Lo más lejos a tu lado (fanfic)

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plisplay
Blue Meanie
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Lo más lejos a tu lado (fanfic)

Mensaje por plisplay »

Hola gente!

Después de darle muchas vueltas a la cabeza, me he decidido a publicar un fanfic...

De qué va? Pues bueno, vamos a situarnos. 1965, septiembre. The Beatles han acabado ya su gira por Estados Unidos y se disponen a pasar unas semanas en Liverpool con sus familias y sus amigos de siempre. Pero estas no van a ser unas vacaciones normales pues van a cambiarles para siempre.
Avanzo que hay nuevos personajes y mucho, mucho lío.

Espero que os guste (no os asustéis por lo largo del capítulo... :D )

CAPÍTULO 1: LA NIÑA MIMADA

Christine bajó del autobús apresurada. Llegaba tarde otra vez. Al final le tendría que acabar dando la razón a su padre cuando decía que no podía salir de casa, que jamás veía la hora de regresar. Miró de nuevo su reloj de pulsera para comprobar con fastidio que ya eran más de las 7:30 de la tarde y empezó a correr calle abajo, con la consiguiente sorpresa de dos señoras mayores que estaban sentadas en un banco. Christine no pudo reprimir una sonrisa. Aquellas viejecitas le hicieron recordar a su tía Dill, que a menudo le echaba en cara que sus maneras no eran ni mucho menos las que debía tener una señorita. La tía Dill, siempre intentando convertirla en una chica como las que salían en las revistas y siempre en vano...

Frenó bruscamente delante de su casa, abrió la puerta del jardín y entró adentro, ahora caminando mientras respiraba agitadamente.

-¡Deberías ir a las Olimpiadas, hermanita! Parecías una puñetera liebre con falda mientras venías para aquí.

Christine se encontró con la mirada divertida de su hermano, que estaba sentado en el suelo del porche mientras se fumaba un cigarrillo.

-¿Jamás te han mandado a la mier...?-le preguntó airada, aunque en el fondo le había hecho gracia.

-Oh, claro.- contestó el chico después de darle una calada a su cigarrillo.-Tú, varias veces al día. Anda, entra en casa antes de que papá decida encerrarte en tu habitación con un candado de siete llaves...

-Ja, ja, ja.-fingió reírse Christine mientras abría la puerta.-Perdona que te diga... pero tenías más futuro como peluquero que como humorista, graciosillo.

Nada más abrir, Monster, el perro de la familia, una mezcla de fox terrier que hacía un par de años habían recogido de la calle, empezó a saltar dándole la bienvenida. Christine, le acarició la cabeza al perrito y entró. El interior de la casa estaba ya en penumbras y podía escucharse el leve murmullo de la televisión.

-¡Ya estoy en casa!-dijo en tono jovial mientras entraba en el salón con la mejor de sus sonrisas y se inclinaba sobre el sofá para darle un beso a su padre, que estaba viendo el partido de fútbol.-¿Ganamos o perdemos?

El hombre levantó una ceja y miró a su hija antes de contestar.

-La verdad es que por hoy nuestro Everton está haciendo un buen trabajo.-y, después añadió con un tono de voz más grave.- Y por cierto... creo que te dije claramente que a las 6 y media como muy tarde estuvieras en casa.

-¡Venga, papá! Ya sabes que el autobús da muchas vueltas y tarda mucho en llegar hasta aquí. Si al menos me dejaras ir con la moto... Llegaría mucho más rápido, ya sabes.

-Si ahora voy a tener yo la culpa de que llegues tarde por no dejarte ir en el trasto ese –masculló entre dientes el padre.- Además, la moto no es tuya, es de tu hermano.

-Y cuento con su permiso para cogerla cuando quiera-contestó resuelta la muchacha.

-Pero no con el mío. Y por el momento en esta casa prevalece mi opinión a la de tus hermanos, que te tienen demasiado malcriada, sea dicho de paso.-contestó severo su padre sin apartar la mirada del televisor. Al cabo de unos segundos, añadió- Todavía no me has explicado el motivo de tu tardanza de más de una hora, Christine.

-Bueno...-masculló la chica.- No te voy a mentir, estaba con las amigas despidiendo las vacaciones de verano y se nos ha hecho tarde.-respondió rápidamente y, antes de que a su padre le diera tiempo a empezar con la reprimenda que a buen seguro estaba a punto de soltar, dijo- Entonces, ¿qué vas a querer cenar hoy?

-No me cambies de tema, Christie, que te conozco...-empezó a decir el hombre, pero sus palabras quedaron interrumpidas por el sonido del teléfono.

-Ya respondo yo.-anunció Christine echando a correr hacia el aparato. La verdad es que el teléfono en ese momento le había venido de maravilla.-¿Diga?

-¡Hola, enana! ¿Cómo van las cosas?-respondió en tono jovial una voz masculina que Christine reconoció al instante.

-¡Hola, gusano! ¡Vaya sorpresa!

-Pues la sorpresa de verdad todavía está por venir. Pero antes, dime, ¿preparada para mañana, señorita universitaria?

-La verdad es que aún no me he hecho mucho a la idea, ya te contaré cuando empiecen las clases... ¿cuál es la sorpresa?

-Bueno, tampoco vayas a pensar cosas raras....-dijo el chico.-Ya sabes que hemos acabado nuestros asuntos por aquí, ¿no? Pues nada, tenemos un poco de tiempo libre antes de ponerse a trabajar de nuevo y hemos decidido pasar unas vacaciones en casa.

-¿En casa?-preguntó Christine con una mezcla de sorpresa y emoción.-¿Vais a venir aquí?

-No, a Bristol si te parece... -rió el chico al otro lado del teléfono.- ¿Te gusta la idea?

-Mmmmm...La verdad es que no demasiado...-bromeó Christine.- No me apetece mucho tener que devolverte todas las cusas tuyas de las cuales me he apropiado...

-¡Serás...! ¡Te vas a enterar cuando me veas aparecer por casa!-rió.-Anda, enana, pásame a papá, que quiero decírselo.

-Tranquilo, que no creo que te arruine la llamada, tacaño...-Christine oyó una risita al otro lado del teléfono.- Entonces nos vemos pronto, ¿no?

-Eso espero, hermanita, eso espero...

*********
Christine entreabrió los ojos y al ver que los rayos del sol entraban ya por la ventana se levantó de un salto. Bufó con fastidio. No había podido dormir en toda la noche. Los nervios al pensar que estaba ante el primer día de la universidad le habían mantenido en vela dando vueltas y más vueltas en la cama. Era normal en ella. Cada vez que tenía algo, por mínimo que fuese, como una visita al médico por cualquier tontería, se pasaba la noche de antes casi en vela. Quizás por eso le daba rabia cuando la gente la calificaba enseguida como una persona tranquila. Vale, no era una histérica y sabía mantener a raya sus nervios delante de los de fuera de casa, pero se agobiaba con demasiada facilidad.

Después de vestirse, bajó a la cocina. Se estaba tomando una taza de té cuando su padre apareció en pijama y medio dormido por la puerta. Christine sonrió al verlo entrar: no sabía cómo se las arreglaba pero por muy dormido pareciera estar siempre se enteraba de cuándo se acostaban y levantaban sus hijos.

-Todavía es pronto, cariño.-le dijo acercándose.

-Lo sé, pero no podía dormir más.

-¿Has comido algo?-preguntó el hombre mientras se servía él también una taza de té. Christine siempre hacía de sobra.

-No, no tengo hambre.

El hombre rió entre dientes antes de darle un sorbo a su taza.

-Supongo que acabaré peleándome contigo si te insisto más de la cuenta.-añadió al cabo de unos segundos sin perder la sonrisa.-Así que mejor será que cuando se te pase un poco el agobio al ver que eso de la universidad no es para tanto, tomes algo por ahí.

Christie sonrió a su padre mientras tiraba lo que le quedaba de té en el fregadero.

-¿Ni el té piensas terminarte?-preguntó su padre sin obtener ninguna respuesta.-En fin... ¿quieres que te acerque?

-Venga, papá...-dijo la chica en tono divertido.-¿No crees que soy ya un poco mayorcita para que mi padre me acompañe a la “escuela”?

El hombre soltó una pequeña carcajada.

-Supongo que tienes razón, aunque todavía no asimile que seas mayorcita.

Christine se acercó, le dio un beso en la mejilla y, después de coger sus cosas y despedirse se fue. Aunque fuera pronto todavía prefería pasar el rato por la universidad que ponerse nerviosa sin hacer nada en casa.

Después de un viaje en autobús que se le hizo más largo de lo habitual, Christine se bajó en la parada de la universidad. Aunque era muy temprano, ya había algo de gente, aunque la chica prefirió darse un paseo por las calles de Liverpool antes de entrar en el campus. El aire era un poco frío, aunque le vino bien para despejarse y tranquilizarse un poco y, al cabo de media hora, se decidió por fin a entrar y buscar el sitio donde supuestamente pasaría los siguientes años de su vida como estudiante. No le costó llegar hasta la Facultad de Geografía e Historia, ni tampoco encontrar el aula donde según su horario tenía la primera clase.

Christine echó un vistazo al pasillo. Aunque faltaba todavía más de media hora para el comienzo de la clase, ya había algunos alumnos y alumnas que, como ella, parecían haber madrugado. Algunos charlaban entre ellos ya. Otros, más reservados, permanecían sentados sumidos en sus pensamientos en los bancos de la facultad. Christine se acercó a la puerta de la clase, donde colgaba una lista con los alumnos matriculados. Les habían insistido mucho en que comprobaran el primer día que estuvieran en esa lista cuando formalizaron la matrícula. Una chica estaba en esos momentos delante de la lista, mirándola concentrada.

-Hola.-saludó Christine cuando estuvo detrás de ella.-¿Me permites?

-Hola.-saludó la chica volviéndose hacia ella con una sonrisa.-¿Nueva también, no?

-Sí, así es.

-Yo también. Menudos nervios, ¿eh?.-contestó la chica.- Por cierto, soy Mary Hall.

-Encantada. Yo soy Christine, aunque puedes llamarme como quieras: Christie, Chris...-sonrió.-Cada persona que conozco me llama con un derivado de mi nombre distinto.

-Encantada, Chris.- dijo tendiéndole la mano para después añadir.-¿Comprobamos que estés en la lista?

-Sí, eso mismo quería hacer...

Mary comenzó a pasar el dedo por encima de los nombres que figuraban en la lista.

-Por cierto...-murmuró sin dejar de mover el dedo.-¿Cuál es tu apellido?

-McCartney.-contestó Christine.- Christine McCartney.

Mary paró de mover el dedo de repente y se giró con cara de sorpresa mal contenida.

-¿Tu apellido es McCartney y te llamas Christine?

Christine tragó saliva disimuladamente. Había dicho demasiado a la ligera su apellido y al parecer la habían reconocido. Suplicó para sus adentros que aquella chica que hasta hacía unos segundos le había parecido tan simpática no fuera otra fan loca de los chicos.

-Sí.-contestó sonriendo mientras intentaba disimular su incomodidad.-Así me llamo.

Mary continuaba con cara de sorpresa.

-Igual te han preguntado esto millones de veces, pero... –añadió atropelladamente.-¿tú eres pariente de...? Oh, joder, debo de parecerte ahora mismo una loca...

“Y espero que no seas una de ellas”, pensó Christie para sus adentros antes de preguntar con fingida naturalidad:

-¿Pariente de quién?

-Oh... pues claro... de... de... ¿de quién va a ser? De... Paul.

Maldiciendo para sus adentros, Christine cogió aire.

-Bueno, tengo un par de hermanos mayores. Y uno de ellos se llama Paul y es músico, si es a eso a lo que te refieres.-respondió al fin guiñándole un ojo. Al fin y al cabo tampoco era tan raro y medio Liverpool conocía a los chicos.

Mary abrió los ojos de par en par.

-¡Vaya sorpresa!-dijo al fin con una sonrisa de oreja a oreja.-Pero tranquila, no soy ninguna fan loca ni nada de eso. Si te soy sincera me gusta mucho su música, pero tampoco grito ni me arranco los pelos cuando oigo hablar de ellos...

-Oh, te aseguro que no vale la pena que te arranques los pelos por ellos.-rió Christine aliviada por las declaraciones de su compañera de clase.

Mary rió también y volvió su cabeza de nuevo hacia la lista.

-Vamos a ver...-murmuró volviendo a pasar el dedo por encima de los nombres.- McCartney, Christine. Aquí estás.



Y hasta aquí hemos llegado... Si has llegado hasta aquí... Gracias por aguantar! :D Continuaré publicando en mi blog http://lomaslejosatuladofanfic.blogspot.com/

Saludos!
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Ingrid LM
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Mensaje por Ingrid LM »

Se ve bueno, siguelo, esta padre :D
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plisplay
Blue Meanie
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Mensaje por plisplay »

Igual ya lo has visto, pero si entras en http://lomaslejosatuladofanfic.blogspot.com/ continúa la historia. Por el quinto capi va la cosa.
Y gracias por leer! :D
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Ingrid LM
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Mensaje por Ingrid LM »

Sisi, ya me meti a tu blog ahi lo estoy leyendo, esta padre!
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