supuse que no muchos tuvieron la oportunidad de comprar la revista Q edición especial de Paul que salió el mes pasado; o que quizás la gente que no domina inglés no pudo sacar provecho de algún scan de todos modos... así que en un rato de ocio traduje la entrevista que ahí apareció.Ojalá les guste!
MAN ON THE RUN
Cuarenta años desde que abandonó “The Beatles”, Paul McCartney sigue tan popular como siempre. En la víspera de sus conciertos masivos en Gran Bretaña, Q pasa todo un mes junto con el más exitoso compositor de todos los tiempos – de cerca y personal con los acentos cómicos, chicas posaderas y “abrazos masculinos” de una leyenda viva que se niega a quedar tieso.
Q: ¿Cuál es la última letra que ha brotado en tu mente?
P: Estuve pensando en algunas palabrillas esta mañana mientras manejaba. Estaba tratando de arreglar una línea: “I will always be there” [“Siempre estaré ahí”]. Quiero decir eso, un poco mejor.
Q: ¿Ese tipo de cosa, es como un interruptor de emergencia que puedes apagar?
P: Oh, lo apago muchas veces. Si la letra viene, viene.
Q: ¿Tu método de escribir ha cambiado a través de los años?
P: Sí. Cuando a penas vas empezando, sólo se vierte fuera de ti. Yo lo comparo a una computadora, que has estado cargando pero que no imprimes nada aún. Para mí, estaba mi infancia en Liverpool, conocer a John y unirme a los Quarrymen y a los Beatles, escuchar la radio... Todo eso ha sido aportado. Una vez que empiezas a imprimirlo... Dios, teníamos como 23 o 24, y escribíamos como héroes. Muchos artistas tienen ese periodo especial. Después de eso ya no es tan espontáneo, porque entonces es cuando realmente vez lo que estás haciendo. Esa segunda racha es difícil. Y yo pasé considerablemente más de mi segunda racha. He tenido rachas por un buen rato ahora.
Q: ¿Qué clase de cosa te provoca a escribir?
P: Aún sigo intoxicado por el hecho de que puedo hacerlo. Si tratara de responder cómo lo hago, no podría. Vi a un tipo en la tele diseccionando “Penny Lane”. Él dijo “McCartney empieza en su nota y luego se modula para cantar más alto”... y yo, “¿Lo hice? Brillante - ¡bien hecho, amigo! Todo es instinto, yo sólo lo hago.
Q: ¿Cuál es la canción más personal que has escrito?
P: No soy muy bueno para hacer una canción hacia una persona. Yo edito mientras la hago si es que se siente muy personal. Hice esa canción “The End of the End” [“Al final del final”] en MAF, y tenía la línea “En el día en que muera, quisiera que bromas fueran contadas...” Y al tiempo que la hacía, pensé “¿Estás seguro que quieres estar transmitiendo eso?”
Q: Johnny Cash y Bob Dylan escribieron sobre su propia mortalidad. Tendrás 68 en junio; ¿Hay algo que te gustaría reflejar más en tu obra?
P: Es gracioso, ¿sabes?... No puedes tenerlo todo. He escrito más canciones sobre las emociones. Como Eleanor Rigby que es sobre la soledad. Canciones de amor como Maybe I’m Amazed. Ése es mi fuerte. Me encantaría escribir más canciones de protesta, pero no creo que le coja el tranquillo como lo hace otra gente. Me he quejado sobre situaciones – Give Ireland Back to the Irish, Big Boys Bickering – pero no son necesariamente mis mejores canciones.
Una cosa que rápidamente pescas de Paul McCartney es su habilidad, afinada a través de los años en este tipo de encuentros, para evadir una pregunta. El ejemplo arriba, por ejemplo, donde evade el tema de sus años avanzados. Es escurridizo en todo lo que apunte a introspección o le pida revelar demasiado sobre él. Prefiere mantener los asuntos superficiales y presentar siempre un torno positivo.
Hace uso de tres técnicas para llevarlo a cabo: Evitar una pregunta en su totalidad, niveles heroicos de ofuscación, y tener a su hombre PR sentado a un lado en las entrevistas. Lo último fue presente en cada uno de nuestros encuentros, y los grabó todos ellos. La razón oficial de esto es, ya que los periodistas europeos se sienten tan intimidados de estar en presencia de un Beatle, se olvidan de grabar, requiriendo por ello un servicio de sostén. Sin embargo, inescapable es la mera sugerencia de mencionar las palabras “Heather Mills”, o “acuerdo de divorcio” en la misma oración, de manera que nuestra reunión sería abruptamente acortada.
Algunas otras impresiones de Paul McCartney serían las siguientes. Su acento se convierte progresivamente más escocés, mientras más tiempo hable. Hace y sostiene contacto visual muy seguido. Le encanta imitar – durante nuestro tiempo juntos adoptó la voz de un inglés de alta sociedad, un diplomático ruso, un “brummie”, y con menor éxito, una chica DJ puertorriqueña y una dama jamaiquina. Te advierte personalmente que, conforme más te va conociendo – empezará con apretones de manos, continuará con encuentros de brazo más largos y al final se moverá, como él mismo los llama, a los “abrazos masculinos”.
Q: dos primeros álbumes solistas que lanzaste después de los Beatles – McCartney en 1970 y Ram, 1971 – fueron extraños y hogareños caprichos. ¿Sentiste que necesitabas probar algo? ¿Aún lo sientes?
P: Sí. La mayoría de los artistas que conozco sienten que tienen algo que probar. Eso es lo que empuja hacia delante, la sensación de que siempre podrías hacerlo mejor. Es decir, recuerdo no me acababan se gustar realmente las vocales de “Eleanor Rigby”, pensando que nunca las había pulido. La escucho ahora y es.... muy buena. Es un poco latoso cuando haces algo como “Eleanor Rigby” y no estás contento con ello.
Q: Aunque, tú eres único en ese aspecto. Con los Beatles, tú siempre tendrás el más grande cancionero pop para compararte...
P: Ése es el juego. Puedes decir “No puedo superar eso. Voy a salir a navegar por el mundo con una sola mano. Hacer algo más...” O puedes amarlo tanto que continúas. Llegando a ese punto sólo ocurre que haces tu hobby para ganarte la vida. Es por eso que lo hago ahora. Lo amo. La emoción de tratar de hacerlo bien aún está ahí.
Q: ¿Cuál fue la última vez que “lo hiciste bien”?
P: Tengo un montón de canciones nuevas que no he grabado aún y algunas de ellas están muy bien, creo. Me gusta Dance Tonight, la cosilla del mandolín. Únicamente por la reacción que obtuve cuando la toqué a unas personas en la cocina.
Q: ¿Quíen es la persona a quien más quieres impresionar?
P: Yo. Quiero ser capaz de decir “¡Jesús! Eso fue increíblemente bueno.”
Miércoles 17 de marzo, y Paul McCartney ha tomado la arena O2 de Londres para los ensayos de sus próximas presentaciones en los E.U. y México. La organización ‘backstage’ es exactamente como se llevará a cabo en los propios conciertos: direcciones a los camerinos y oficinas de producción escritas en luminosas cintas adheridas en el piso. El salón de buffet sirve únicamente comida vegetariana – Filete vegetariano, camotes fritos, etc. McCartney no permite que ninguno de sus empleados coma carne si él está pagando por la comida – gastos reclamados por, digamos, una comilona en “Angus Steak House” serán educadamente rehusados.
Dentro de la arena desierta, McCartney y su banda vibran a través de All My Loving y Lady Madonna con enérgica eficiencia. Vestido en una polo azul marino, y metido en unos jeans holgados, en las pantallas de cada lado del escenario se ve un poco más cansado que la semana pasada en Sussex. El está claramente a cargo de todo procedimiento. La pequeña armada de su tripulación en gira truena aplausos al final de cada canción. Entre canciones, da indicaciones a la banda y al equipo, que para Q son completamente inaudibles a sus 50 yardas de distancia con la tarima, pero sus bromas son telegrafiadas por el hecho de que todo el mundo a su rededor ríe.
Al pie de la tarima está parada Nancy Shevell, la americana ‘socialite’ de 49 años que ha sido novia de McCartney desde los 2 años pasados. Es atractiva, viste muy bien en un largo abrigo oscuro y parece enteramente plácida mientras abraza a varios miembros del séquito.
Q se reúne con ella cuando los ensayos de vestuario terminan. McCartney saluda a Q con un apretón de manos y a ella con un beso. Entonces la llama “bebé”.
Su camerino está decorado con cortinas negras y olor a incienso. Cuando Shevell se retira, él toma un asiento, arranca un trozo de rollo de ‘poppy seed’ [semilla de amapola] y abre un paquete de papitas. “Lo siento”, dice, “ Voy a estar mascando.”
Q: ¿Qué tipo de jefe eres?
P: Creo que soy uno ‘OK’, en realidad. ¿Cuando empezamos una gira y las luces no llegan? Entonces soy duro. Pero sí, estoy bien como jefe.
Q: La imagen es de “El Viejo Buen Macca”, siempre listo con una sonrisa y los pulgares alzados. Me imagino que hay más acero en ti de lo que aparenta...
P: Oh sí. Ésa es tan sólo la percepción de mí y nunca he pretendido ser así. Pero creo que mi educación familiar me hizo un poco más optimista que, digamos, John. Su papá se fue de casa cuando él tenía tres. El mío no, el mío estaba allí – un tipo divertido que tocaba el piano y contaba chistes. Eso marca una diferencia.
Q: Como solista has colaborado con sujetos como Elvis Costello, ex- ELO Jeff Lynne y el bajista / productor de Killing Joke, Youth. Un psicólogo aficionado sugeriría que has intentado encontrar otro John Lennon...
P: No, no realmente. No puedes reemplazar eso. No necesito colaborar pero me gusta hacerlo. He hecho muchas cosas yo solo y creo que han funcionado. Muchas de mis famosas canciones Beatles las hice en mi cuarto solo – lo mismo hacía John. Pero tuve mucha suerte, y tuve al colaborador supremo con John y él conmigo, también. Algo ocurrió ahí. John y yo sentándonos juntos para escribir, amigos cruzados uno entre el otro, haciendo lo nuestro. Era mágico. No creo que mucha gente pueda conseguir eso una vez en la vida y estoy muy seguro de que nadie lo obtiene dos veces.
Q: ¿Alguna vez estuvieron cerca de trabajar juntos otra vez?
P: No realmente. Hubieron conversaciones sobre Los Beatles en ciertos momentos. Lo que solía pasar era: tres de nosotros coquetearíamos con la idea, y luego quizás George o John, o yo, no lo haríamos. En un modo fue una bendición. Lo habíamos hecho, ¿Porqué estropearlo?
Q: Además de Youth, con quien colaboraste como “The Fireman”, no tiendes a trabajar con nadie más de una vez...
P: No es una decisión consciente. Siento que es un poco como “He estado ahí, hecho esto...” Regresar sería como tallarlo en piedra, y me gusta pensar, “¿Con quién sería lindo trabajar ahora?”
Q: Debe ser difícil para cualquiera darte un consejo, y para ti aceptarlo.
P: Es para ambos, sí. Creo que la mayoría de ellos llegan a la mesa pensando “¡Pero se lo voy a decir!” Lo que está bien para mí. Ése era mucho el caso con John y yo – éramos directos con el otro. Tal vez otras personas encuentran hacer eso con un poco más dificultad que otros... Pero debe ser un poco intimidante porque tú dices en cuestión “Le voy a decir a este tío como hacerlo pero yo no he hecho todo lo que él.”
Q: Rick Rubin me contó que racionalizó su idea de Dios a través de Los Beatles. Dijo que ningún grupo de gente pudo hacerse tan bueno, tan rápido, sin ninguna forma de intervención divina...
P: Mmm. Eso fue gentil de Rick... Sea dado por Dios o no, esas cuatro personas hicieron una buena mezcla. No podrías hacer algo así en el X Factor.
Estamos sentados en el camerino de Paul McCartney en el Hollywood Bowl dos horas antes de que comience el espectáculo. El cuarto está establecido exactamente como en el O2 pero con la adición de cuatro estatuillas de bronce de Buda en las mesas. La lista de invitados para esta puesta de dos días es impresionante. Entre aquellos que asistirán están Jack Nicholson, Tom Hanks, Neil Young, Kayne West y Miley Cirus. Q localiza a Woody Harrelson y Willie Nelson en los entremeses del pre-show tras bambalinas. Dave Grohl arribará escoltado por su esposa y su madre. Tal potencia de celebridades va aumentando con el curso. Ambos el ex presidente de los E. U. Bill Clinton y el Primer Ministro Ruso Vladimir Putin has esperado en la puerta de su camerino para una audiencia en el pasado.
Anoche, Paul le contó a Q que tuvo un sueño en el cual estaba sobre el escenario y olvidaba la canción que se suponía debía cantar. Pedía una lista del set, pero su banda lo ignoraba. Entraba en pánico y luego en ira. Y entonces despertó.
Dejando a un lado las pesadillas, está mucho más relajado ahora que en nuestras reuniones previas. Aparentemente ha pasado más tiempo en el sol, también, y luce mucho mejor. No que su agenda esté mucho más apaciguada. En la hora anterior a nuestra entrevista presidió una reunión de producción con su staff clave y comió el almuerzo. La hora que sigua, va a aceptar un disco de oro por su álbum en directo “Good Evening New York City” y alistarse para un evento. Rara vez se le encuentra quieto, o solo.
Más temprano este mes, el ex- baterista de Wings Denny Seiwell, que ahora vive en L. A., lo llamó pidiéndole tickets para el concierto. Había oído que ésta sería su última gira. “Cada vez que salgo escucho eso,” dice McCartney con un suspiro, “Nunca hago ese anuncio. Me pregunto si es un promotor en alguna parte que trata de vender entradas. ¿Parar? ¡Bol*s! Estoy teniendo demasiada diversión.”
El negocio de las giras se ha, no obstante, convertido en algo más truculento para él en un sentido. Desde su separación con Mills, la pareja ha compartido custodia de la hija, Beatrice, y McCartney se niega a dar presentaciones a cualquier distancia lejana de su tiempo con ella; por consiguiente ahora se aferra a compromisos tales como los cinco shows al aire libre que tocará en UK en junio, en lugar de giras completas.
Q: No saliste de gira por casi 20 años después del mal destinado viaje de Wings en 1980. [que terminó con McCartney arrestado en Tokio por posesión de cannabis] ¿Por qué?
P: No sé. Quizás fue por educar a los niños [él y Linda tuvieron cuatro hijos: Heather, Mary, Stella y James]. Pero no pienso mucho en estas cosas. Otra gente las percibe entes que yo. Recuerdo haber salido de gira una vez y alguien dijo, “¡Es su primera gira en 10 años!” Y yo, “¿Lo es? Dios, es mucho tiempo. ¿Qué tanto he estado haciendo?” Pienso que la respuesta es: Pasándola de lujo en Escocia y cuidando a mi familia.
Q: ¿Es muy diferente ahora de cuando saliste con Wings, dejando aparte a los Beatles?
P: Completamente. Lo primero es, eres más ruidoso. En los días de los Beatles teníamos un PA muy pasado de moda así que no siempre podías oír sobre el ruido del público. Viajar es otra cosa. Ahora es mucho más pomposo, así que eso suaviza todo. La otra gran cosa también es, que ahora tengo un mayor sentimiento de que a la audiencia le gusto. Recuerdo haber estado tocando en una fiesta de ‘Ganador por Votos”en Wembley con los Beatles y sentirme enfermísimo de los nervios, pensé, “No quiero hacer esto para ganarme la vida por siempre.” Parte de ello es la idea de que si lo haces mal vas a provocar una catástrofe. Mientras que ahora estoy más relajado, he descubierto que no les importa mucho si te equivocas. Les gusta un poco, de hecho. Prueba que no es pregrabado.
Q: ¿Hay también mucha conciencia de que tu tiempo es finito, de correr antes de quedar tieso?
P: [canta] “This could be the last time...” No, no siento que esté tratando de abarrotarlo todo. Aún siento que hay un ‘para siempre’ por venir, como siempre he hecho. Y, como amablemente apuntaste, no lo hay. Pero afrontémoslo, hombre, pensamos que los Beatles sólo durarían por un par de años y eso sería todo, así que todo esto es un bonus.
En su tiempo de esparcimiento Paul McCartney gusta de pintar y escribir música clásica [desde su ‘Liverpool Oratorio’ en 1991, ha compuesto otras tres piezas interpretadas alrededor del mundo]. Él dice que se encuentra en su momento más feliz cuando monta a caballo en el bosque o cuando está con su familia. Él último CD que recuerda haber comprado es ‘Modern Times’ de Bob Dylan, y actualmente está leyendo ‘Imagine This’, el libro en el que Julia Lennon cuenta cómo creció con su hermano, John.
Reconoce que en su momento poseía el primer iPhone del Reino Unido, después de hacer un promocional para Apple durante la época de Memory Almost Full. Mas Paul prefiere la comunicación por texto, y se deshizo de él cuando encontró el teclado “mañoso” de usar.
Q:¿Qué cosa jamás dejas en casa al salir?
P: Mis pantalones, en alguna forma u otra.
Q: ¿Cuál fue la última vez que no fuiste reconocido?
P: En Jamaica, conocí a una dama que me preguntó si era americano. Le dije que era Británico y ella dijo, “Ah, eres un sujeto como yo.” Y eso me lo dijo. Hay ciertos países donde simplemente no te reconocen, allá en las villas. India, ahí no tienen ni idea. Soy sólo otro tipo blanco con cabello largo.
Q: ¿Cuándo has estado en tu ‘highest’ [más alto]?
P: Ha! Depende a qué te refieras con ‘high’[alto]. ¿En un sentido eufórico? Estando enamorado. Ya sea con mis hijos o con mi novia.
Q: ¿Y cuándo has estado en tu ‘más bajo’?
P: [pausa de 15 segundos] Muchas veces. Cuando tus seres amados mueren. Eso debe ser.
Q: ¿Qué es lo que ves cuando te miras en un espejo?
P: Un tipo sensacional. [risas] Ha! No me atrapaste en esa.... No sé, depende de la iluminación.
Si necesita uno recordar la extensión y durabilidad de la fama de Paul McCartney, ver una fotografía enmarcada en la pared de “The Mill” será suficiente. Es una imagen en blanco y negro de un memorial a Lenin que se sostiene en el centro de Minsk. En la cumbre del obelisco hay un busto de la cabeza de Lenin. En su base hay una singular pieza de graffiti que lee: Beatles Por Siempre.
Comienza la tarde y McCartney ha invitado a Q a su estudio para escuchar un fragmento de la pieza clásica en que ha estado trabajando desde el año pasado. Se sienta en un teclado y por los siguientes 10 minutos conjura de él desde ruidos discordantes, una ocasional barrida de teclas, hasta grandes florecimientos de sonido. La pieza, él dice, se llama “Oceans” e intenta lanzarla de algún modo eventualmente.
Hay una conversación sobre un nuevo álbum de estudio, pero nada definitivo. Y para marcar 40 años desde el lanzamiento de su primer disco solista, su trabajo con Wings y como Paul McCartney será remasterizado y lanzado a finales de este año. Hay, como él denota alzando una sonrisa, “Todo tipo de cosas enlistadas”.
Q: Tu lugar en la historia ya está asegurado. Pero, ¿cómo deseas ser percibido?
P: Tengo... una idea de cómo va a ser. El hecho de que los Beatles fueron tan grandes es inescapable – y de todos modos no me gustaría escaparlo. Hicimos todo tipo de cosas y aún todo ello es apreciado. Es raro pensar que cuando los niños estudien el siglo XX en las escuelas, estarán aprendiendo sobre ti.
Q: Tú, Paul McCartney, ¿te sientes mejor apreciado ahora?
P: No lo sé. Nunca me pongo de displicente porque ése sería el minuto en que alguien llega y dice, “No, en realidad no eres tan bueno.” Trato de estar más relajado sobre ello.
Q: ¿Cambiarías algo?
P: Probablemente. Pero no ahora. ¿Arrepentimientos? He tenido unos pocos. Pero no caben mencionar.
Siempre al servicio de la comunidad beatlera/maccartiana.
