa de macca.
... ahora, el libro de harri publikado por rolling stones se llama 'harrison' y fué publikado en el 2002. este libro aparte de contener información de primera trae excelentes fotos como por ejemplo las de las sesiones del video de 'she's my baby' de los willburys.
... todos estos libros, SUPER rekomendados...
un abrazo
RollyLiz
el ke dice no! nunka más!
La manera más expedita es visitar una venta de libros, pero al menos en Venezuela, desde hace unos años no se consiguen.Psique escribió:Excelentes referencias, los felicito ... pero para los que no somos tan expertos podrían indicar donde pueden conseguirse esos textos ...
Otra manera y es la que generalmente utilizo, es entrar en www.amazon.com y buscar que hay disponible sobre Los Beatles, generalmente tienen los últimos títulos y muchos (cientos) antiguos títulos. Hay que ordenarlos y pagarlos con tarjeta de crédito vía web y esperar que lleguen a la dirección del que solicitó los libros.
Si tienen amigos o familiares en USA o Gran Bretaña, pueden darle los títulos que deseen comprar, enviarles dinero y que se los envíen de vuelta por correo.
Day Tripper Girl: muy interesante tu encuentro con Davies...debe haber sido toda una experiencia.
Ese título fue el primer libro que tuve y leí sobre Los Beatles. En aquel entonces me pareció lo mejor y lo tenía como un tesoro. Al pasar el tiempo y comenzar a aparecer otros autores con biografías o temas Beatle de contenido, comenzaron las contradicciones.
Hay tanto material que hay que tener mucho cuidado en lo que se compra, pero es como con cualquier celebridad, cada autor tiene su punto de vista y su opinión personal y hasta su concepción sobre como fueron las cosas. Le toca al lector hacerse un criterio, también propio, sobre el tema.
Pongo de ejemplo LA ANTOLOGIA, el libro que supuestamente "escribieron" los mismos Beatles. Es un libro muy difícil de leer por su tamaño y su diseño pero además, ahí se dice lo que ellos querían que se dijera. Por ello es importante leer mucho y variado sobre la banda y sus integrantes y de autores preferiblemente, que vivieron la época, que estuvieron cerca de ellos lo cual por supuesto, no es garantía que todo lo que dicen sea absolutamente cierto o acertado. Repito, cada autor le da su toque personal y los recuerdos de cada uno pueden mezclarse y no ser muy claros y deben complementar con fantasía.
En una próxima entrega les daré algunas recomendaciones y todo depende también si desean información sobre sus vidas como famosos, o sobre su música o contenidos de fotografías. Los hay sobre todas las categorías y de todas las formas posibles que puedan imaginarse.
The UNSEEN ARCHIVE es muy bueno si quieren recrearse con fotos, mi nieta siempre quiere verlo y apuesta cuando trata de identificar a los muchachos en las diferentes épocas.
Saludos desde Venezuela,
Yolly
Maybe I'm amazed with the Beatles Music
- Ivan_Vaughan
- Pete
- Mensajes: 105
- Registrado: Jue Ago 24, 2006 6:32 am
"Cuando regresamos a Londres de Bangor, estuve presente durante todas las grabaciones del SGT. PEPPER'S..."
Esto es lo que me molesta de este tipo de entrevistas... ¿De qué habla Hunter Davies (si es que es Hunter Davies)?
Sgt Peppers estaba más que grabado cuando los Beatles fueron a Bangor... Y el bueno de Brian vivo durante su grabación.
Ale, a leer otra cosa.
Saludos.
Esto es lo que me molesta de este tipo de entrevistas... ¿De qué habla Hunter Davies (si es que es Hunter Davies)?
Sgt Peppers estaba más que grabado cuando los Beatles fueron a Bangor... Y el bueno de Brian vivo durante su grabación.
Ale, a leer otra cosa.
Saludos.
SIEMPRE LIBERTAD DE EXPRESIÓN - BETI ADIERAZPEN ASKATASUNA
-
- Teddy boy
- Mensajes: 670
- Registrado: Vie Oct 26, 2007 1:36 am
Quiero dejar dos comentarios en cuanto al tema Hunter Davies: Alguien mas que un tipo con suerte:
- 1.-Tal y como lo acredito en el post fue escrito por el periodista cubano Ernesto Juan Castellanos quien originalmente lo publico en el diario habanero La Jiribilla. A Juan lo conoci en Miami y es por esa razon que se de esta entrevista.
2.-Efectivamente el entrevistado es Hunter Davies y los evidentes errores historicos es muy probable -asi lo percibi yo desde un principio- se deben a la manera en que la entrevista se realizo. Entiendo que Mr. Davis no pueda recordar con presicion todos los detalles y fechas. Eso desde mi punto de vista hace mas sabroza la entrevista ademas de tomar una mirada behind the sceen del libro The Beatles.
- krisofk
- Ravi Shankaar
- Mensajes: 1090
- Registrado: Lun Feb 13, 2006 6:59 am
- Ubicación: Aun en la última y más lejana luna
Yo he leído la entrevista y me agrado bastante y bueno claramente aparecen los créditos no?, además el entrevistador hace notar los errores del escritor, pero creo que esta incompleta; se agradece por subirla y se agradecerá más sí se sube el resto
I've been uptight and made a mess but I'll clean it up myself,
I guess Oh, the sweet smell of success Handle me with care.
I guess Oh, the sweet smell of success Handle me with care.
-
- Teddy boy
- Mensajes: 670
- Registrado: Vie Oct 26, 2007 1:36 am
Hunter Davies: Alguien mas que un tipo con suerte (y 2)
"Así que es cierto que había ese tipo de rivalidad entre los dos, pero era una rivalidad sin celos. Era una competencia en la que los dos trataban de dar lo mejor de sí. Se apoyaban mutuamente con cosas que el otro no tenía. Paul era el mejor dotado desde el punto de vista musical; a él siempre le fluyen las melodías. A John no le fluían de manera tan fácil o tan rápida como a Paul, y, en cierto modo, desdeñaba la fluidez de Paul, sobre todo cuando escribía aquellas canciones tontas y trataba de hacerlas un poco más profundas, sólo para impresionar a John. Así que ambos se complementaban. Luego de la separación no creo que hayan sido las mujeres las que empeoraron las cosas, sino la distancia que había crecido entre ellos, porque mientras estaban juntos, cada vez que tenían alguna pelea, inmediatamente volvían a ser amigos otra vez. Pero cuando se separaron ya no hubo forma de volverlos a unir.
-A pesar de que fue Paul quien hizo público que los Beatles se habían separado, yo creo que él, en el fondo, quería seguir siendo un Beatle cuando ya los otros sabían que no había nada más que hacer juntos -le dije.
-Yo también lo creo. A Paul le encanta tocar. Él es un comicastro. A él le encanta estar sobre las tablas y dar conciertos, y los otros Beatles ya se habían aburrido de tocar en vivo. Cuando Paul comenzó con Wings, yo opiné que había actuado con mucha madurez. Paul se sentó a meditar: "Sí. Esto es lo que más me gusta hacer en la vida, cantar canciones en vivo. No puedo ser más grande que los Beatles. No puedo regresar y ser los Beatles otra vez, y ya que me gusta hacer ese tipo de cosas, voy a comenzar mi propio grupo. Y voy a incluir a Linda en este grupo, aunque la gente se burle y me critique. Esto es lo que me gusta hacer y voy a llevar a Linda y a la familia conmigo de gira." Yo lo admiré por tomar esa decisión, por establecer sus prioridades en la vida, por no importarle que abusaran de él, y por desear que fuera como en los viejos tiempos. Y al final, Wings vendió cantidad de discos, aunque, por supuesto, no con la misma calidad que los Beatles.
Yo soy más lennoniano que mccartniano, y Hunter, obviamente, tenía bien definida la frontera de su bando, y yo quería saber por qué:
-Recuerdo que me dijiste en mi casa que John no era tan profesional como Paul porque era común que dejara sus canciones sin terminar, y que Paul siempre comenzaba y terminaba sus temas. Creo que John tenía su forma de hacer las cosas y Paul tenía la suya, pero ambos eran igualmente profesionales, aunque, como tú dijiste hace un rato, los dos se complementaban. Por todo lo que me has dicho de los dos, a mí me da la impresión de que tú tenías más afinidad con Paul que con John ¿Me equivoco?
-Así mismo era. De todos los Beatles, Paul era con el que más yo me identificaba. Ambos vivíamos muy cerca uno del otro. Él vivía en el centro de Londres, a un par de kilómetros de mi casa, y tengo muy buenos recuerdos de él. Por ejemplo, luego de que mi libro salió a la venta, decidí tomarme unas vacaciones de un año en el extranjero. Mi esposa es también escritora y entonces teníamos dos hijos, de dos y cuatro años, respectivamente. Alquilamos una casa en Portugal que antes había sido una enlatadora de sardinas, y desde ahí mantenía correspondencia con los Beatles. Una noche me despertaron unos gritos a las dos de la mañana: "¡Oye, tú, comemierda, Hunter Davies, sal de ahí, comemierda!", con un fuerte acento liverpuliense. Por supuesto, primero pensé que era John Lennon. Cuando salí a la puerta, vi un taxi parado allí, y Paul estaba en el taxi con una mujer rubia que nunca antes había visto en mi vida, y una niña. No tenía dinero para pagar y había tomado el taxi desde Faro, que estaba como a 80 kilómetros, así que tuve que pagarle al taxista. Esa tarde, en Londres, en Cavendish Avenue, Paul había estado pensando qué hacer esa noche y le dijo a Linda, su nueva novia: "Ah, vamos a ver a Hunter." Les pidió a sus asistentes que le sacaran los boletos en avión, pero ya no quedaban más vuelos, así que alquiló un jet y se fueron. Por eso no tenían dinero, ni equipaje, sólo un bolso y un avión privado. Y ese avión había aterrizado en el aeropuerto de Faro a las dos de la mañana. Cuando Paul se bajó del avión trató de cambiar algo de dinero. Tenía un billete de veinte libras esterlinas en el bolsillo, se lo dio al primero que vio y le dijo: "¿Podrías cambiarme esto a escudos portugueses?", cosa que se le olvidó cuando se montó en un taxi y se fue.
"A la mañana siguiente, cuando nos despertamos, había como veinte periodistas en la entrada de la casa. No lo podía creer. Y el problema fue que Paul, en plena madrugada, un hombre de pelo largo con un avión privado, estaba regalando dinero. Y alguien lo reconoció.
"Yo no conocía a Linda. Cuando salí de Londres, Paul era todavía novio de Jane Asher, y yo tenía la impresión de que formaban una pareja feliz, que se llevaban bien -Paul había vivido en casa de Jane durante bastante tiempo-, así que yo no tenía idea de quién era Linda, ni Heather, su hija del anterior matrimonio. Los tres se quedaron durante dos semanas con nosotros y pasamos unas vacaciones fabulosas. Linda tomó cantidad de fotografías. Paul solía irse con la guitarra al baño. Un día, cuando salió del baño, me mostró una canción que me había escrito. Mi nombre completo es Edward Hunter Davies, a pesar de que nunca uso el nombre Edward, sino Hunter, pero quizás a la hora de la cena mencioné que mi nombre verdadero era Edward, así que Paul salió del baño con una canción para mí titulada There You Go Eddie. No era gran cosa, pero la escribió para mí. Después de eso hice buena amistad con Linda, y generalmente los visitaba una vez al año.
"Cuando Linda murió el verano pasado, me invitaron al funeral como amigo personal, pero como mi esposa y yo vivimos medio año al norte de Inglaterra, en el Lake District, donde escribimos nuestros libros, y sólo vamos a Londres durante el invierno, no pudimos asistir al funeral. Pero espero verlo cuando regrese a Inglaterra. Hace un par de semanas salió un disco de Linda titulado WILD PRAIRIE. Como es obvio, Paul está destruido por la muerte de Linda, y ha sacado este disco como un homenaje, con canciones escritas y cantadas principalmente por ella, canciones en las que estaba trabajando cuando murió, y canciones que se remontan a la época de Wings. Yo escuché algunas en la radio y me gustaron. No creo que el disco le guste a mucha gente, ya que es poco sólido y muy sentimental; sólo les interesa a los fans de los Beatles por ser un álbum tributo. No sé qué vaya a hacer Paul después de eso, pero estoy seguro de que va a hacer otro disco.
Para entonces, ya había terminado la exhibición de videos en el teatro y la gente estaba saliendo hacia la cafetería, así que le hice una última pregunta, rápida, directa, antes de que nos comenzaran a acosar:
-¿Cuál crees tú que haya sido la química de los Beatles?
-Lo interesante sobre los Beatles es que tienes cuatro cosas por el precio de una. Primero que todo, la combinación de los cuatro músicos es mucho mejor que las partes individuales. Y ellos no solamente eran brillantes compositores. Si te pones a pensar, Elvis Presley fue quizás una estrella más grande que los Beatles, pero no escribió ninguna de sus canciones. Elvis Presley fue quizás mejor músico que ellos en vivo, sus conciertos eran más emocionantes que los de los Beatles, pero era unidimensional. Con los Beatles tenemos cuatro cosas: las presentaciones en vivo, la música de sus canciones, la letra de sus canciones, que todos estamos de acuerdo en que eran brillantes por su contenido poético, y su tremenda influencia social y cultural en Inglaterra y el resto del mundo. Los Beatles influyeron en el idioma en Inglaterra, en la moda, en la forma de vestirse y en el peinado.
"Y más interesante aún, todavía no ha surgido un grupo que ocupe el lugar que ellos dejaron. A mí me gustaría ver a un grupo que los sustituya. Hay muchos que han superado a los Beatles en varios sentidos. Michael Jackson, por ejemplo, ha vendido más discos y ha hecho más dinero que los Beatles, pero dentro de cien años nadie se va a acordar de las canciones de Michael Jackson. Los Beatles escribieron ciento cincuenta canciones que estoy seguro van a ser tarareadas mientras haya gente en el planeta con aliento suficiente para tararear una canción.
Entramos al teatro y me senté a su lado como maestro de ceremonias. Allí había unas doscientas personas. Muchas habían llevado ediciones viejas, gastadas, carcomidas, de su libro, para que él se las firmara, y se quedaron allí, sentados, tranquilos, callados, como buenos alumnos, para escuchar sin interferencias aquella conferencia magistral. Hunter había llevado un libro suyo con entrevistas a McCartney, a Jack Nicholson, a Mick Jagger y a otros famosos del mundo de la farándula, y se le ocurrió la fabulosa idea de sortearlo. Él mismo recortó pequeños pedazos de papel en blanco y se los dio a Janice, quien gentilmente los repartió a todos en el auditorio. Luego hizo cinco preguntas, que la gente trató de responder como si se tratara de una prueba de fin de curso, incluso aunque fuera copiando del de al lado. El premio iba a ser su libro. Recogimos todos los papelitos, y en lo que Hunter hablaba con ellos, yo separaba las respuestas correctas de las erradas. Hubo tantos aciertos que Hunter se arrepintió de haber hecho preguntas tan fáciles, pero también debió haber dado un premio a la respuesta equivocada más original.
Sin lugar a dudas, todo el mundo sabía que los Beatles eran de Liverpool. Sin embargo, un buen grupo pensaba que la tía de John Lennon se llamaba Martha, mientras que otro pensaba que se llamaba Julia; alguien respondió que se llamaba Lucy, y otros se debatían entre Mim y Minie. El verdadero nombre de Ringo provocó versiones que dejaron pequeña la imaginación de Shakespeare: unos decían que era Richmond S., otros que Richard Starkley, Storkey, Sturke o Starkee. El nombre judío del manager de los Beatles fue otro dolor de cabeza -también lo es para los angloparlantes-: para algunos era Brian Spitin, para otros era Einpstein, Epesin, Eptein, Sptein, Epsteyn. Sin embargo, alguien que aparentemente no quería pensar mucho dijo que era Phil Spector. Igual de simpática fue la respuesta sobre quién era Martha: para algunos, era la mamá de Paul, para otros, la tía o la mamá de John. Los participantes estaban tan entusiasmados con llevarse el premio que hasta hubo respuestas en inglés.
Hunter entregó el libro a una muchacha que no conozco y luego habló con su público, durante casi dos horas, de muchas de las cosas que ya me había dicho a mí. Así que me sentí orgulloso de haberlas escuchado primero. Luego le hicieron un montón de preguntas, le pidieron que firmara libros y cuanto papel tuvieran en sus manos, y quedaron endeudados por tan maravillosas horas de recuerdos.
Yo quedé más endeudado que nadie. Le agradecí todo el tiempo que me había dedicado en aquellos tres días. Muchas de las cosas de las que hablamos ya las había leído en su libro, pero no fue lo mismo leer sus anécdotas que escucharlas de sus propios labios. Hunter les daba una entonación tan mágica a sus relatos, que, incluso después de leer nuevamente su libro para refrescar algunas ideas para este texto, preferí seguir dependiendo de mi grabadora. He escuchado nuestra conversación infinidad de veces y aún no logro aburrirme. Me invitó a ir a su casa si alguna vez voy a Londres otra vez. Seguro que voy a ir. Pero primero tengo una obligación moral, en el Salón de Manuscritos de la Biblioteca Británica.
"Así que es cierto que había ese tipo de rivalidad entre los dos, pero era una rivalidad sin celos. Era una competencia en la que los dos trataban de dar lo mejor de sí. Se apoyaban mutuamente con cosas que el otro no tenía. Paul era el mejor dotado desde el punto de vista musical; a él siempre le fluyen las melodías. A John no le fluían de manera tan fácil o tan rápida como a Paul, y, en cierto modo, desdeñaba la fluidez de Paul, sobre todo cuando escribía aquellas canciones tontas y trataba de hacerlas un poco más profundas, sólo para impresionar a John. Así que ambos se complementaban. Luego de la separación no creo que hayan sido las mujeres las que empeoraron las cosas, sino la distancia que había crecido entre ellos, porque mientras estaban juntos, cada vez que tenían alguna pelea, inmediatamente volvían a ser amigos otra vez. Pero cuando se separaron ya no hubo forma de volverlos a unir.
-A pesar de que fue Paul quien hizo público que los Beatles se habían separado, yo creo que él, en el fondo, quería seguir siendo un Beatle cuando ya los otros sabían que no había nada más que hacer juntos -le dije.
-Yo también lo creo. A Paul le encanta tocar. Él es un comicastro. A él le encanta estar sobre las tablas y dar conciertos, y los otros Beatles ya se habían aburrido de tocar en vivo. Cuando Paul comenzó con Wings, yo opiné que había actuado con mucha madurez. Paul se sentó a meditar: "Sí. Esto es lo que más me gusta hacer en la vida, cantar canciones en vivo. No puedo ser más grande que los Beatles. No puedo regresar y ser los Beatles otra vez, y ya que me gusta hacer ese tipo de cosas, voy a comenzar mi propio grupo. Y voy a incluir a Linda en este grupo, aunque la gente se burle y me critique. Esto es lo que me gusta hacer y voy a llevar a Linda y a la familia conmigo de gira." Yo lo admiré por tomar esa decisión, por establecer sus prioridades en la vida, por no importarle que abusaran de él, y por desear que fuera como en los viejos tiempos. Y al final, Wings vendió cantidad de discos, aunque, por supuesto, no con la misma calidad que los Beatles.
Yo soy más lennoniano que mccartniano, y Hunter, obviamente, tenía bien definida la frontera de su bando, y yo quería saber por qué:
-Recuerdo que me dijiste en mi casa que John no era tan profesional como Paul porque era común que dejara sus canciones sin terminar, y que Paul siempre comenzaba y terminaba sus temas. Creo que John tenía su forma de hacer las cosas y Paul tenía la suya, pero ambos eran igualmente profesionales, aunque, como tú dijiste hace un rato, los dos se complementaban. Por todo lo que me has dicho de los dos, a mí me da la impresión de que tú tenías más afinidad con Paul que con John ¿Me equivoco?
-Así mismo era. De todos los Beatles, Paul era con el que más yo me identificaba. Ambos vivíamos muy cerca uno del otro. Él vivía en el centro de Londres, a un par de kilómetros de mi casa, y tengo muy buenos recuerdos de él. Por ejemplo, luego de que mi libro salió a la venta, decidí tomarme unas vacaciones de un año en el extranjero. Mi esposa es también escritora y entonces teníamos dos hijos, de dos y cuatro años, respectivamente. Alquilamos una casa en Portugal que antes había sido una enlatadora de sardinas, y desde ahí mantenía correspondencia con los Beatles. Una noche me despertaron unos gritos a las dos de la mañana: "¡Oye, tú, comemierda, Hunter Davies, sal de ahí, comemierda!", con un fuerte acento liverpuliense. Por supuesto, primero pensé que era John Lennon. Cuando salí a la puerta, vi un taxi parado allí, y Paul estaba en el taxi con una mujer rubia que nunca antes había visto en mi vida, y una niña. No tenía dinero para pagar y había tomado el taxi desde Faro, que estaba como a 80 kilómetros, así que tuve que pagarle al taxista. Esa tarde, en Londres, en Cavendish Avenue, Paul había estado pensando qué hacer esa noche y le dijo a Linda, su nueva novia: "Ah, vamos a ver a Hunter." Les pidió a sus asistentes que le sacaran los boletos en avión, pero ya no quedaban más vuelos, así que alquiló un jet y se fueron. Por eso no tenían dinero, ni equipaje, sólo un bolso y un avión privado. Y ese avión había aterrizado en el aeropuerto de Faro a las dos de la mañana. Cuando Paul se bajó del avión trató de cambiar algo de dinero. Tenía un billete de veinte libras esterlinas en el bolsillo, se lo dio al primero que vio y le dijo: "¿Podrías cambiarme esto a escudos portugueses?", cosa que se le olvidó cuando se montó en un taxi y se fue.
"A la mañana siguiente, cuando nos despertamos, había como veinte periodistas en la entrada de la casa. No lo podía creer. Y el problema fue que Paul, en plena madrugada, un hombre de pelo largo con un avión privado, estaba regalando dinero. Y alguien lo reconoció.
"Yo no conocía a Linda. Cuando salí de Londres, Paul era todavía novio de Jane Asher, y yo tenía la impresión de que formaban una pareja feliz, que se llevaban bien -Paul había vivido en casa de Jane durante bastante tiempo-, así que yo no tenía idea de quién era Linda, ni Heather, su hija del anterior matrimonio. Los tres se quedaron durante dos semanas con nosotros y pasamos unas vacaciones fabulosas. Linda tomó cantidad de fotografías. Paul solía irse con la guitarra al baño. Un día, cuando salió del baño, me mostró una canción que me había escrito. Mi nombre completo es Edward Hunter Davies, a pesar de que nunca uso el nombre Edward, sino Hunter, pero quizás a la hora de la cena mencioné que mi nombre verdadero era Edward, así que Paul salió del baño con una canción para mí titulada There You Go Eddie. No era gran cosa, pero la escribió para mí. Después de eso hice buena amistad con Linda, y generalmente los visitaba una vez al año.
"Cuando Linda murió el verano pasado, me invitaron al funeral como amigo personal, pero como mi esposa y yo vivimos medio año al norte de Inglaterra, en el Lake District, donde escribimos nuestros libros, y sólo vamos a Londres durante el invierno, no pudimos asistir al funeral. Pero espero verlo cuando regrese a Inglaterra. Hace un par de semanas salió un disco de Linda titulado WILD PRAIRIE. Como es obvio, Paul está destruido por la muerte de Linda, y ha sacado este disco como un homenaje, con canciones escritas y cantadas principalmente por ella, canciones en las que estaba trabajando cuando murió, y canciones que se remontan a la época de Wings. Yo escuché algunas en la radio y me gustaron. No creo que el disco le guste a mucha gente, ya que es poco sólido y muy sentimental; sólo les interesa a los fans de los Beatles por ser un álbum tributo. No sé qué vaya a hacer Paul después de eso, pero estoy seguro de que va a hacer otro disco.
Para entonces, ya había terminado la exhibición de videos en el teatro y la gente estaba saliendo hacia la cafetería, así que le hice una última pregunta, rápida, directa, antes de que nos comenzaran a acosar:
-¿Cuál crees tú que haya sido la química de los Beatles?
-Lo interesante sobre los Beatles es que tienes cuatro cosas por el precio de una. Primero que todo, la combinación de los cuatro músicos es mucho mejor que las partes individuales. Y ellos no solamente eran brillantes compositores. Si te pones a pensar, Elvis Presley fue quizás una estrella más grande que los Beatles, pero no escribió ninguna de sus canciones. Elvis Presley fue quizás mejor músico que ellos en vivo, sus conciertos eran más emocionantes que los de los Beatles, pero era unidimensional. Con los Beatles tenemos cuatro cosas: las presentaciones en vivo, la música de sus canciones, la letra de sus canciones, que todos estamos de acuerdo en que eran brillantes por su contenido poético, y su tremenda influencia social y cultural en Inglaterra y el resto del mundo. Los Beatles influyeron en el idioma en Inglaterra, en la moda, en la forma de vestirse y en el peinado.
"Y más interesante aún, todavía no ha surgido un grupo que ocupe el lugar que ellos dejaron. A mí me gustaría ver a un grupo que los sustituya. Hay muchos que han superado a los Beatles en varios sentidos. Michael Jackson, por ejemplo, ha vendido más discos y ha hecho más dinero que los Beatles, pero dentro de cien años nadie se va a acordar de las canciones de Michael Jackson. Los Beatles escribieron ciento cincuenta canciones que estoy seguro van a ser tarareadas mientras haya gente en el planeta con aliento suficiente para tararear una canción.
Entramos al teatro y me senté a su lado como maestro de ceremonias. Allí había unas doscientas personas. Muchas habían llevado ediciones viejas, gastadas, carcomidas, de su libro, para que él se las firmara, y se quedaron allí, sentados, tranquilos, callados, como buenos alumnos, para escuchar sin interferencias aquella conferencia magistral. Hunter había llevado un libro suyo con entrevistas a McCartney, a Jack Nicholson, a Mick Jagger y a otros famosos del mundo de la farándula, y se le ocurrió la fabulosa idea de sortearlo. Él mismo recortó pequeños pedazos de papel en blanco y se los dio a Janice, quien gentilmente los repartió a todos en el auditorio. Luego hizo cinco preguntas, que la gente trató de responder como si se tratara de una prueba de fin de curso, incluso aunque fuera copiando del de al lado. El premio iba a ser su libro. Recogimos todos los papelitos, y en lo que Hunter hablaba con ellos, yo separaba las respuestas correctas de las erradas. Hubo tantos aciertos que Hunter se arrepintió de haber hecho preguntas tan fáciles, pero también debió haber dado un premio a la respuesta equivocada más original.
Sin lugar a dudas, todo el mundo sabía que los Beatles eran de Liverpool. Sin embargo, un buen grupo pensaba que la tía de John Lennon se llamaba Martha, mientras que otro pensaba que se llamaba Julia; alguien respondió que se llamaba Lucy, y otros se debatían entre Mim y Minie. El verdadero nombre de Ringo provocó versiones que dejaron pequeña la imaginación de Shakespeare: unos decían que era Richmond S., otros que Richard Starkley, Storkey, Sturke o Starkee. El nombre judío del manager de los Beatles fue otro dolor de cabeza -también lo es para los angloparlantes-: para algunos era Brian Spitin, para otros era Einpstein, Epesin, Eptein, Sptein, Epsteyn. Sin embargo, alguien que aparentemente no quería pensar mucho dijo que era Phil Spector. Igual de simpática fue la respuesta sobre quién era Martha: para algunos, era la mamá de Paul, para otros, la tía o la mamá de John. Los participantes estaban tan entusiasmados con llevarse el premio que hasta hubo respuestas en inglés.
Hunter entregó el libro a una muchacha que no conozco y luego habló con su público, durante casi dos horas, de muchas de las cosas que ya me había dicho a mí. Así que me sentí orgulloso de haberlas escuchado primero. Luego le hicieron un montón de preguntas, le pidieron que firmara libros y cuanto papel tuvieran en sus manos, y quedaron endeudados por tan maravillosas horas de recuerdos.
Yo quedé más endeudado que nadie. Le agradecí todo el tiempo que me había dedicado en aquellos tres días. Muchas de las cosas de las que hablamos ya las había leído en su libro, pero no fue lo mismo leer sus anécdotas que escucharlas de sus propios labios. Hunter les daba una entonación tan mágica a sus relatos, que, incluso después de leer nuevamente su libro para refrescar algunas ideas para este texto, preferí seguir dependiendo de mi grabadora. He escuchado nuestra conversación infinidad de veces y aún no logro aburrirme. Me invitó a ir a su casa si alguna vez voy a Londres otra vez. Seguro que voy a ir. Pero primero tengo una obligación moral, en el Salón de Manuscritos de la Biblioteca Británica.
- Leonardo Pizzarello
- Beatlemano religioso
- Mensajes: 4625
- Registrado: Jue Sep 14, 2006 2:29 pm
-
Reconocimientos
Felicitaciones y gracias, Tina, por reproducir la entrevista a Hunter Davies. Es casi inevitable que el escritor haya confundido fechas y datos; o, más bien, que haya confundido "secuencias". Eso le pasa a todo el mundo; a Lennon le ocurrió en varias entrevistas. Además, si eso pasó hace mucho tiempo y hablamos de un breve período en que hubo un hecho tras otro sin parar, podemos justificar los lapsus de Davies.
Los años 1966 y 1967 fueron especialmente ricos en acontecimientos para la vida de Los Beatles, aunque para el público fuera más bien un tiempo en que el grupo estaba semioculto (con excepción de la última gira en 1966). John Lennon le dijo al entrevistador de Playboy, en 1980, que como en esos dos años pasó de todo era muy fácil para él mismo confudirse sobre cómo se dieron las cosas: terminaron las giras, conoció a Yoko, grabaron SGT. PEPPER'S, conocieron al Maharishi, murió Brian Epstein, crearon legalmente Apple, grabaron y filmaron MAGICAL MYSTERY TOUR...
El que Davies confunda la secuencia exacta no significa que no haya estado presente en los hechos que menciona. Pudo haber ido a las sesiones de PEPPER y luego a Bangor (donde el grupo se enteró del fallecimiento de Brian); y años más tarde confundir el orden de los hechos.
Incluso más de un autor o fan se ha despistado en esta secuencia cronológica debido a la famosa foto donde Brian aparece con Los Beatles en lo que para muchos parece la grabación de MAGICAL MYSTERY TOUR (realmente es de la época de "All You Need Is Love" y creo que es la última del manager con el grupo); el hecho es que la canción "Magical..." fue originalmente compuesta y grabada (en una versión preliminar) durante las sesiones de PEPPER. Pero obviamente Epstein había fallecido ya cuando el grupo hizo la película y grabó el EP.
Los años 1966 y 1967 fueron especialmente ricos en acontecimientos para la vida de Los Beatles, aunque para el público fuera más bien un tiempo en que el grupo estaba semioculto (con excepción de la última gira en 1966). John Lennon le dijo al entrevistador de Playboy, en 1980, que como en esos dos años pasó de todo era muy fácil para él mismo confudirse sobre cómo se dieron las cosas: terminaron las giras, conoció a Yoko, grabaron SGT. PEPPER'S, conocieron al Maharishi, murió Brian Epstein, crearon legalmente Apple, grabaron y filmaron MAGICAL MYSTERY TOUR...
El que Davies confunda la secuencia exacta no significa que no haya estado presente en los hechos que menciona. Pudo haber ido a las sesiones de PEPPER y luego a Bangor (donde el grupo se enteró del fallecimiento de Brian); y años más tarde confundir el orden de los hechos.
Incluso más de un autor o fan se ha despistado en esta secuencia cronológica debido a la famosa foto donde Brian aparece con Los Beatles en lo que para muchos parece la grabación de MAGICAL MYSTERY TOUR (realmente es de la época de "All You Need Is Love" y creo que es la última del manager con el grupo); el hecho es que la canción "Magical..." fue originalmente compuesta y grabada (en una versión preliminar) durante las sesiones de PEPPER. Pero obviamente Epstein había fallecido ya cuando el grupo hizo la película y grabó el EP.
"Lennon y McCartney no pudieron seguir el uno con el otro, así como no fueron posibles el uno sin el otro".
-
- Blue Meanie
- Mensajes: 27
- Registrado: Vie Ago 04, 2006 9:19 am
- Ubicación: Minas/Uruguay
- Contactar:
Libros beatle
alguien tiene algunos libros en español, quisiera tenerlos
muchas gracias
muchas gracias
- Leonardo Pizzarello
- Beatlemano religioso
- Mensajes: 4625
- Registrado: Jue Sep 14, 2006 2:29 pm
-
Reconocimientos
Recomienda un libro sobre Los Beatles
Los Beatles han dado lugar a una gran leyenda, a un gran culto, a un gran seguimiento y también a una gran industria; de la cual varios se han servido muy bien a pesar de no tener mayor relación con los Fab Four que escribir uno o más libros sobre ellos. Así, todos hemos obtenido buena y mala información con textos que van desde lo sublime hasta lo vergonzoso. Y de algún modo, antes de la aparición del Internet, muchos formamos nuestra "cultura Beatlemaníaca" (en cuanto a datos se refiere) a partir de esos libros.
En mi opinión, el mejor de todos ellos es uno escrito y publicado cuando la separación de Los Beatles todavía estaba fresca. Se trata del excepcional APPLE TO THE CORE: The Unmaking of The Beatles, escrito por Peter McCabe y Robert D. Schonfeld. Editado en 1972, esta obra muestra un relato fresco y puntual sobre la historia del grupo, el análisis del juiicio de disolución de la banda y revelaciones sobre los primeros dos años de la carrera solista de cada ex Beatle. No sólo lo considero el mejor libro que he leído sobre John, George, Paul y Ringo; sino que personalmente creo que es el mejor libro que he leído sobre rock en general. La portada original muestra una rara foto de una sesión fotgráfica del período SGT. PEPPER; donde Los Beatles están claramente drogados (es una foto muy parecida y de la misma sesión que la de la portada de otro libro, editado por esa misma época: THE LONGEST COCKTAIL PARTY: An Insider's Diary of The Beatles, escrito por Richard DiLello; quien fuera empleado de Apple entre 1968 y 1972).
Pero por supuesto existen muchos otros libros muy buenos; algunos incluso fundamentales e imprescindibles para todo fan que tome en serio el estudio sobre la vida y obra de Los Beatles.
¿Se animan a recomendar alguno que les haya gustado especialmente?
En mi opinión, el mejor de todos ellos es uno escrito y publicado cuando la separación de Los Beatles todavía estaba fresca. Se trata del excepcional APPLE TO THE CORE: The Unmaking of The Beatles, escrito por Peter McCabe y Robert D. Schonfeld. Editado en 1972, esta obra muestra un relato fresco y puntual sobre la historia del grupo, el análisis del juiicio de disolución de la banda y revelaciones sobre los primeros dos años de la carrera solista de cada ex Beatle. No sólo lo considero el mejor libro que he leído sobre John, George, Paul y Ringo; sino que personalmente creo que es el mejor libro que he leído sobre rock en general. La portada original muestra una rara foto de una sesión fotgráfica del período SGT. PEPPER; donde Los Beatles están claramente drogados (es una foto muy parecida y de la misma sesión que la de la portada de otro libro, editado por esa misma época: THE LONGEST COCKTAIL PARTY: An Insider's Diary of The Beatles, escrito por Richard DiLello; quien fuera empleado de Apple entre 1968 y 1972).
Pero por supuesto existen muchos otros libros muy buenos; algunos incluso fundamentales e imprescindibles para todo fan que tome en serio el estudio sobre la vida y obra de Los Beatles.
¿Se animan a recomendar alguno que les haya gustado especialmente?
"Lennon y McCartney no pudieron seguir el uno con el otro, así como no fueron posibles el uno sin el otro".
- peto
- Beatlemano insensato
- Mensajes: 284
- Registrado: Jue Jun 28, 2007 6:01 pm
- Ubicación: 20 Forthlin Road
The Beatles "Revolution in the head" (Revolucion en la mente): Este libro consiste en un análisis crítico de todas las canciones grabadas por los Beatles, desde sus primeras maquetas de 1957 hasta las últimas grabaciones de 1995.
Descarga: http://www.filesend.net/download.php?f= ... 0f3c674907
Saludos, Peto
Descarga: http://www.filesend.net/download.php?f= ... 0f3c674907
Saludos, Peto
Laetitia, eres el amor platonico de mi vida ...
- Rodolfo Pomalaya
- Teddy boy
- Mensajes: 676
- Registrado: Mar Feb 19, 2008 12:13 pm
- Ubicación: I´m Leaving Home
No he tenido la chance de leer muchos pero si el darle una hijeada y aquí estánmis recomendados:
- Los Beatles por Peter Brown y Steven Gaines del año 1983...me parece interesante.
- The Complete Beatles Chronicle por Mark Lewisohn...imperdible sobretodo por el nombre del autor.
- The Beatles - The ultimate recording guide por Allen Wiener...no lo leì, solo lo chequeé y me pareció buenísimo.
- A Private View por Robert Freeman de 1991...excelente, lo tengo guardadito.
- It was twenty years ago por Derek Taylor...escrito hace 20 años por el aniversario del Sgt. Pepper. Bueno.
- The day John met Paul de Jim O`Donnell...bueno el tìtulo lo dice todo.
Esto es en lo que me acuerdo y lo que te puedo ayudar.
Saludos,
- Los Beatles por Peter Brown y Steven Gaines del año 1983...me parece interesante.
- The Complete Beatles Chronicle por Mark Lewisohn...imperdible sobretodo por el nombre del autor.
- The Beatles - The ultimate recording guide por Allen Wiener...no lo leì, solo lo chequeé y me pareció buenísimo.
- A Private View por Robert Freeman de 1991...excelente, lo tengo guardadito.
- It was twenty years ago por Derek Taylor...escrito hace 20 años por el aniversario del Sgt. Pepper. Bueno.
- The day John met Paul de Jim O`Donnell...bueno el tìtulo lo dice todo.
Esto es en lo que me acuerdo y lo que te puedo ayudar.
Saludos,
Lolo P.M.
El movimiento que necesitas está en tus hombros
El movimiento que necesitas está en tus hombros