Fuente: Diario La Republica on line
Algunas veces hemos criticado la pasividad con la que juega Iván Miranda. Pero con su actuación de ayer nos tapó la boca a todos. Este es otro 'Chino', que vive cada partido, no será exquisito ni jugará pensando en la tribuna, pero el agónico punto que consiguió a primera hora ante el uno mexicano Santiago González (6-4, 3-6, 6-1, 5-7 y 8-6) dejó la mesa servida para que justo a la hora del almuerzo, y junto a Luis Horna, empiece el banquete ante la dupla azteca.
Pese al desgaste que sufrió por la mañana, Miranda (el viernes su partido se postergó por falta de luz natural y tuvo que reanudarlo ayer), sorprendió por el físico que mostró durante los dobles. Junto a Horna arrollaron por un contundente 3-0 (6-1, 6-3 y 6-1) a la pareja azteca compuesta por los espigados Santiago González y el debutante en Copa Davis, Antonio Ruiz-Rosales. Gracias a este tercer punto logrado, la llave se definió a nuestro favor.
Ayer fue Sábado de Gloria en todo el mundo cristiano. Un pueblo como el peruano con fe ciega vino a alentar durante estos dos días a nuestros muchachos, que al ver ese marco impresionante de gente prometieron dejar la piel en la cancha para agradecer tanta confianza.
Desde estas líneas lo hemos criticado en los últimos días, pero ayer Horna demostró que cuando solo piensa en hacer lo que mejor sabe, jugar el tenis, no hay rival que pueda frenarlo. "Es el mejor momento en mi carrera. Desde chico soñé con jugar en el Grupo Mundial y ahora estoy cerca de lograrlo. Gracias a todos, y si a alguien le falté el respeto, le pido disculpas, pero tenía mis razones". Tranquilo, campeón, es Semana Santa y tiempo de reflexión.
