[Fanfic] Is there anybody going to listen to my history?
Moderadores: SePiA, Ary Channels
- hangthecyst
- Blue Meanie
- Mensajes: 49
- Registrado: Dom Jul 18, 2010 9:57 pm
- Ubicación: Abbey Road
[Fanfic] Is there anybody going to listen to my history?
tenia varias ideas en la cabeza xDDD
Capítulo 1:
- ¿Me harías el favor de apurarte Marie? – Dijo con fastidio mi madre,
- Recuerda que yo nunca estuve de acuerdo con esto –
- Ese no es el punto. Ya tienes que irte hija.
Casi todas las conversaciones con mi madre eran así. Oh, por cierto. Mi nombre es Marie Haines, tengo 16 años y estoy a punto de dejar mi vida en Londres para mudarme a Liverpool. Exacto, yo sola. ¿Por qué? Porque mi madre insiste en que termine la secundaria en Liverpool, ya que estudiaré ahí en la universidad. Me estaré quedando en la casa que solía ser de mi abuela. Viviré sola, vaya forma de empezar a adaptarme a mi nueva vida. Pero mamá dice que si me siento sola puedo ir a visitar a su amiga Mimi y a su hijo John, con el que solía jugar cuando era pequeña. La verdad es que me gusta pasar tiempo sola. Y al final, supongo que me adaptaré.
- Te extrañaré mucho hija – dijo mi madre entre sollozos.
- Mamá, no llores. Además, recuerda que tu fuiste la que tomó esta decisión.
- Es por tu bien, querida. Llámame apenas llegues y cuídate mucho. Que tengas un buen vuelo.
- Gracias madre. No te preocupes, lo haré.
- Mándale mis saludos a Mimi y a John. Por cierto, John está muy emocionado con tu viaje y está ansioso por verte de nuevo.
- No recuerdo mucho sobre el, pero será bueno verlo de nuevo. Han pasado muchos años desde la última vez que fui a Liverpool.
- En fin hija, cuídate muchísimo. Te extrañaré mucho, no te olvides de que siempre estaré aquí.
Solo la abracé y me fui. Sabía que empezaría a llorar si decía algo. Por más que peleara con mi madre, la aprecio mucho. Subí al avión y me quedé dormida. Me despertaron a la hora que llegamos a Liverpool. Me puse los lentes de sol, recogí mi equipaje y fui a tomar un taxi para que me lleve a la antigua casa de mi abuela. Le pagué al taxista y al bajar del auto quedé maravillada con la hermosa casa que estaba frente a mi. Entré y dejé mis maletas en el segundo piso de la casa y me dispuse a guardar mi ropa en los armarios y a redecorar lo que sería mi habitación por el resto de mi vida escolar y universitaria. No estaba mal, no estaba nada mal.
Ya que estamos en el medio el verano, las clases no empezaban hasta dentro de un mes. No sabía que hacer así que decidí ir a visitar a la dichosa amiga de mi madre. Pregunté a unas cuantas personas como llegar a mi destino y me di cuenta de que no estaba muy lejos de mi nueva casa. Así que llegué en unos 10 minutos. Toqué la puerta y pasaron unos minutos hasta que alguien me abrió la puerta.
- ¿Qué desea señorita? No quiero comprar nada. – me dijo un joven de unos 17 años. Ese debía ser el famoso John.
- No vendo nada, estoy buscando a la señora Mimi. Mi nombre es Marie Haines. – Al decir esto los ojos de John se abrieron como platos y me miró con una enorme sonrisa en el rostro. Iba a decir algo más cuando me levantó en el aire antes de que pudiera articular una palabra.
- Marie! No te veo desde hace una eternidad! Mirate, estás preciosa. Se me había olvidado por completo de que llegabas hoy. Me siento tan culpable, te hubiera ido a recoger al aeropuerto y…
- Tranquilo, está bien. Tu también estás muy cambiado John. La última vez que te vi fue cuando tenía 9 años.
- Si, y ahora podremos recuperar el tiempo perdido. Pero que descuidado soy Marie, pasa, estás en tu casa. Tía Mimi! Marie ya llegó!
- A lo mejor está ocupada John.
Escuché unos tacones altos dirigiéndose a la sala donde estábamos John y yo. La señora Mimi me vio, sonrió y corrió hacia mi para darme un abrazo.
- Marie, querida! Has crecido mucho, y mírate, estás hecha toda una señorita. No hay chicas tan bonitas aquí en Liverpool, ¿Verdad John?
- Hay chicas bonitas, claro que no tan bonitas como Marie. Ella es diferente.
Siempre escuchaba esta clase de cosas. Como que mi belleza es “exótica” ya que mis padres eran peruanos y no ingleses. No soy la típica chica inglesa de piel pálida y cabello rubio. Mi piel es ligeramente morena, tengo el cabello castaño oscuro y rizado y ojos marrones.
- Gracias, pero no creo ser tan bonita.
- Tonterías pequeña! Eres bellísima. Volverás locos a todos los chicos de la cuidad. Y yo estaré ahí para protegerte de los patanes que se quieran pasar de listos contigo. – John estaba empezando a darme risa, y a caerme bien.
- No creo que eso sea necesario John. Marie puede cuidarse sola ¿Verdad linda?
- Si señora.
Seguimos conversando por 2 horas más pero decidí que era hora de irme, pues se estaba haciendo tarde y me moría de sueño. John insistió en acompañarme a casa, pero le dije que estaba bien sola. El aceptó con la condición de irme a visitar mañana para escuchar música y conversar. Acepté su invitación y regresé lentamente a casa. Me acosté sin cenar pensando en el largo día que había tenido. Liverpool no estaba tan mal.
Capítulo 1:
- ¿Me harías el favor de apurarte Marie? – Dijo con fastidio mi madre,
- Recuerda que yo nunca estuve de acuerdo con esto –
- Ese no es el punto. Ya tienes que irte hija.
Casi todas las conversaciones con mi madre eran así. Oh, por cierto. Mi nombre es Marie Haines, tengo 16 años y estoy a punto de dejar mi vida en Londres para mudarme a Liverpool. Exacto, yo sola. ¿Por qué? Porque mi madre insiste en que termine la secundaria en Liverpool, ya que estudiaré ahí en la universidad. Me estaré quedando en la casa que solía ser de mi abuela. Viviré sola, vaya forma de empezar a adaptarme a mi nueva vida. Pero mamá dice que si me siento sola puedo ir a visitar a su amiga Mimi y a su hijo John, con el que solía jugar cuando era pequeña. La verdad es que me gusta pasar tiempo sola. Y al final, supongo que me adaptaré.
- Te extrañaré mucho hija – dijo mi madre entre sollozos.
- Mamá, no llores. Además, recuerda que tu fuiste la que tomó esta decisión.
- Es por tu bien, querida. Llámame apenas llegues y cuídate mucho. Que tengas un buen vuelo.
- Gracias madre. No te preocupes, lo haré.
- Mándale mis saludos a Mimi y a John. Por cierto, John está muy emocionado con tu viaje y está ansioso por verte de nuevo.
- No recuerdo mucho sobre el, pero será bueno verlo de nuevo. Han pasado muchos años desde la última vez que fui a Liverpool.
- En fin hija, cuídate muchísimo. Te extrañaré mucho, no te olvides de que siempre estaré aquí.
Solo la abracé y me fui. Sabía que empezaría a llorar si decía algo. Por más que peleara con mi madre, la aprecio mucho. Subí al avión y me quedé dormida. Me despertaron a la hora que llegamos a Liverpool. Me puse los lentes de sol, recogí mi equipaje y fui a tomar un taxi para que me lleve a la antigua casa de mi abuela. Le pagué al taxista y al bajar del auto quedé maravillada con la hermosa casa que estaba frente a mi. Entré y dejé mis maletas en el segundo piso de la casa y me dispuse a guardar mi ropa en los armarios y a redecorar lo que sería mi habitación por el resto de mi vida escolar y universitaria. No estaba mal, no estaba nada mal.
Ya que estamos en el medio el verano, las clases no empezaban hasta dentro de un mes. No sabía que hacer así que decidí ir a visitar a la dichosa amiga de mi madre. Pregunté a unas cuantas personas como llegar a mi destino y me di cuenta de que no estaba muy lejos de mi nueva casa. Así que llegué en unos 10 minutos. Toqué la puerta y pasaron unos minutos hasta que alguien me abrió la puerta.
- ¿Qué desea señorita? No quiero comprar nada. – me dijo un joven de unos 17 años. Ese debía ser el famoso John.
- No vendo nada, estoy buscando a la señora Mimi. Mi nombre es Marie Haines. – Al decir esto los ojos de John se abrieron como platos y me miró con una enorme sonrisa en el rostro. Iba a decir algo más cuando me levantó en el aire antes de que pudiera articular una palabra.
- Marie! No te veo desde hace una eternidad! Mirate, estás preciosa. Se me había olvidado por completo de que llegabas hoy. Me siento tan culpable, te hubiera ido a recoger al aeropuerto y…
- Tranquilo, está bien. Tu también estás muy cambiado John. La última vez que te vi fue cuando tenía 9 años.
- Si, y ahora podremos recuperar el tiempo perdido. Pero que descuidado soy Marie, pasa, estás en tu casa. Tía Mimi! Marie ya llegó!
- A lo mejor está ocupada John.
Escuché unos tacones altos dirigiéndose a la sala donde estábamos John y yo. La señora Mimi me vio, sonrió y corrió hacia mi para darme un abrazo.
- Marie, querida! Has crecido mucho, y mírate, estás hecha toda una señorita. No hay chicas tan bonitas aquí en Liverpool, ¿Verdad John?
- Hay chicas bonitas, claro que no tan bonitas como Marie. Ella es diferente.
Siempre escuchaba esta clase de cosas. Como que mi belleza es “exótica” ya que mis padres eran peruanos y no ingleses. No soy la típica chica inglesa de piel pálida y cabello rubio. Mi piel es ligeramente morena, tengo el cabello castaño oscuro y rizado y ojos marrones.
- Gracias, pero no creo ser tan bonita.
- Tonterías pequeña! Eres bellísima. Volverás locos a todos los chicos de la cuidad. Y yo estaré ahí para protegerte de los patanes que se quieran pasar de listos contigo. – John estaba empezando a darme risa, y a caerme bien.
- No creo que eso sea necesario John. Marie puede cuidarse sola ¿Verdad linda?
- Si señora.
Seguimos conversando por 2 horas más pero decidí que era hora de irme, pues se estaba haciendo tarde y me moría de sueño. John insistió en acompañarme a casa, pero le dije que estaba bien sola. El aceptó con la condición de irme a visitar mañana para escuchar música y conversar. Acepté su invitación y regresé lentamente a casa. Me acosté sin cenar pensando en el largo día que había tenido. Liverpool no estaba tan mal.
Última edición por hangthecyst el Dom Sep 05, 2010 7:33 pm, editado 2 veces en total.
To die by your side is such a heavenly way to die.
-The Smiths
-The Smiths
- Mrs. Hazza
- I'm 64!
- Mensajes: 64
- Registrado: Vie Jun 18, 2010 8:48 am
- Maria Eleanor
- Brian
- Mensajes: 191
- Registrado: Dom Abr 04, 2010 7:36 pm
- Ubicación: Sitting on a cornflake waiting for the van to come
- Contactar:
- Alondra_Hendrix
- Maharishi
- Mensajes: 10
- Registrado: Sab Ago 14, 2010 12:36 am
- Ubicación: Valleys Of Neptune
- Contactar:
- hangthecyst
- Blue Meanie
- Mensajes: 49
- Registrado: Dom Jul 18, 2010 9:57 pm
- Ubicación: Abbey Road
gracias, ya tengo el capitulo 2 escrito, lo subire mas tarde
claro que si eleanor, tu personaje hara sufrir a marie durante un tiempo... cualquier cosa puede pasar en esta historia nisiquiera se con quien se quedara la protagonista xDDD
si, amo the smiths xD
claro que si eleanor, tu personaje hara sufrir a marie durante un tiempo... cualquier cosa puede pasar en esta historia nisiquiera se con quien se quedara la protagonista xDDD
si, amo the smiths xD
To die by your side is such a heavenly way to die.
-The Smiths
-The Smiths
- Alondra_Hendrix
- Maharishi
- Mensajes: 10
- Registrado: Sab Ago 14, 2010 12:36 am
- Ubicación: Valleys Of Neptune
- Contactar:
- hangthecyst
- Blue Meanie
- Mensajes: 49
- Registrado: Dom Jul 18, 2010 9:57 pm
- Ubicación: Abbey Road
ahi va el segundo cap
Capítulo 2:
El resto del verano transcurrió normalmente. Yo iba dejando un día a la casa de John, y los demás días el venía a visitarme. Me pareció extraño que quisiera pasar tanto tiempo conmigo. Yo pensé que un chico como el haría cosas con sus amigos o algo así durante el verano. Pero resulta que el tenía una banda, y que sus otros compañeros estaban visitando a sus familias durante el verano y que regresarían para la escuela. Dos de ellos iban a una escuela cercana a la mía. John dijo que sus amigos me amarían y que me los presentaría cuando regresen. Pero yo debía prepararme para la escuela, así que no me puse a pensar mucho en ello.
El primer día de clases fue aburrido, no hicimos casi nada y no hable con nadie. No soy una antisocial, pero me gusta estar sola cuando no me siento cómoda con la gente que me rodea. El segundo día me levanté temprano y me apresuré en vestirme para llegar a la escuela puntualmente. Salí a paso acelerado cuando escuché una melodía. Alguien estaba tocando una canción de Elvis. Adoraba a ese hombre y su música me fascinaba. Me detuve un momento para escuchar y me di cuenta de que el sonido provenía de unas cuantas casas más adelante. Mientras volteaba a ver quien tocaba la música se detuvo.
- ¿Quién eres y que estás mirando? –
- Disculpa, soy Marie y me llamó la atención la música y quise saber de donde provenía. No era necesario ser tan grosero.-
- Oh, lo siento. No soy así, solo que no me gusta que me espíen mientras toco, pero tu claramente no estabas haciendo eso.
- Cierto, en fin, tengo que irme. Fue un gusto – En realidad no lo fue…
- Espera, no te vayas! No quise ofenderte… ¿Marie?
- Si, ese es mi nombre.
- Nunca te había visto. ¿Eres nueva aquí verdad?
- Me mudé hace un mes, en el verano.
- Si, porque a ninguna chica de aquí le gusta Elvis. Tienes buen gusto en música Marie.
- Gracias. Pero en serio tengo que irme.
- Vas a esa escuela para chicas que esta a unas cuadras de aquí, verdad? No entran hasta dentro de media hora. ¿Cuál es la prisa?
- ¿Cómo lo sabes?
- El uniforme linda.
- Oh, ya veo.
- Por cierto, soy James Paul McCartney, pero dime Paul por favor.
- Un gusto Paul.
- Y dime, ¿Te gustaría que toque otra canción de Elvis para ti?
- Me encantaría, gracias.
Ese día hice unas cuantas amigas y la pase bien. La verdad es que la estaba pasando muy bien en Liverpool, era mejor de lo que imaginaba. Ya había hecho varios amigos y me iba bien en la escuela. Es viernes, me alisté rápido y salí de casa, caminando rápidamente a la escuela escuché unos pasos detrás de mi.
- Marie! Marie! Buenos días – Me dijo con un abrazo
- Buenos días Paul.
- ¿Quieres que te acompañé a tu escuela?
- Llegarás tarde a la tuya McCartney.
- No importa, además quería preguntarte si ibas a hacer algo el fin de semana. Saldré con unos amigos por ahí y quería saber si querías acompañarnos.
- Me encantaría ir, pero no creo que pueda. Iba a salir con unos amigos.
- Oh, ya veo. Bueno, entonces nos vemos después de la escuela, linda.
- Está bien. Y algo más Paul
- ¿Qué?
- No me digas linda. – Me molstaba un poco, no lo conocía ni una semana y ya tenía esa clase de confianzas conmigo. El empezó a reír a carcajadas y me guiñó el ojo.
- Está bien preciosa. Nos vemos.
Se despidió de mi con un beso en la mejilla y entré a la escuela. Después de clases me dirigí a la escuela de Paul para ir a casa juntos. Lo vi bajar por las escaleras y lo saludé esperando que se diera cuenta de que estaba ahí. De lo contrario me vería estúpida.
- Marie! Espérame, ya voy. – Y bajo corriendo. Se va a caer. Se va a caer. Se calló. Escuché varias risas provenientes de sus compañeros. Corrí hacia él para ayudarlo.
- Paul! ¿Estás bien?
- Si, Marie, estoy bien. ¿Y ustedes que están mirando?.- Todos se quedaron callados y continuaron con lo que estaban haciendo. Nos dirigimos a casa en absoluto silencio hasta que decidí romper ese incómodo silencio.
- Paul, déjame deirte algo. – Le di la mano para que se levante del suelo. – Un amigo nunca se burla de ti cuando caes. Un amigo siempre está ahí cuando caes y te ayuda a levantarte. Aunque ahora es… literal.
- Gracias Marie.
- ¿Por qué?
- Por todo.
- No es nada lindo.
- Marie, no me digas lindo. – Yo reí a carcajadas y le guiñé el ojo, imitando lo que el había echo en la mañana.
- Está bien precioso.
Capítulo 2:
El resto del verano transcurrió normalmente. Yo iba dejando un día a la casa de John, y los demás días el venía a visitarme. Me pareció extraño que quisiera pasar tanto tiempo conmigo. Yo pensé que un chico como el haría cosas con sus amigos o algo así durante el verano. Pero resulta que el tenía una banda, y que sus otros compañeros estaban visitando a sus familias durante el verano y que regresarían para la escuela. Dos de ellos iban a una escuela cercana a la mía. John dijo que sus amigos me amarían y que me los presentaría cuando regresen. Pero yo debía prepararme para la escuela, así que no me puse a pensar mucho en ello.
El primer día de clases fue aburrido, no hicimos casi nada y no hable con nadie. No soy una antisocial, pero me gusta estar sola cuando no me siento cómoda con la gente que me rodea. El segundo día me levanté temprano y me apresuré en vestirme para llegar a la escuela puntualmente. Salí a paso acelerado cuando escuché una melodía. Alguien estaba tocando una canción de Elvis. Adoraba a ese hombre y su música me fascinaba. Me detuve un momento para escuchar y me di cuenta de que el sonido provenía de unas cuantas casas más adelante. Mientras volteaba a ver quien tocaba la música se detuvo.
- ¿Quién eres y que estás mirando? –
- Disculpa, soy Marie y me llamó la atención la música y quise saber de donde provenía. No era necesario ser tan grosero.-
- Oh, lo siento. No soy así, solo que no me gusta que me espíen mientras toco, pero tu claramente no estabas haciendo eso.
- Cierto, en fin, tengo que irme. Fue un gusto – En realidad no lo fue…
- Espera, no te vayas! No quise ofenderte… ¿Marie?
- Si, ese es mi nombre.
- Nunca te había visto. ¿Eres nueva aquí verdad?
- Me mudé hace un mes, en el verano.
- Si, porque a ninguna chica de aquí le gusta Elvis. Tienes buen gusto en música Marie.
- Gracias. Pero en serio tengo que irme.
- Vas a esa escuela para chicas que esta a unas cuadras de aquí, verdad? No entran hasta dentro de media hora. ¿Cuál es la prisa?
- ¿Cómo lo sabes?
- El uniforme linda.
- Oh, ya veo.
- Por cierto, soy James Paul McCartney, pero dime Paul por favor.
- Un gusto Paul.
- Y dime, ¿Te gustaría que toque otra canción de Elvis para ti?
- Me encantaría, gracias.
Ese día hice unas cuantas amigas y la pase bien. La verdad es que la estaba pasando muy bien en Liverpool, era mejor de lo que imaginaba. Ya había hecho varios amigos y me iba bien en la escuela. Es viernes, me alisté rápido y salí de casa, caminando rápidamente a la escuela escuché unos pasos detrás de mi.
- Marie! Marie! Buenos días – Me dijo con un abrazo
- Buenos días Paul.
- ¿Quieres que te acompañé a tu escuela?
- Llegarás tarde a la tuya McCartney.
- No importa, además quería preguntarte si ibas a hacer algo el fin de semana. Saldré con unos amigos por ahí y quería saber si querías acompañarnos.
- Me encantaría ir, pero no creo que pueda. Iba a salir con unos amigos.
- Oh, ya veo. Bueno, entonces nos vemos después de la escuela, linda.
- Está bien. Y algo más Paul
- ¿Qué?
- No me digas linda. – Me molstaba un poco, no lo conocía ni una semana y ya tenía esa clase de confianzas conmigo. El empezó a reír a carcajadas y me guiñó el ojo.
- Está bien preciosa. Nos vemos.
Se despidió de mi con un beso en la mejilla y entré a la escuela. Después de clases me dirigí a la escuela de Paul para ir a casa juntos. Lo vi bajar por las escaleras y lo saludé esperando que se diera cuenta de que estaba ahí. De lo contrario me vería estúpida.
- Marie! Espérame, ya voy. – Y bajo corriendo. Se va a caer. Se va a caer. Se calló. Escuché varias risas provenientes de sus compañeros. Corrí hacia él para ayudarlo.
- Paul! ¿Estás bien?
- Si, Marie, estoy bien. ¿Y ustedes que están mirando?.- Todos se quedaron callados y continuaron con lo que estaban haciendo. Nos dirigimos a casa en absoluto silencio hasta que decidí romper ese incómodo silencio.
- Paul, déjame deirte algo. – Le di la mano para que se levante del suelo. – Un amigo nunca se burla de ti cuando caes. Un amigo siempre está ahí cuando caes y te ayuda a levantarte. Aunque ahora es… literal.
- Gracias Marie.
- ¿Por qué?
- Por todo.
- No es nada lindo.
- Marie, no me digas lindo. – Yo reí a carcajadas y le guiñé el ojo, imitando lo que el había echo en la mañana.
- Está bien precioso.
Última edición por hangthecyst el Jue Sep 02, 2010 6:57 pm, editado 1 vez en total.
To die by your side is such a heavenly way to die.
-The Smiths
-The Smiths
- Vero_inthe_sky
- Blue Meanie
- Mensajes: 22
- Registrado: Mar Ago 31, 2010 12:50 am
- Ubicación: Beatlelandia en Monterrey
- Contactar:
- Maria Eleanor
- Brian
- Mensajes: 191
- Registrado: Dom Abr 04, 2010 7:36 pm
- Ubicación: Sitting on a cornflake waiting for the van to come
- Contactar:
no entendí bien...voy a estar en tu fic o me pareció???fatimamydear escribió:claro que si eleanor, tu personaje hara sufrir a marie durante un tiempo...
exelente este ultimo capitulo!
[ URL = ] http://img820.imageshack.us/i/gardel2.jpg/ [ IMG ] http://a.imageshack.us/img820/934/gardel2.jpg [/ IMG ] [/ URL]
- OnlyLoveWillLast
- Maharishi
- Mensajes: 13
- Registrado: Sab Jun 26, 2010 9:59 pm
-
- Blackbird
- Mensajes: 402
- Registrado: Dom Abr 25, 2010 2:49 pm
- Ubicación: Pepperland, escuchando a la banda de los corazones solitarios
- Contactar:
- hangthecyst
- Blue Meanie
- Mensajes: 49
- Registrado: Dom Jul 18, 2010 9:57 pm
- Ubicación: Abbey Road
graaacias chicos <333
nota: la historia transcurre en 1961 (los chicos ya habían regresado de Hamburgo y Stuart ya había dejado la banda xD)
Capítulo 3:
El sábado por la tarde recibí una llamada de John para decirme que vaya a su casa a las 9 de la noche para pasar un rato con sus amigos. Tomé una ducha y me arreglé un poco. Eran John y sus amigos, no era ninguna clase de cita con alguno de ellos. Mientras me peinaba me sentí un poco mal por dejar de lado a Paul, pero John me había invitado primero.
Salí de casa a las 9 en punto. Si, me demoré. Pero en fin, caminé lentamente a casa de John. Tenía miedo de llegar y que sus amigos me odien. ¿Qué me estaba pasando? A mi nunca me había importado la aprobación de los demás. Llegué a casa de John y me armé de valor para tocar el timbre. Empecé a temblar cuando sentí unos pasos que se dirigían a la puerta
- ¿Marie? ¿Qué haces aquí? –
- Yo debería preguntarte lo mismo Paul.
- Estoy confundido.
- Estoy buscando a John Lennon. – Yo estaba incluso más confundida
- Oh, entonces tu eres la chica que John quería presentarnos. Vaya coincidencia, pasa linda.
- Y supongo que estás en la banda de John ¿o me equivoco?.
- Si, estoy en la banda. Vamos al jardín con los demás. – Paul me tomó del brazo y me llevó a donde estaba John y el resto de la banda.
- ¡Marie! Veo que Paul no pierde el tiempo.
- Ya nos conocemos John, ella es mi amiga.
- ¿En serio? ¿De dónde conoces a esta sabandija Marie?
- Es mi vecino, a veces me acompaña a la escuela en las mañanas.
- Bueno, pero ten cuidado. Y Paul, que ni se te ocurra pasarte de listo con ella eh
- Ya basta John, no eres mi padre.
- Por cierto, ellos son los otros miembros de la banda, te presento a George y a Pete.
Los 2 eran bastante atractivos. Pero el que más me llamó la atención fue George. En especial la forma en como pronunciaba su nombre.
- Hola, soy George Harrison. - Lo decía como “Joj Hurrison”
- Mucho gusto, mi nombre es Marie.
- Oye preciosa ¿Te gustaría que tu y yo… – Me dijo el tal Pete
- Cállate novato, no te metas con mi hermanita. – John no parecía muy encantado con la idea de que sus amigos me “quisieran” tanto.
- Este, voy al baño. – La verdad es que no me sentía cómoda con tanta atención. Camino al baño sentí unos pasos detrás de mi.
- Marie, ¿Estás bien?
- Si Paul, estoy bien.
- Pete puede ser un imbécil, no le hagas caso.
- La verdad es que no me importa. Lo que pasa es que no me gusta recibir tanta atención.
- Ya veo. Pero ya que eres tan bonita debes acostumbrarte a la atención que te dan.
- No seas payaso. No soy tan bonita como dices.
- Marie, deja de ser modesta. Eres absolutamente preciosa.
- Qué anticuado eres, esto es 1961.
- Hubiera vuelto loca a cualquier otra chica con tan solo decirle eso.
- Yo soy diferente Paul.
- Lo se. Por eso me agradas tanto.
- Bueno, vamos de nuevo con los chicos
Y así transcurrían las semanas. Los sábados en la noche nos reuníamos y pasábamos un buen rato contando lo que nos había pasado durante la semana. John se había convertido en el hermano mayor que nunca tuve y Paul era mi confidente. Sabía todo sobre él y él sabía todo sobre mi. No nos ocultábamos nada el uno al otro, y eso fue lo que hizo nuestra amistad tan hermosa. Oh, y también estaba George. Adoraba a ese chico. Era tan adorable y gracioso, bueno, no realmente, pero me parecía el chico más adorable del planeta. Me di cuenta de que estaba absolutamente enamorada de el. No le veía ningún defecto. Era básicamente perfecto.
- Marie, linda!
- Paulie!
- Vine lo más rápido que pude ¿Estás bien?
- Si, lo que pasa es que quiero decirte algo
- ¿Es importante? Te veo seria.
- Algo así. Lo que pasa es que… Dios, no se como decirte esto
- Sabes que puedes confiar en mi para lo que sea pequeña.
- Lo se, pero es que… Ah, estás bien. Mira Paul, desde hace unas semanas me estado sintiendo un poco… extraña. Creo que estoy enamorada de alguien. – Los ojos de Paul se abrieron como platos.
- ¿En serio?
- Si, nunca me había sentido así. Paul, creo que estoy enamorada de George.
- ¿De Georgie? ¿En serio? Al menos se que el es un buen chico. Tenía miedo de que estés enamorada de algún payaso que no te merezca.
- No estoy segura, pero siento cosas demasiado fuertes cuando hablo con él, cuando escucho su risa, cuando se traba con las palabras…
- Estás TAN enamorada Marie
- ¿Es tan obvio?
- No, pero tus ojos se te iluminan cuando hablas de el. Te deseo lo mejor del mundo pequeña, te lo mereces. Ah, y te ayudaré en todo lo que pueda eh. Trataré de sacarle información a George.
- Gracias Paul. Por todo
nota: la historia transcurre en 1961 (los chicos ya habían regresado de Hamburgo y Stuart ya había dejado la banda xD)
Capítulo 3:
El sábado por la tarde recibí una llamada de John para decirme que vaya a su casa a las 9 de la noche para pasar un rato con sus amigos. Tomé una ducha y me arreglé un poco. Eran John y sus amigos, no era ninguna clase de cita con alguno de ellos. Mientras me peinaba me sentí un poco mal por dejar de lado a Paul, pero John me había invitado primero.
Salí de casa a las 9 en punto. Si, me demoré. Pero en fin, caminé lentamente a casa de John. Tenía miedo de llegar y que sus amigos me odien. ¿Qué me estaba pasando? A mi nunca me había importado la aprobación de los demás. Llegué a casa de John y me armé de valor para tocar el timbre. Empecé a temblar cuando sentí unos pasos que se dirigían a la puerta
- ¿Marie? ¿Qué haces aquí? –
- Yo debería preguntarte lo mismo Paul.
- Estoy confundido.
- Estoy buscando a John Lennon. – Yo estaba incluso más confundida
- Oh, entonces tu eres la chica que John quería presentarnos. Vaya coincidencia, pasa linda.
- Y supongo que estás en la banda de John ¿o me equivoco?.
- Si, estoy en la banda. Vamos al jardín con los demás. – Paul me tomó del brazo y me llevó a donde estaba John y el resto de la banda.
- ¡Marie! Veo que Paul no pierde el tiempo.
- Ya nos conocemos John, ella es mi amiga.
- ¿En serio? ¿De dónde conoces a esta sabandija Marie?
- Es mi vecino, a veces me acompaña a la escuela en las mañanas.
- Bueno, pero ten cuidado. Y Paul, que ni se te ocurra pasarte de listo con ella eh
- Ya basta John, no eres mi padre.
- Por cierto, ellos son los otros miembros de la banda, te presento a George y a Pete.
Los 2 eran bastante atractivos. Pero el que más me llamó la atención fue George. En especial la forma en como pronunciaba su nombre.
- Hola, soy George Harrison. - Lo decía como “Joj Hurrison”
- Mucho gusto, mi nombre es Marie.
- Oye preciosa ¿Te gustaría que tu y yo… – Me dijo el tal Pete
- Cállate novato, no te metas con mi hermanita. – John no parecía muy encantado con la idea de que sus amigos me “quisieran” tanto.
- Este, voy al baño. – La verdad es que no me sentía cómoda con tanta atención. Camino al baño sentí unos pasos detrás de mi.
- Marie, ¿Estás bien?
- Si Paul, estoy bien.
- Pete puede ser un imbécil, no le hagas caso.
- La verdad es que no me importa. Lo que pasa es que no me gusta recibir tanta atención.
- Ya veo. Pero ya que eres tan bonita debes acostumbrarte a la atención que te dan.
- No seas payaso. No soy tan bonita como dices.
- Marie, deja de ser modesta. Eres absolutamente preciosa.
- Qué anticuado eres, esto es 1961.
- Hubiera vuelto loca a cualquier otra chica con tan solo decirle eso.
- Yo soy diferente Paul.
- Lo se. Por eso me agradas tanto.
- Bueno, vamos de nuevo con los chicos
Y así transcurrían las semanas. Los sábados en la noche nos reuníamos y pasábamos un buen rato contando lo que nos había pasado durante la semana. John se había convertido en el hermano mayor que nunca tuve y Paul era mi confidente. Sabía todo sobre él y él sabía todo sobre mi. No nos ocultábamos nada el uno al otro, y eso fue lo que hizo nuestra amistad tan hermosa. Oh, y también estaba George. Adoraba a ese chico. Era tan adorable y gracioso, bueno, no realmente, pero me parecía el chico más adorable del planeta. Me di cuenta de que estaba absolutamente enamorada de el. No le veía ningún defecto. Era básicamente perfecto.
- Marie, linda!
- Paulie!
- Vine lo más rápido que pude ¿Estás bien?
- Si, lo que pasa es que quiero decirte algo
- ¿Es importante? Te veo seria.
- Algo así. Lo que pasa es que… Dios, no se como decirte esto
- Sabes que puedes confiar en mi para lo que sea pequeña.
- Lo se, pero es que… Ah, estás bien. Mira Paul, desde hace unas semanas me estado sintiendo un poco… extraña. Creo que estoy enamorada de alguien. – Los ojos de Paul se abrieron como platos.
- ¿En serio?
- Si, nunca me había sentido así. Paul, creo que estoy enamorada de George.
- ¿De Georgie? ¿En serio? Al menos se que el es un buen chico. Tenía miedo de que estés enamorada de algún payaso que no te merezca.
- No estoy segura, pero siento cosas demasiado fuertes cuando hablo con él, cuando escucho su risa, cuando se traba con las palabras…
- Estás TAN enamorada Marie
- ¿Es tan obvio?
- No, pero tus ojos se te iluminan cuando hablas de el. Te deseo lo mejor del mundo pequeña, te lo mereces. Ah, y te ayudaré en todo lo que pueda eh. Trataré de sacarle información a George.
- Gracias Paul. Por todo
To die by your side is such a heavenly way to die.
-The Smiths
-The Smiths
- Maria Eleanor
- Brian
- Mensajes: 191
- Registrado: Dom Abr 04, 2010 7:36 pm
- Ubicación: Sitting on a cornflake waiting for the van to come
- Contactar:
- Vero_inthe_sky
- Blue Meanie
- Mensajes: 22
- Registrado: Mar Ago 31, 2010 12:50 am
- Ubicación: Beatlelandia en Monterrey
- Contactar:
- hangthecyst
- Blue Meanie
- Mensajes: 49
- Registrado: Dom Jul 18, 2010 9:57 pm
- Ubicación: Abbey Road
gracias por los comments!
Capítulo 4: (Narrado desde el punto de vista de Paul)
Recibí una llamada de Marie para que vaya a su casa lo más rápido posible. Traté de no preocuparme, pero fue imposible. Corrí lo más rápido posible hasta su casa.
- Marie, linda!
- Paulie!
- Vine lo más rápido que pude ¿Estás bien?
- Si, lo que pasa es que quiero decirte algo
- ¿Es importante? Te veo seria.
- Algo así. Lo que pasa es que… Dios, no se como decirte esto
- Sabes que puedes confiar en mi para lo que sea pequeña.
- Lo se, pero es que… Ah, estás bien. Mira Paul, desde hace unas semanas me estado sintiendo un poco… extraña. Creo que estoy enamorada de alguien. – Apenas dijo esto, no pude evitar sorprenderme. Amo la manera en que sus ojos brillan cuando escucha una canción que le gusta en la radio. Amo su sonrisa. Amo cuando su cabello se mueve con el viento. Amo la manera en la que ve el mundo. Amo como se ríe de cualquier cosa. Amo que sea tan perfecta.
- ¿En serio?
- Si, nunca me había sentido así. Paul, creo que estoy enamorada de George. – En ese momento sentí algo muy fuerte. ¿Dolor?
- ¿De Georgie? ¿En serio? Al menos se que el es un buen chico. Tenía miedo de que estés enamorada de algún payaso que no te merezca.
- No estoy segura, pero siento cosas demasiado fuertes cuando hablo con él, cuando escucho su risa, cuando se traba con las palabras…
- Estás TAN enamorada Marie. - Amo verla feliz, aunque no sea conmigo.
- ¿Es tan obvio?
- No, pero tus ojos se te iluminan cuando hablas de el. Te deseo lo mejor del mundo pequeña, te lo mereces. Ah, y te ayudaré en todo lo que pueda eh. Trataré de sacarle información a George.
- Gracias Paul. Por todo
De nada Marie, para eso están los amigos ¿No?
Que excusa de amigo era. Debería sentirme feliz por ella, no ponerme a sufrir porque ella no me ama a mi. ¿En que momento se me cruzó por la mente la más mínima posibilidad de que ella se fijara en mi?
Me quedé en su casa a escuchar música unas 2 horas más. Ella estaba explotando de felicidad. Me encantaba verla así. Pero esta vez también me estaba matando. No, no le voy a decir que la amo. Que desde el primer momento que la vi, supe que ella era la indicada para mi.
- Paul, te veo como muerto.
- Es que estoy cansado pequeña, ha sido un día muy largo
- Tienes razón, pero yo no lo estoy. ¿Por qué no te quedas a dormir esta noche?
- No creo que pueda. Siempre que me quedo me levanto tarde y mañana tengo que levantarme temprano.
- Paul, mañana es sábado.
- Oh, cierto. Pero tengo muchas cosas que hacer para la escuela.
- ¿Desde cuando eres tan aplicado?
- ¿Desde ahora?
- Está bien. Pero si no te conociera bien diría que me estás evitando.
- Como dices eso, tu sabes que yo te adoro Marie!
- Lo se, lo se. Lo siento, lo que pasa es que estoy un poco paranoica con lo de George y eso.
- Ah, si, George. Hey, mañana no tendremos ensayo hasta la tarde, porque no lo vas a visitar a ver si pasan un rato juntos. - ¿Al menos lo estaba intentando, no?
- Buena idea Paul. Gracias por todo, eres un excelente amigo. – Claro que lo soy. Estoy tratando de dejar a la persona que más amo en el mundo. Por supuest que lo soy.
- De nada Marie. Bueno, ahora si debo irme.
- Buenas noches Paul, que duermas bien.
- Tu también pequeña, tu también.
Le di un abrazo y me dirigí a casa. Debía asegurarme de que George iba a tratar bien a MI pequeña. Si la hace sufrir una sola vez, le dirá adiós a aquello que llama cara.
Capítulo 4: (Narrado desde el punto de vista de Paul)
Recibí una llamada de Marie para que vaya a su casa lo más rápido posible. Traté de no preocuparme, pero fue imposible. Corrí lo más rápido posible hasta su casa.
- Marie, linda!
- Paulie!
- Vine lo más rápido que pude ¿Estás bien?
- Si, lo que pasa es que quiero decirte algo
- ¿Es importante? Te veo seria.
- Algo así. Lo que pasa es que… Dios, no se como decirte esto
- Sabes que puedes confiar en mi para lo que sea pequeña.
- Lo se, pero es que… Ah, estás bien. Mira Paul, desde hace unas semanas me estado sintiendo un poco… extraña. Creo que estoy enamorada de alguien. – Apenas dijo esto, no pude evitar sorprenderme. Amo la manera en que sus ojos brillan cuando escucha una canción que le gusta en la radio. Amo su sonrisa. Amo cuando su cabello se mueve con el viento. Amo la manera en la que ve el mundo. Amo como se ríe de cualquier cosa. Amo que sea tan perfecta.
- ¿En serio?
- Si, nunca me había sentido así. Paul, creo que estoy enamorada de George. – En ese momento sentí algo muy fuerte. ¿Dolor?
- ¿De Georgie? ¿En serio? Al menos se que el es un buen chico. Tenía miedo de que estés enamorada de algún payaso que no te merezca.
- No estoy segura, pero siento cosas demasiado fuertes cuando hablo con él, cuando escucho su risa, cuando se traba con las palabras…
- Estás TAN enamorada Marie. - Amo verla feliz, aunque no sea conmigo.
- ¿Es tan obvio?
- No, pero tus ojos se te iluminan cuando hablas de el. Te deseo lo mejor del mundo pequeña, te lo mereces. Ah, y te ayudaré en todo lo que pueda eh. Trataré de sacarle información a George.
- Gracias Paul. Por todo
De nada Marie, para eso están los amigos ¿No?
Que excusa de amigo era. Debería sentirme feliz por ella, no ponerme a sufrir porque ella no me ama a mi. ¿En que momento se me cruzó por la mente la más mínima posibilidad de que ella se fijara en mi?
Me quedé en su casa a escuchar música unas 2 horas más. Ella estaba explotando de felicidad. Me encantaba verla así. Pero esta vez también me estaba matando. No, no le voy a decir que la amo. Que desde el primer momento que la vi, supe que ella era la indicada para mi.
- Paul, te veo como muerto.
- Es que estoy cansado pequeña, ha sido un día muy largo
- Tienes razón, pero yo no lo estoy. ¿Por qué no te quedas a dormir esta noche?
- No creo que pueda. Siempre que me quedo me levanto tarde y mañana tengo que levantarme temprano.
- Paul, mañana es sábado.
- Oh, cierto. Pero tengo muchas cosas que hacer para la escuela.
- ¿Desde cuando eres tan aplicado?
- ¿Desde ahora?
- Está bien. Pero si no te conociera bien diría que me estás evitando.
- Como dices eso, tu sabes que yo te adoro Marie!
- Lo se, lo se. Lo siento, lo que pasa es que estoy un poco paranoica con lo de George y eso.
- Ah, si, George. Hey, mañana no tendremos ensayo hasta la tarde, porque no lo vas a visitar a ver si pasan un rato juntos. - ¿Al menos lo estaba intentando, no?
- Buena idea Paul. Gracias por todo, eres un excelente amigo. – Claro que lo soy. Estoy tratando de dejar a la persona que más amo en el mundo. Por supuest que lo soy.
- De nada Marie. Bueno, ahora si debo irme.
- Buenas noches Paul, que duermas bien.
- Tu también pequeña, tu también.
Le di un abrazo y me dirigí a casa. Debía asegurarme de que George iba a tratar bien a MI pequeña. Si la hace sufrir una sola vez, le dirá adiós a aquello que llama cara.
To die by your side is such a heavenly way to die.
-The Smiths
-The Smiths
- Vero_inthe_sky
- Blue Meanie
- Mensajes: 22
- Registrado: Mar Ago 31, 2010 12:50 am
- Ubicación: Beatlelandia en Monterrey
- Contactar:
fatimamydear escribió:
. Ella estaba explotando de felicidad. Me encantaba verla así. Pero esta vez también me estaba matando. No, no le voy a decir que la amo. Que desde el primer momento que la vi, supe que ella era la indicada para mi.
- ¿Al menos lo estaba intentando, no?
- Buena idea Paul. Gracias por todo, eres un excelente amigo. – Claro que lo soy. Estoy tratando de dejar a la persona que más amo en el mundo. Por supuest que lo soy.
.
Paaaaaaaaaaulieeeeeeee yo te entiendooooooooooooooo TT-TT
Buaaaaa tu fic es genial!!! sigue asi !!!!
Say, Say, Say, What you want, But DON'T PLAY Games With My Afection
- Mrs. Hazza
- I'm 64!
- Mensajes: 64
- Registrado: Vie Jun 18, 2010 8:48 am
- Maria Eleanor
- Brian
- Mensajes: 191
- Registrado: Dom Abr 04, 2010 7:36 pm
- Ubicación: Sitting on a cornflake waiting for the van to come
- Contactar:
- Alondra_Hendrix
- Maharishi
- Mensajes: 10
- Registrado: Sab Ago 14, 2010 12:36 am
- Ubicación: Valleys Of Neptune
- Contactar:
- hangthecyst
- Blue Meanie
- Mensajes: 49
- Registrado: Dom Jul 18, 2010 9:57 pm
- Ubicación: Abbey Road
gracias por los comments
Capítulo 5: (otra vez desde el punto de vista de Marie)
Era sábado en la mañana. Estaba algo emocionada porque iría a visitar a George. Me dirigí a paso lento para no parecer muy desesperada o ansiosa. Me distraje durante el camino pensando en cosas de la escuela, en Paul… Había estado actuando demasiado anoche. Algo olía mal. Paul simplemente no era así. Nunca había sido tan… seco conmigo.
Desperté de mi trance cuando me di cuenta de que estaba a pocos metros de la casa de George. Junté todo el valor que tenía y toqué el timbre. Me abrió Peter, uno de los hermanos de George.
- ¿Marie? Que sorpresa verte por aquí. ¿Qué se te ofrece?
- Este… estaba buscando a George. Quería saber si no tenía nada que hacer para que podamos salir a pasar el rato.
- Oh, ya veo. El está con su novia ahora.
- ¿Novia? George nunca me dijo que tenía una novia. – Novia? Simplemente me quede en shock.
- ¿En serio? Yo pensé que tu y Paul lo sabían. Está saliendo con una chica llamda Eleanor desde marzo.
- Oh. Bueno, no lo sabía. En fin, gracias.
- ¿Le digo que viniste?
- Erm… no es necesario. Cuídate Peter.
- Hasta luego Marie.
Esperé hasta que Peter cerrara la puerta de su casa para empezar a llorar. Corrí lo más rápido que pude. No me importaba a donde me dirigía. Solo quería salir de ahí. Alejarme lo más posible. No podía creerlo. Todos estos meses conociendo a George y nunca se le ocurrió mencionar que tenía una novia. Llegué a un parque que estaba algo lejos de mi casa. Me senté detrás de uno de los árboles y me descargué totalmente ahí. Lo amaba demasiado. ¿Por qué me estaba haciendo esto? ¿Acaso me lo merecía?
Lloré y lloré por horas hasta quedarme dormida. Me desperté alrededor de las 2 de la tarde con hambre y decidí volver a casa. En el camino pensé en llamar a Paul cuando llegara a casa. Pero me arrepentí. El seguramente estaba ocupado haciendo “cosas de la escuela”. A otro perro con ese hueso. No soy tan estúpida. Algo me estás ocultando McCartney, y voy a averiguarlo tarde o temprano.
Cuando llegué a casa me acordé de que ayer no había cenado. Había comido galletas y té con Paul antes de que el se vaya. Rayos, ahora tenía que cocinar algo. No es que no me guste cocinar, sino que muero de hambre y me hubiera gustado tener algo listo ahora.
Estaba demasiado hambrienta como para cocinar alg, así que decidí hacer un sándwich. Cuando terminé fui hacia el teléfono y llamé a Paul.
- ¿Aló?
- Buenas tardes. ¿Se encuentra Paul?
- Soy yo, Marie. ¿Qué pasa?
- Necesito hablar contigo.
- Sobre que
- Muchas cosas. Ven aquí rápido. Y necesito que te quedes esta noche.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Porque tengo que preguntarte muchas cosas. Ya me oíste.
- No puedes darme órdenes
- Pues obsérvame. – En ese momento ambos empezamos a reír a carcajadas. Esto era tan típico de Paul y de mi.
- Está bien, iré dentro de un rato.
- Gracias Paulie. Nos vemos
15 minutos después estaba recostada en el sillón de la sala con Paul en absoluto silencio. Me aburrí de esperar a que hablara.
- Paul
- Marie
- Al grano. Verás, hoy fui a la casa de George.
- ¿Cómo te fue? – Lo miré tristemente por 2 minutos. El me devolvió una mirada dulce y me abrazó. Empecé a llorar en sus brazos.
- El tiene una novia Paul.
- ¿Qué? ¿Cómo no lo sabía?
- Su hermano me lo dijo, está saliendo con una tal Eleanor desde marzo.
- Yo lo mato. No es posible que no nos haya dicho nada.
- No es su culpa.
- Deja de defenderlo Marie. El debió habernos hablado de eso.
- Lo superaré.
- Estoy seguro de que lo harás. Tu eres muy fuerte preciosa.
- Paul.
- ¿Sí?
- Te amo. – No tenía ni miedo ni vergüenza de decírselo. Era mi mejor amigo y el sabía que lo adoraba.
- Yo también te amo. Siempre estaré ahí cuando me necesites.
- Lo se. – Lo abracé un largo rato hasta que el se separó de mi.
- Marie, hay que salir esta noche.
- ¿A dónde?
- Donde sea. Hay que divertirnos. Tienes que despejar tu mente
- Está bien.
- ¿Te parece bien si vamos a un pub?
- Me parece perfecto Paulie.
- Entonces paso por ti a las 8
- Bien.
Paul se fue al rato de que terminamos de hablar. Quería demasiado a ese muchacho. Hubiera preferido enamorarme de él aunque no me corresponda.
Capítulo 5: (otra vez desde el punto de vista de Marie)
Era sábado en la mañana. Estaba algo emocionada porque iría a visitar a George. Me dirigí a paso lento para no parecer muy desesperada o ansiosa. Me distraje durante el camino pensando en cosas de la escuela, en Paul… Había estado actuando demasiado anoche. Algo olía mal. Paul simplemente no era así. Nunca había sido tan… seco conmigo.
Desperté de mi trance cuando me di cuenta de que estaba a pocos metros de la casa de George. Junté todo el valor que tenía y toqué el timbre. Me abrió Peter, uno de los hermanos de George.
- ¿Marie? Que sorpresa verte por aquí. ¿Qué se te ofrece?
- Este… estaba buscando a George. Quería saber si no tenía nada que hacer para que podamos salir a pasar el rato.
- Oh, ya veo. El está con su novia ahora.
- ¿Novia? George nunca me dijo que tenía una novia. – Novia? Simplemente me quede en shock.
- ¿En serio? Yo pensé que tu y Paul lo sabían. Está saliendo con una chica llamda Eleanor desde marzo.
- Oh. Bueno, no lo sabía. En fin, gracias.
- ¿Le digo que viniste?
- Erm… no es necesario. Cuídate Peter.
- Hasta luego Marie.
Esperé hasta que Peter cerrara la puerta de su casa para empezar a llorar. Corrí lo más rápido que pude. No me importaba a donde me dirigía. Solo quería salir de ahí. Alejarme lo más posible. No podía creerlo. Todos estos meses conociendo a George y nunca se le ocurrió mencionar que tenía una novia. Llegué a un parque que estaba algo lejos de mi casa. Me senté detrás de uno de los árboles y me descargué totalmente ahí. Lo amaba demasiado. ¿Por qué me estaba haciendo esto? ¿Acaso me lo merecía?
Lloré y lloré por horas hasta quedarme dormida. Me desperté alrededor de las 2 de la tarde con hambre y decidí volver a casa. En el camino pensé en llamar a Paul cuando llegara a casa. Pero me arrepentí. El seguramente estaba ocupado haciendo “cosas de la escuela”. A otro perro con ese hueso. No soy tan estúpida. Algo me estás ocultando McCartney, y voy a averiguarlo tarde o temprano.
Cuando llegué a casa me acordé de que ayer no había cenado. Había comido galletas y té con Paul antes de que el se vaya. Rayos, ahora tenía que cocinar algo. No es que no me guste cocinar, sino que muero de hambre y me hubiera gustado tener algo listo ahora.
Estaba demasiado hambrienta como para cocinar alg, así que decidí hacer un sándwich. Cuando terminé fui hacia el teléfono y llamé a Paul.
- ¿Aló?
- Buenas tardes. ¿Se encuentra Paul?
- Soy yo, Marie. ¿Qué pasa?
- Necesito hablar contigo.
- Sobre que
- Muchas cosas. Ven aquí rápido. Y necesito que te quedes esta noche.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Porque tengo que preguntarte muchas cosas. Ya me oíste.
- No puedes darme órdenes
- Pues obsérvame. – En ese momento ambos empezamos a reír a carcajadas. Esto era tan típico de Paul y de mi.
- Está bien, iré dentro de un rato.
- Gracias Paulie. Nos vemos
15 minutos después estaba recostada en el sillón de la sala con Paul en absoluto silencio. Me aburrí de esperar a que hablara.
- Paul
- Marie
- Al grano. Verás, hoy fui a la casa de George.
- ¿Cómo te fue? – Lo miré tristemente por 2 minutos. El me devolvió una mirada dulce y me abrazó. Empecé a llorar en sus brazos.
- El tiene una novia Paul.
- ¿Qué? ¿Cómo no lo sabía?
- Su hermano me lo dijo, está saliendo con una tal Eleanor desde marzo.
- Yo lo mato. No es posible que no nos haya dicho nada.
- No es su culpa.
- Deja de defenderlo Marie. El debió habernos hablado de eso.
- Lo superaré.
- Estoy seguro de que lo harás. Tu eres muy fuerte preciosa.
- Paul.
- ¿Sí?
- Te amo. – No tenía ni miedo ni vergüenza de decírselo. Era mi mejor amigo y el sabía que lo adoraba.
- Yo también te amo. Siempre estaré ahí cuando me necesites.
- Lo se. – Lo abracé un largo rato hasta que el se separó de mi.
- Marie, hay que salir esta noche.
- ¿A dónde?
- Donde sea. Hay que divertirnos. Tienes que despejar tu mente
- Está bien.
- ¿Te parece bien si vamos a un pub?
- Me parece perfecto Paulie.
- Entonces paso por ti a las 8
- Bien.
Paul se fue al rato de que terminamos de hablar. Quería demasiado a ese muchacho. Hubiera preferido enamorarme de él aunque no me corresponda.
To die by your side is such a heavenly way to die.
-The Smiths
-The Smiths
- Maria Eleanor
- Brian
- Mensajes: 191
- Registrado: Dom Abr 04, 2010 7:36 pm
- Ubicación: Sitting on a cornflake waiting for the van to come
- Contactar:
- hangthecyst
- Blue Meanie
- Mensajes: 49
- Registrado: Dom Jul 18, 2010 9:57 pm
- Ubicación: Abbey Road
este es el capítulo más largo hasta ahora
Capítulo 6:
Al rato de que Paul se fue me quedé dormida. Me desperté y vi el reloj. 6:45 p.m. Rayos. Tenía menos de una hora y media para alistarme. Corrí hacia el baño y tomé una ducha lo más rápido que pude. Me dirigí a mi habitación para cambiarme y me acordé de que ni siquiera había pensado en lo que iba a usar. Abrí el armario y luego de pasar varios minutos buscando uno que me gustara escogí un hermoso vestido negro que nunca había usado. Me lo puse junto con unos zapatos a juego. 7:50 p.m. Aún me faltaba arreglarme el cabello. Como no tenía tiempo, lo dejé así tal como estaba, con mis rizos cayendo sobre mi espalda. Felizmente no me gusta usar mucho maquillaje, así que solo me puse un poco de sombra en los ojos y brillo labial.
Estaba casi lista cuando escuché el timbre. Tomé mi bolso y bajé rápidamente las escaleras. Me arreglé el cabello por última vez en un espejo que estaba cerca de la puerta. Me di cuenta de que me estaba preocupando demasiado. Solamente iba a salir con Paul.
- Hola
- Wow. Estás preciosa Marie.
- Gracias, tu te ves adorable.
- Bueno, ahora sí. Vámonos. – Subimos a su auto y encendí la radio.
- Dios, amo esa canción. Me encanta Buddy Holly.
- A mi también. – Cantamos durante el camino hasta que recordé que nunca mencionó a donde iríamos.
- Paul, ¿A dónde me estás llevando?
- Oh, estamos camino a The Cavern.
- ¿Ese pub donde tocan a veces?
- Si, nunca has ido a vernos por cierto.
- Es que siempre tocan un día antes de un examen.
- Pero algún día tienes que venir a vernos. ¿Por mi? – Me dio una mirada adorable. De esas a las que no te puedes negar.
- Sin duda.
En unos cuantos minutos ya estábamos en The Cavern. Entramos y nos dimos con la sorpresa de que no había ninguna banda tocando hoy. No nos importó y nos dirigimos juntos a la pista de baile. Hace tiempo que Paul y yo no salíamos a bailar. Principalmente porque yo estaba ocupada con la escuela y el estaba más ocupado de lo normal. En ese momento me di cuenta de que nunca le pregunté porque estaba actuando tan extrañamente. Traté de olvidarme de eso, se lo preguntaría cuando lleguemos a mi casa.
- ¿Paul? – Una voz llamaba a mi mejor amigo y ambos volteamos al mismo tiempo para ver de quien se trataba.
- Ringo! Que bueno verte por aquí. – Yo los miraba saludarse con cara de asombro. Jamás había visto a este tal Ringo, y Paul nunca me lo había mencionado.
- Bueno, tenía el día libre y quise salir a divertirme. No sabía que tenías novia.
- Yo tampoco. Ella es mi mejor amiga, Marie. Marie, el es Ringo. Un buen amigo de la banda. A veces toca con nosotros cuando el loco de Pete se pone de mal humor y no quiere venir.
- Oh, ya veo. Mucho gusto Ringo.
- Igualmente. Ya que no eres novia de Paul, ¿Estás disponible?
- Ni lo sueñes Starkey.
- Paul, no lo asustes.
- Que adorable señorita. ¿Me concede esta pieza?
- Claro. – Tomé su mano y mientras nos dirigiamos a la pista de baile le susurré a Paul en el oído. – Deja de actuar como un idiota. Me explicarás que te pasa cuando lleguemos a casa.
Bailé 3 canciones con Ringo. Era muy divertido y amable, regresamos donde habíamos dejado a Paul y conversamos un rato hasta que Ringo tuvo que irse. Cuando Ringo se fue tomé a Paul del brazo y lo arrastré a la pista de baile. Reímos y bailamos por 2 horas hasta que ya no pude sentir mis pies. Le dije a Paul que regresaramos a casa ya que estaba increíblemente cansada. Me acompañó hasta la puerta y se despidió con un beso en la mejilla. Lo tomé del brazo cuando disponía subirse a su auto. No se iba a escapar de mi tan fácilmente.
- Recuerda que te quedarías conmigo esta noche.
- Lo había olvidado por completo.
- Tienes muchas cosas que explicarme McCartney.
- No entiendo a que te refieres. – Dijo mientras subiamos las escaleras hasta mi habitación. Entré al baño para ponerme mi pijama.
- No te hagas el payaso. Has estado actuando muy raro últimamente. – Le dije desde adentro del baño.
- Marie, ahora no. ¿Podemos dormir? Estoy echo una desgracia. Hoy tuve ensayo antes de venir a recogerte y…
- Si quieres échate en mi cama. Pero tenemos que hablar Paul. Me preocupas. Quiero saber si estás bien.
- Estoy bien Marie. No te preocupes por mi.
- Pero debe haber una explicación de porque estás actuando así. Te veo con una mirada triste y vacía. Ya no me sonríes cada vez que digo algo estúpido. No eres mi Paul.
- Créeme Marie. Me encantaría decírtelo pero no puedo.
- Maldita sea Paul. ¿Por qué no? Yo nunca te he ocultado nada. – Lo miré a los ojos mientras salía del baño.
- Lo se. Te juro que me odio a mi mismo por ocultarte esto. Pero es mejor así.
- Entonces no vas a decirme nada.
- No. Lo siento.
- Es una chica. Lo veo en tus ojos. ¡Estás enamorado! No lo niegues porque te conozco perfectamente.
- Algo así.
- Quiero conocerla. Tengo muchas cosas que preguntarle y quiero saber si es lo suficientemente buena para ti.
- ¿Lo suficientemente buena? Marie, yo la amo.
- Así que esto era. Debiste habérmelo dicho antes! Me hubieras ahorrado horas de angustia.
- No seas dramática.
- No estoy siendo dramática. Me preocupo mucho por ti sabes.
- Gracias pequeña. Ahora si ¿Podemos dormir? Me veo horrible.
- Tonterías, tu siemrpe te ves adorable.
- Lo se, es algo natural. Pero en serio, me muero de sueño.
- Eres un tonto.
- Pero aún así me amas.
- Exacto.
Seguimos hablando de estupideces como una hora. Parecía que a Paul se le había quitado el sueño. Estábamos callados mirando al techo.
- Marie. ¿Sabes algo?
- ¿Qué cosa?
- Tengo miedo. Miedo de quedarme solo. Tengo miedo desde que mi madre murió.
- No deberías tenerlo. Estoy aquí.
- Lo sé. Pero por eso soy así. Por ese miedo a quedarme solo salgo con cualquier chica bonita que se me cruce en el camino. Soy un cobarde.
- No lo eres. Te entiendo perfectamente.
- Todas terminan alejándose de mi porque solo juego con ellas. Porque no amo a ninguna de ellas. Pero tu, mi pequeña Marie. Tú eres diferente. Eres la única verdadera amiga que he tenido. Tú siempre estás ahí. ¿Tú nunca me dejarás verdad? Tu nunca me abandonarás. Aunque lo intentes no te dejaré hacerlo. – Me dijo entre lágrimas.
- ¿Por qué me iría? Nunca te dejaría solo. – Hubiera querido decirle otras cosas más. Pero no pude. Estaba totalmente sorprendida. Nunca esperé que me dijera esto. Me partía el corazón verlo tan vulnerable. Solo lo abracé hasta que se quedó dormido. Le sequé las lágrimas y lo dejé dormir en mi cama. – Nunca te dejaré solo, tú eres todo para mi.
Me quedé sorprendida con lo que había dicho. Me froté la cara y me di cuenta de que era muy tarde. Debo estar delirando. Me recosté en el sofá que estaba cerca de mi cama. Yo tampoco había tenido verdaderos amigos. Por eso no se me hizo muy difícil irme de Londres. Nunca esperé encontrar un amigo como Paul. Me quedé dormida pensando en como hubieran sido las cosas si me hubiera enamorado de Paul. Probablemente lo hubiera arruinado todo. Para el siempre seré su pequeña Marie. Dios santo, desde cuando me importaba la manera en la que me veía Paul. ¿Cuándo fue que Paul se convirtió en “todo para mi”? Dejémoslo para mañana en la mañana. Ahora estoy muy cansada.
Capítulo 6:
Al rato de que Paul se fue me quedé dormida. Me desperté y vi el reloj. 6:45 p.m. Rayos. Tenía menos de una hora y media para alistarme. Corrí hacia el baño y tomé una ducha lo más rápido que pude. Me dirigí a mi habitación para cambiarme y me acordé de que ni siquiera había pensado en lo que iba a usar. Abrí el armario y luego de pasar varios minutos buscando uno que me gustara escogí un hermoso vestido negro que nunca había usado. Me lo puse junto con unos zapatos a juego. 7:50 p.m. Aún me faltaba arreglarme el cabello. Como no tenía tiempo, lo dejé así tal como estaba, con mis rizos cayendo sobre mi espalda. Felizmente no me gusta usar mucho maquillaje, así que solo me puse un poco de sombra en los ojos y brillo labial.
Estaba casi lista cuando escuché el timbre. Tomé mi bolso y bajé rápidamente las escaleras. Me arreglé el cabello por última vez en un espejo que estaba cerca de la puerta. Me di cuenta de que me estaba preocupando demasiado. Solamente iba a salir con Paul.
- Hola
- Wow. Estás preciosa Marie.
- Gracias, tu te ves adorable.
- Bueno, ahora sí. Vámonos. – Subimos a su auto y encendí la radio.
- Dios, amo esa canción. Me encanta Buddy Holly.
- A mi también. – Cantamos durante el camino hasta que recordé que nunca mencionó a donde iríamos.
- Paul, ¿A dónde me estás llevando?
- Oh, estamos camino a The Cavern.
- ¿Ese pub donde tocan a veces?
- Si, nunca has ido a vernos por cierto.
- Es que siempre tocan un día antes de un examen.
- Pero algún día tienes que venir a vernos. ¿Por mi? – Me dio una mirada adorable. De esas a las que no te puedes negar.
- Sin duda.
En unos cuantos minutos ya estábamos en The Cavern. Entramos y nos dimos con la sorpresa de que no había ninguna banda tocando hoy. No nos importó y nos dirigimos juntos a la pista de baile. Hace tiempo que Paul y yo no salíamos a bailar. Principalmente porque yo estaba ocupada con la escuela y el estaba más ocupado de lo normal. En ese momento me di cuenta de que nunca le pregunté porque estaba actuando tan extrañamente. Traté de olvidarme de eso, se lo preguntaría cuando lleguemos a mi casa.
- ¿Paul? – Una voz llamaba a mi mejor amigo y ambos volteamos al mismo tiempo para ver de quien se trataba.
- Ringo! Que bueno verte por aquí. – Yo los miraba saludarse con cara de asombro. Jamás había visto a este tal Ringo, y Paul nunca me lo había mencionado.
- Bueno, tenía el día libre y quise salir a divertirme. No sabía que tenías novia.
- Yo tampoco. Ella es mi mejor amiga, Marie. Marie, el es Ringo. Un buen amigo de la banda. A veces toca con nosotros cuando el loco de Pete se pone de mal humor y no quiere venir.
- Oh, ya veo. Mucho gusto Ringo.
- Igualmente. Ya que no eres novia de Paul, ¿Estás disponible?
- Ni lo sueñes Starkey.
- Paul, no lo asustes.
- Que adorable señorita. ¿Me concede esta pieza?
- Claro. – Tomé su mano y mientras nos dirigiamos a la pista de baile le susurré a Paul en el oído. – Deja de actuar como un idiota. Me explicarás que te pasa cuando lleguemos a casa.
Bailé 3 canciones con Ringo. Era muy divertido y amable, regresamos donde habíamos dejado a Paul y conversamos un rato hasta que Ringo tuvo que irse. Cuando Ringo se fue tomé a Paul del brazo y lo arrastré a la pista de baile. Reímos y bailamos por 2 horas hasta que ya no pude sentir mis pies. Le dije a Paul que regresaramos a casa ya que estaba increíblemente cansada. Me acompañó hasta la puerta y se despidió con un beso en la mejilla. Lo tomé del brazo cuando disponía subirse a su auto. No se iba a escapar de mi tan fácilmente.
- Recuerda que te quedarías conmigo esta noche.
- Lo había olvidado por completo.
- Tienes muchas cosas que explicarme McCartney.
- No entiendo a que te refieres. – Dijo mientras subiamos las escaleras hasta mi habitación. Entré al baño para ponerme mi pijama.
- No te hagas el payaso. Has estado actuando muy raro últimamente. – Le dije desde adentro del baño.
- Marie, ahora no. ¿Podemos dormir? Estoy echo una desgracia. Hoy tuve ensayo antes de venir a recogerte y…
- Si quieres échate en mi cama. Pero tenemos que hablar Paul. Me preocupas. Quiero saber si estás bien.
- Estoy bien Marie. No te preocupes por mi.
- Pero debe haber una explicación de porque estás actuando así. Te veo con una mirada triste y vacía. Ya no me sonríes cada vez que digo algo estúpido. No eres mi Paul.
- Créeme Marie. Me encantaría decírtelo pero no puedo.
- Maldita sea Paul. ¿Por qué no? Yo nunca te he ocultado nada. – Lo miré a los ojos mientras salía del baño.
- Lo se. Te juro que me odio a mi mismo por ocultarte esto. Pero es mejor así.
- Entonces no vas a decirme nada.
- No. Lo siento.
- Es una chica. Lo veo en tus ojos. ¡Estás enamorado! No lo niegues porque te conozco perfectamente.
- Algo así.
- Quiero conocerla. Tengo muchas cosas que preguntarle y quiero saber si es lo suficientemente buena para ti.
- ¿Lo suficientemente buena? Marie, yo la amo.
- Así que esto era. Debiste habérmelo dicho antes! Me hubieras ahorrado horas de angustia.
- No seas dramática.
- No estoy siendo dramática. Me preocupo mucho por ti sabes.
- Gracias pequeña. Ahora si ¿Podemos dormir? Me veo horrible.
- Tonterías, tu siemrpe te ves adorable.
- Lo se, es algo natural. Pero en serio, me muero de sueño.
- Eres un tonto.
- Pero aún así me amas.
- Exacto.
Seguimos hablando de estupideces como una hora. Parecía que a Paul se le había quitado el sueño. Estábamos callados mirando al techo.
- Marie. ¿Sabes algo?
- ¿Qué cosa?
- Tengo miedo. Miedo de quedarme solo. Tengo miedo desde que mi madre murió.
- No deberías tenerlo. Estoy aquí.
- Lo sé. Pero por eso soy así. Por ese miedo a quedarme solo salgo con cualquier chica bonita que se me cruce en el camino. Soy un cobarde.
- No lo eres. Te entiendo perfectamente.
- Todas terminan alejándose de mi porque solo juego con ellas. Porque no amo a ninguna de ellas. Pero tu, mi pequeña Marie. Tú eres diferente. Eres la única verdadera amiga que he tenido. Tú siempre estás ahí. ¿Tú nunca me dejarás verdad? Tu nunca me abandonarás. Aunque lo intentes no te dejaré hacerlo. – Me dijo entre lágrimas.
- ¿Por qué me iría? Nunca te dejaría solo. – Hubiera querido decirle otras cosas más. Pero no pude. Estaba totalmente sorprendida. Nunca esperé que me dijera esto. Me partía el corazón verlo tan vulnerable. Solo lo abracé hasta que se quedó dormido. Le sequé las lágrimas y lo dejé dormir en mi cama. – Nunca te dejaré solo, tú eres todo para mi.
Me quedé sorprendida con lo que había dicho. Me froté la cara y me di cuenta de que era muy tarde. Debo estar delirando. Me recosté en el sofá que estaba cerca de mi cama. Yo tampoco había tenido verdaderos amigos. Por eso no se me hizo muy difícil irme de Londres. Nunca esperé encontrar un amigo como Paul. Me quedé dormida pensando en como hubieran sido las cosas si me hubiera enamorado de Paul. Probablemente lo hubiera arruinado todo. Para el siempre seré su pequeña Marie. Dios santo, desde cuando me importaba la manera en la que me veía Paul. ¿Cuándo fue que Paul se convirtió en “todo para mi”? Dejémoslo para mañana en la mañana. Ahora estoy muy cansada.
To die by your side is such a heavenly way to die.
-The Smiths
-The Smiths
- Maria Eleanor
- Brian
- Mensajes: 191
- Registrado: Dom Abr 04, 2010 7:36 pm
- Ubicación: Sitting on a cornflake waiting for the van to come
- Contactar:
- hangthecyst
- Blue Meanie
- Mensajes: 49
- Registrado: Dom Jul 18, 2010 9:57 pm
- Ubicación: Abbey Road
Capítulo 7: (punto de vista de Paul)
Cuando desperté me di cuenta de que estaba en la habitación de Marie. Dios, que había hecho. Me di cuenta de que estaba vestido y de que Marie no estaba a mi lado. Suspiré aliviado y miré al otro extremo de la habitación. Marie estaba durmiendo en un sofá. Me sentí culpable por haberla privado de dormir en su cama. Traté de recordar que había pasado anoche. No recordaba nada después de esa dulce confesión que le hice a Marie. Me sentiría mejor si le hubiera dicho que la amaba con toda mi alma. Que ella era todo para mi. Que sin ella mi vida sería miserable. Que…
- Buenos días Paul.
- Buenos días pequeña. – Le di un fuerte abrazo
- ¿Cómo amaneciste precioso? – Reí a carcajadas y la miré a los ojos.
- Excelente. Tienes una cama muy cómoda.
- Me alegro. Ahora, que te parece si vamos a tomar desayuno.
- Claro.
En la cocina Marie estaba preparando algo. No me importaba lo que sea que estuviera cocinando. Solo me importaba lo bien que se veía su trasero desde este ángulo. ¿Qué rayos te pasa Paul? Desde cuando miras a Marie de esa forma. Wow, ¿Siempre había tenido ese cuerpo? No la recuerdo tan… El sonido del timbre interrumpió mis pensamientos. Marie se dirigió a la puerta para ver quien era. Que piernas…
- ¿John? Que sorpresa. Pasa!
- Gracias linda. – Cada vez sentía sus pasos acercarse más a la cocina.
- Y que te trae por aquí John.
- Bueno, decidí hacerte una visita matutina querida.
- Déjame adivinar, tu tía no está y no hay comida en tu casa.
- Eso también – Dijo entre risas. Risas que pararon cuando me vio en la cocina.- ¡QUÉ RAYOS HACES AQUÍ MCCARTNEY! ¡QUÉ LE HICISTE A MARIE! TE VOY A MATAR
- John, tranquilo. El se quedó aquí anoche.
- TE VOY A MATAR
- Tienes una cama muy cómoda preciosa. – Dije para ver la reacción de John.
- Ah, todavía lo dices en mi cara. Eres un sinvergüenza, te aprovechas de mi pobre hermanita. No te preocupes Marie, yo le rompo la cara.
- A ver, cálmense los dos. Paul se quedó a dormir en mi cama, pero yo dormí en el sillón. No hicimos nada.
- Más le vale. Bueno, ahora quiero comer.
- No seas maleducado Lennon. La pobre Marie debe estar muy cansada.
- No se preocupen chicos. Por ustedes lo que sea.
Marie había preparado unas tostadas francesas que estaban excelentes. ¿Había algo que esta chica no hiciera bien? John se fue luego de dos horas. Yo me quedé un rato más con mi pequeña. La invité a almorzar a un buen lugar, para que se relaje. Se notaba que aún estaba algo triste por lo de George. Ese imbécil no sabe de lo que se pierde. Marie va a ser mía. Eso lo tengo por seguro.
(Punto de vista de Marie)
Paul se fue y no dejé de pensar en el en toda la mañana. Se veía increíblemente hermoso por las mañanas. Que estoy diciendo. Nunca me había importado como se veía Paul… hasta ahora. De hecho, hasta ayer en la noche. Esas palabras daban vueltas en mi mente. Que extraño. A lo mejor esto es una señal que dice que debo prestarle más atención a mi mejor amigo. Gracias a el me distraje de lo que había pasado con George. Si el no hubiera venido, tal vez hubiera pasado la noche llorando y viendo televisión.
Como había quedado en verme con Paul para almorzar aprovecharía para preguntarle sobre la chica de la que estábamos hablando ayer. Me pegunto como sería. Conociendo a Paul y sus gustos la chica probablemente era extremadamente hermosa, alta y rubia. Solo espero que no sea una cabeza hueca. A esas no las soporto. Me alegra verlo feliz. Se lo merece.
Tomé una ducha y me alisté rápidamente. Me senté a ver televisión mientras esperaba a Paul para ir a almorzar. En mi mente me imaginaba saliendo con George tomados de la mano, mientras el cantaba algo en mi oído. Me desperté de mi fantasía barata y me acordé de que supuestamente debería estar olvidándome de George. No imaginándome en citas con el. Como de costumbre, el timbre me sacó de mis pensamientos. Fui hacia la puerta y vi a Paul que se veía increíblemente sexy esta tarde. Marie, que rayos te pasa hoy. Tu cerebro no está funcionando bien.
- Preciosa.
- Hola Paul. A donde me llevarás.
- A un excelente restaurante. Uno muy caro y fino.
- Paul, no es necesario que…
- Shh, te lo mereces. Lo mejor para mi pequeña princesa.
- Está bien… eso creo.
- Bueno, si me permite señorita. – Tomó mi brazo y nos dirigimos a su auto.
Todo el camino iba callada y miraba de reojo a Paul. Nunca me había fijado en lo atractivo que era mi mejor amigo. Por algo todas las chicas lo perseguían. Tenía un perfecto perfil y ese cabello que… Marie Elizabeth Haines. Deja de mirar a tu mejor amigo como si fuera una perfecta estatua. Y estaba muy cerca de serlo…
- Marie, pequeña
- ¿Si?
- Ya llegamos. –
- Entonces, que estamos esperando.
En la entrada del restaurante Paul preguntó cual era nuestra mesa. Estaba un poco apartada de las demás. Mientras nos dirigíamos a nuestra mesa vi algo que hubiera preferido no ver. Ahí estaba George, en una mesa con una chica. La estaba tomando de la mano mientras la hablaba. Al parecer, Paul se dio cuenta de mi reacción.
- Marie, mi pequeña. ¿Quieres ir a otro lado?
- No, así está bien. – Estaba a punto de estallar en lágrimas. Justo en ese momento George volteó y nos vio. No sabía que hacer. Simplemente no lo miré. – Vamos a nuestra mesa.
Cuando desperté me di cuenta de que estaba en la habitación de Marie. Dios, que había hecho. Me di cuenta de que estaba vestido y de que Marie no estaba a mi lado. Suspiré aliviado y miré al otro extremo de la habitación. Marie estaba durmiendo en un sofá. Me sentí culpable por haberla privado de dormir en su cama. Traté de recordar que había pasado anoche. No recordaba nada después de esa dulce confesión que le hice a Marie. Me sentiría mejor si le hubiera dicho que la amaba con toda mi alma. Que ella era todo para mi. Que sin ella mi vida sería miserable. Que…
- Buenos días Paul.
- Buenos días pequeña. – Le di un fuerte abrazo
- ¿Cómo amaneciste precioso? – Reí a carcajadas y la miré a los ojos.
- Excelente. Tienes una cama muy cómoda.
- Me alegro. Ahora, que te parece si vamos a tomar desayuno.
- Claro.
En la cocina Marie estaba preparando algo. No me importaba lo que sea que estuviera cocinando. Solo me importaba lo bien que se veía su trasero desde este ángulo. ¿Qué rayos te pasa Paul? Desde cuando miras a Marie de esa forma. Wow, ¿Siempre había tenido ese cuerpo? No la recuerdo tan… El sonido del timbre interrumpió mis pensamientos. Marie se dirigió a la puerta para ver quien era. Que piernas…
- ¿John? Que sorpresa. Pasa!
- Gracias linda. – Cada vez sentía sus pasos acercarse más a la cocina.
- Y que te trae por aquí John.
- Bueno, decidí hacerte una visita matutina querida.
- Déjame adivinar, tu tía no está y no hay comida en tu casa.
- Eso también – Dijo entre risas. Risas que pararon cuando me vio en la cocina.- ¡QUÉ RAYOS HACES AQUÍ MCCARTNEY! ¡QUÉ LE HICISTE A MARIE! TE VOY A MATAR
- John, tranquilo. El se quedó aquí anoche.
- TE VOY A MATAR
- Tienes una cama muy cómoda preciosa. – Dije para ver la reacción de John.
- Ah, todavía lo dices en mi cara. Eres un sinvergüenza, te aprovechas de mi pobre hermanita. No te preocupes Marie, yo le rompo la cara.
- A ver, cálmense los dos. Paul se quedó a dormir en mi cama, pero yo dormí en el sillón. No hicimos nada.
- Más le vale. Bueno, ahora quiero comer.
- No seas maleducado Lennon. La pobre Marie debe estar muy cansada.
- No se preocupen chicos. Por ustedes lo que sea.
Marie había preparado unas tostadas francesas que estaban excelentes. ¿Había algo que esta chica no hiciera bien? John se fue luego de dos horas. Yo me quedé un rato más con mi pequeña. La invité a almorzar a un buen lugar, para que se relaje. Se notaba que aún estaba algo triste por lo de George. Ese imbécil no sabe de lo que se pierde. Marie va a ser mía. Eso lo tengo por seguro.
(Punto de vista de Marie)
Paul se fue y no dejé de pensar en el en toda la mañana. Se veía increíblemente hermoso por las mañanas. Que estoy diciendo. Nunca me había importado como se veía Paul… hasta ahora. De hecho, hasta ayer en la noche. Esas palabras daban vueltas en mi mente. Que extraño. A lo mejor esto es una señal que dice que debo prestarle más atención a mi mejor amigo. Gracias a el me distraje de lo que había pasado con George. Si el no hubiera venido, tal vez hubiera pasado la noche llorando y viendo televisión.
Como había quedado en verme con Paul para almorzar aprovecharía para preguntarle sobre la chica de la que estábamos hablando ayer. Me pegunto como sería. Conociendo a Paul y sus gustos la chica probablemente era extremadamente hermosa, alta y rubia. Solo espero que no sea una cabeza hueca. A esas no las soporto. Me alegra verlo feliz. Se lo merece.
Tomé una ducha y me alisté rápidamente. Me senté a ver televisión mientras esperaba a Paul para ir a almorzar. En mi mente me imaginaba saliendo con George tomados de la mano, mientras el cantaba algo en mi oído. Me desperté de mi fantasía barata y me acordé de que supuestamente debería estar olvidándome de George. No imaginándome en citas con el. Como de costumbre, el timbre me sacó de mis pensamientos. Fui hacia la puerta y vi a Paul que se veía increíblemente sexy esta tarde. Marie, que rayos te pasa hoy. Tu cerebro no está funcionando bien.
- Preciosa.
- Hola Paul. A donde me llevarás.
- A un excelente restaurante. Uno muy caro y fino.
- Paul, no es necesario que…
- Shh, te lo mereces. Lo mejor para mi pequeña princesa.
- Está bien… eso creo.
- Bueno, si me permite señorita. – Tomó mi brazo y nos dirigimos a su auto.
Todo el camino iba callada y miraba de reojo a Paul. Nunca me había fijado en lo atractivo que era mi mejor amigo. Por algo todas las chicas lo perseguían. Tenía un perfecto perfil y ese cabello que… Marie Elizabeth Haines. Deja de mirar a tu mejor amigo como si fuera una perfecta estatua. Y estaba muy cerca de serlo…
- Marie, pequeña
- ¿Si?
- Ya llegamos. –
- Entonces, que estamos esperando.
En la entrada del restaurante Paul preguntó cual era nuestra mesa. Estaba un poco apartada de las demás. Mientras nos dirigíamos a nuestra mesa vi algo que hubiera preferido no ver. Ahí estaba George, en una mesa con una chica. La estaba tomando de la mano mientras la hablaba. Al parecer, Paul se dio cuenta de mi reacción.
- Marie, mi pequeña. ¿Quieres ir a otro lado?
- No, así está bien. – Estaba a punto de estallar en lágrimas. Justo en ese momento George volteó y nos vio. No sabía que hacer. Simplemente no lo miré. – Vamos a nuestra mesa.
To die by your side is such a heavenly way to die.
-The Smiths
-The Smiths