La tercera vía de Harrison

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Prettyreckless
Blue Meanie
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La tercera vía de Harrison

Mensaje por Prettyreckless »

Debajo de la arrolladora contribución de Lennon y McCartney a la música popular se esconde la sutil influencia de George Harrison en el legado de los Beatles. Por supuesto, tuvo dificultades para expresar sus ideas en un grupo sometido al férreo control de dos egos monumentales. Su talento fue minusvalorado por McCartney y tampoco encontró el entusiasmo de Lennon, poco convencidos ambos de los méritos del guitarrista para añadirse al laboratorio creativo de la banda.
Pero Harrison encontró la manera de deslizar sus ideas, una canción por aquí, un riff por allá, un consejo transformado en una nueva dirección musical, la apertura de algo parecido a una tercera vía. Lo hizo con inteligencia y clase, sin cuestionar la ingente tarea de Lennon y McCartney, aceptando su papel complementario pero sin resignarse a la marginalidad dentro del grupo. Desde el principio de los Beatles se encuentra algún momento llamativo de Harrison. En el fogonazo de su Rickenbaker en A hard day's night está el origen de la célebre introducción de Roger McGuinn y los Byrds al Mr. Tambourine Man de Bob Dylan, punto de partida a la explosión del pop en California y a la confluencia del pop y el folk.

Sin alcanzar las proporciones míticas de los grandes guitarristas ingleses de los años 60 -la trinidad de Eric Clapton, Jeff Beck y Jimmy Page-, fue algo más que un artesano en su parcela. Como le sucedió a Paul McCartney con Buddy Holly, la deuda de Harrison con Carl Perkins se extendió hasta el final de su carrera. Un aroma de rockabilly impregna su estilo, que de vez en cuando tomaba rutas incandescentes en aquellos primeros discos que definieron el pop. Quizá la máxima expresión de sus posibilidades se encuentra en Taxman, una de las contundentes piezas maestras de Revolver, el álbum que transportó a los Beatles del territorio de su glorioso pop a un escenario de múltiples posibilidades musicales, concretadas en Sgt. Pepper's lonely hearts club band, obra seminal -y sobrevalorada- que no puede evitar su tara presuntuosa. Revolver, en cambio, mezclaba los hallazgos con ingenuidad y precisión, un disco sincero que tocaba todos los palos en un desafío desconocido hasta entonces en la música popular. Es en ese álbum -en la canción Love you too- donde se encuentra la primera aproximación de Harrison a la cítara y al misticismo hindú, dos influencias capitales, y bastante decepcionantes, en el trayecto final de los Beatles.

El tiempo ha sido dañino con ese lado del grupo y, muy particularmente, de Harrison, el más entusiasta entre todos a la hora de explorar la vena krishna. Pero como les ocurría a Lennon y McCartney, nunca le faltó ojo y eclecticismo para detectar referencias y después metabolizarlas en canciones espléndidas. Casi al mismo tiempo que divagaba sobre la música hindú, expresaba su admiración por Bob Dylan, cuyo magisterio fue decisivo en los Beatles.

Ninguno se entregó tanto como George Harrison a la causa de Dylan, del Dylan que se refugió en las montañas Castkills, en el norte del estado de Nueva York, para dar cuerpo a su impagable colaboración con The Band. Aquella explosión de creatividad, trasladada a discos como Blonde on Blonde o el excepcional Music from the Big Pink de The Band, sobrecogió a Harrison, artista generoso que jamás ocultó su deuda con Dylan y los músicos americanos que le condujeron a los vericuetos de la música sureña, gente como Delaney y Bonnie Bramlett, núcleo fundamental para el tremendo All the things must pass, el álbum que Harrison lanzó en 1970 tras la ruptura de los Beatles. En la fase final del grupo se advirtió el papel emergente de Harrison, a pesar de los recelos de McCartney y Lennon, sometidos a una relación destructiva que no les impidió forjar canciones memorables.

Hombre con gran capacidad para la ironía, esencialmente observador, George Harrison supo muy bien el destino del grupo y aprovechó las fracturas para alcanzar el protagonismo en canciones como While my guitar gently weeps, la espléndida Old Brown Shoes y las celebradas Here comes the sun y Something. Cada una de ellas puede competir perfectamente con las mejores de los Beatles. Esa certeza habla del talento real de un músico que vivió años deslumbrantes entre 1968 y 1971. Por aquella época alcanzó la plenitud su colaboración con Eric Clapton, cuya guitarra no se anuncia pero interviene decisivamente en While my guitar gently weeps. Con Clapton se adentró en el vasto universo de la música del sur estadounidense, con sus vertientes soul, country, rock y gospel. En aquella época de fertilidad creativa crecía su figura en los Beatles y adivinaba nuevas rutas junto a Clapton, Leon Russell, Carl Radle, Jim Gordon, Bobby Whitlock, Bobby Keys y Jim Price. Su nombre aparece como "Misterioso" en el álbum Delaney and Bonnie and friends on tour, cuya base daría origen a Derek and the Dominoes, la banda de Clapton que diría hola y adiós en el prestigioso álbum Layla and other assorted love songs.

Con todos aquellos músicos excepcionales Harrison configuró uno de los grandes discos de aquella generación: All the things must pass (Todas las cosas pasan), título que revela el papel de observador de Harrison en la disolución de los Beatles y su punto de ironía, reforzado por la portada del álbum, que le presenta sentado en la campiña y rodeado por cuatro gnomos de yeso que de forma alegórica perfectamente pueden representar a cada uno de los integrantes del grupo. El álbum, producido por el gran Phil Spector en medio de una caótica relación con Harrison, fue el desparrame de todas las ideas que Harrison había contenido durante sus días en los Beatles, durante el tiempo que atravesó bajo implacable liderazgo de Lennon y McCartney. Aunque excesivo, era un disco triple con un tramo final prescindible, All the things must pass le concedió todos los honores como artista y le situó en un momentáneo plano de igualdad que Lennon y McCartney. Fue la cima de Harrison, primer beatle que alcanzó en solitario el número uno de las listas de venta -con My Sweet Lord- y el comienzo de unas grandiosas expectativas que no cumplió.

Sin ninguna megalomanía y bastante escéptico con la industria y las nuevas estrellas del rock, publicó algunos discos que se caracterizaron por su sencillez y falta de energía, se adentró con éxito como productor en la industria del cine y regresó a sus fuentes con los Travelin Wilburys, junto a Dylan, Roy Orbison y Tom Petty.

No tenía más que decir en la música. Lo mejor de su talento se había desplegado mucho antes, en los fascinantes días que dieron pie a lo que ahora se conoce como industria del pop.

Autor: Santiago Segurola. Diario El país

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¡Todo sucederá! Podrá la muerte
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Leonardo Pizzarello
Beatlemano religioso
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Reconocimientos

Mensaje por Leonardo Pizzarello »

Sin desmerecer los otros aportes autorales de George Harrison en Los Beatles, sus mejores y más distintivas composiciones para la banda fueron en primer lugar los temas de sonido hindú (una contribución e influencia nada sutiles sino rotundas); y a continuación su seguidilla de canciones en 1968 y 1969, incluyendo "While My Guitar Gently Weeps", "Something" y "Here Comes the Sun", que en calidad y en el gusto de los admiradores están entre lo más respetado del catálogo Beatle de esos años finales.

Además, el rol de George como guitarrista suele ser infravalorado porque se le quiere comparar con "estrellas" de ese instrumento (con Hendrix claramente a la cabeza); olvidando que no por hacer punteos más calmados y menos "pirotécnicos" la creatividad musical de Harrison con las seis cuerdas fue siempre notable, no sólo en sus propias composiciones sino en las demás canciones también. George era lo que llaman un "guitarrista de gusto"; y por eso su toque y las notas que tocaba lucían sentimiento, melodía y clase.

Más de un conocedor ha dicho además que el gran aporte de Harrison a la guitarra del rock y a Los Beatles, más allá de sus canciones o de su acercamiento al sonido y filosofía oriental, fue la construcción armónica de sus acordes y punteos. "Harrison aportó la armonía a Los Beatles y a la guitarra rockera" resumió Charly García tras la muerte del ex Beatle. Aunque reconozco el valor armónico de varios aportes de guitarra de George en Los Beatles, personalmente carezco de todos los elementos cognitivos para coincidir plenamente o no con esas opiniones coincidentes; pero confío en la apreciación de los entendidos y, como cualquier otro melómano, en mi propia percepción auditiva.
"Lennon y McCartney no pudieron seguir el uno con el otro, así como no fueron posibles el uno sin el otro".
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for_no_one
Polythene Pam
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Mensaje por for_no_one »

Leonardo Pizzarello escribió:"Harrison aportó la armonía a Los Beatles y a la guitarra rockera" resumió Charly García tras la muerte del ex Beatle.
Creo que Charly hacía referencia a la voz de George, que era él que casi siempre aportaba la tercera en las armonías, dandole la tonalidad a cada canción. Y así como se describe en ese artículo con respecto a sus composiciones, el gran aporte de George en la armadura de voces de tantísimas canciones de Los Beatles es casi imperceptible, pero definitorio.
(F)
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Gibo
Beatlemano insensato
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Registrado: Mar May 22, 2007 1:44 pm

Mensaje por Gibo »

Me parece bastante bueno el artículo, pero no coincido en absoluto en el resumen de su carrera en solitario, con lo de que no tenía más que decir en la música y que no cumplió las expectativas creadas con el All things must pass (sin el "the")...

Es cierto que ese album puso el listón muy alto, y que en sus posteriores discos hay canciones flojas, sin embargo creo que tiene la carrera en solitario más sólida de todos los ex-beatles (John tiene destellos formidables, pero es muy irregular, y Paul una extensa carrera solista, pero también con muchos altibajos).

El Cloud 9, por ejemplo, es una auténtica obra de arte. Vamos si tenía que decir aún en la música en su vuelta con este disco, tras unos cuantos años sin sacar nuevo material.
Escucha el color de tus sueños...
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